El lado B de Londres: dónde encontrar sus rincones sofisticados

St Dunstan-in-the-East fue construída en 1100. El edificio se quemó en el incendio de la ciudad en 1666. Luego, fue reconstruída en 1965. Durante los bombardeos nazis, en 1941, se volvió a destruir. En 1971, decidieron que las ruinas se convertirían en un parque público. Hoy en día sobreviven intactas las torres del edificio y se han instalado bancos alrededor de las ruinas para pasar un rato al aire libre.

En 1997, el artista Rick Buckley distribuyó por el barrio de Soho 35 esculturas de narices. Su acción fue una manera de protestar por la alta vigilancia y la cantidad de cámaras que filman las calles. De ahí las narices, por el Estado que "mete las narices" en asuntos ajenos. Actualmente, quedan 7, algunos dicen que 10. El mito es que si encontrás todas, serás rico por siempre.

Wilton’s Music Hall es una de las casas de música más viejas del mundo. Todo el año tiene una programación excepcional con conciertos en vivo y compañías internacionales de teatro. Además, producen sus propios eventos que se inspiran en el tipo de shows que el lugar solía albergar, obviamente reinterpretados para el público actual. Se puede ver ópera, obras de marionetas, música clásica, cabaret, baile y magia. El edificio está en constante restauración, pero no por eso cierra sus puertas al público. También, se alquila para casamientos.

Un poco fuera de la ciudad, en Essex, se puede visitar un búnker construido durante la Guerra Fría. El lugar estaba pensado para albergar a 600 personas, entre ellos al Primer Ministro. La idea era que en caso de un bombardeo, se pudiera seguir manejando el gobierno desde allí. Por eso, el edificio tiene tres pisos y 2500 metros cuadrados. Las paredes de concreto tienen 3 metros de ancho. Además, tiene dentro su propio estudio de la BBC. El predio en donde está el buker es muy grande y han instalado alrededor juegos de aventura que incluyen obstáculos con sogas.

La ciudad está cruzada por el Thames, todo su cauce es caminable y se conoce como el "Thames Path" . En Londres, hay 65 kilómetros de su curso bordeados por callecitas. Durante el trayecto hay distintos puntos atractivos como pubs, parques y monumentos. Lo ideal es hacerlo en bicicleta. Es muy lindo recorrer el centro desde la paz del río y no a través de las calles llenas de gente.