El matrimonio más exitoso de la moda

El mundo de Cynthia Kern, sin embargo, tenía características propias. En su universo interno había luces, colores, había audacia y desparpajo, una alegría que no encontraba reflejada en los diseños que veía y por eso quería crear su propia marca.

Tenía 22 años, una determinación incuestionable y un gran aliado: desde los 16 años caminaba a su lado Federico Bonomi, el hombre que tiempo después se convertiría en su marido y en el padre de sus cuatro hijos Luca, Mika, Fiona y Luigi. Juntos compartían una visión que les permitiría crear la primera firma de indumentaria que logró capturar el espíritu de una década, la de los 90, y luego transmutar, para seguir encarnando el futuro hasta convertirse en un clásico incomparable en el mercado local. “Éramos dos chicos de clase media. No estábamos técnicamente formados, pero teníamos salud y teníamos ganas ¿qué podía pararnos?”, reflexiona hoy Cynthia, que explota en carcajadas cuando se recuerda a sí misma yendo a comprar telas, a buscar costureras y a hacer consultas que hoy le provocan ternura. “Nuestro proveedores nos ven hoy y no lo pueden creer, realmente empezamos a los ponchazos, adquirimos el oficio a través de los años”, se enorgullece.

Fue durante esa época en la que eligieron el nombre de la marca. “Teníamos que imprimir las etiquetas y no habíamos pensado nada. Agarramos un mapa, pusimos el dedo y caímos en un monte australiano llamado Kosciuszko. Le cambiamos algunas letras para que parezca más exótico. Tiempo después nos enteramos que, además, era un monte sagrado”, revela. Hicieron muchas ferias y dejaron mucha ropa en concesión antes de comenzar a convertirse en esta pareja de empresarios, hoy el grupo KOWZEF S. A, conforma Kosiuko, Herencia, y una cadena de hoteles, Casa Chic, que comparte nombre con su firma de decoración de interiores.

“Recuerdo un punto de quiebre. Federico contrató a una modelo de Pancho Dotto , Lorena Giaquinto, para hacer nuestra primera gran campaña. Lo que nos salía la modelo ¡superaba el capital que teníamos en ropa! Pero fue un paso acertado. Saltamos a otro nivel de popularidad y entonces abrimos nuestro local de Alto Palermo y el del Alto Avellaneda, que recién se estaba construyendo”, repasa.

Kosiuko entendería antes que nadie la importancia de representar un concepto. Tan claro estaba que pudieron expandir su estética hacia una radio, un sello discográfico e incluso ¡una playa! Fueron los primeros en lanzar su e-commerce, cuando internet todavía era dial up y había que esperar una eternidad para que cada página cargue.

Cada paso dado, desde entonces, enriqueció ese universo que, como le gusta decir a Cynthia, “contó una historia” absolutamente atractiva a sus seguidores. Los llevó a formar parte incluso, de un momento icónico del pop, cuando en pleno auge de su carrera, Britney Spears lució varios de los jeans customizados y de tiro ultra bajo, que caracterizaban a la marca. El momento coincidió mágicamente con la presencia de Kosiuko en locales multimarca internacionales.

Este año, Kosiuko festeja su cuarto de siglo consagrado en el mercado local, robusto y con el margen de creatividad indicado para enfrentar una era mucho más convulsionada en cuanto a estéticas, formas de comunicación y panorama económico. Sin embargo, fiel a su estilo, no se guarda nada.

Para esta temporada, la marca presenta “Mystic Love” una colección ecléctica en la que el boho chic, lo femenino y el folk rockero de fines de los 60 y principios de los 70, marcan tendencia y vuelve a demostrar lo bien que la marca sabe leer cada era que transita.