aerolíneas argentinas ezeiza aeropuerto aeroparque medidas control viajes avión aviones viaje internacional cabotaje - Créditos: Fernando Massobrio / LA NACION
Cualquiera que haya viajado en avión conoce los códigos de reserva de 6 dígitos alfanuméricos: son los que le indican a la persona que recibe al pasajero y hace el check-in qué pasaje compró, qué asiento tiene, etcétera. También tienen toda la información personal del pasajero: nombre, dirección postal, teléfono, número de viajero frecuente, de tarjeta de crédito y más.
Esto en sí no es un problema. Pero como alertan Karstein Nohl y Nemanja Nikodejevic, de la firma alemana Security Research Labs, ese código se imprime en los tickets para abordar y en las etiquetas que se pegan en las valijas, a la vista de cualquiera.
El código de reserva, o PRN, se imprime en los tickets y la etiquetas de las valijas
Alcanza con tomarles una foto (o simplemente recordar esas 6 letras o números) para luego usar cualquiera de los tres sistemas que se usan para el 90 por ciento de las reservas (Amadeus, Sabre y Travelport) y tener acceso a toda esa información -lo que representa una violación a la privacidad, abre la puerta a estafas, paparazzi, etcétera), e incluso modificarla y robar millas acumuladas, cambiar el pasaje y asignarlo a otra persona, etcétera.
Según los expertos, consultados por PC Magazine, la debilidad en la seguridad de este sistema se debe a que fueron diseñados en la década de 1970, y no han cambiado desde entonces para mantener la compatibilidad con equipamiento antiguo. De hecho, el sistema no registra quién accedió a esa información o hizo los cambios, así que no sería posible tampoco rastrear a quien hizo la modificación.
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