
JUNIN DE LOS ANDES.- Los mapuches, que hace ya muchos años eligieron estas tierras como su hogar, buscan en el turismo una nueva forma de desarrollo y de relación con la sociedad.
Los visitantes pueden acercarse a sus comunidades, ver cómo viven, cómo trabajan y comprarles las artesanías que elaboran. Hay 44 comunidades esparcidas por el territorio neuquino, entre valles y montañas, a veces muy alejadas de las ciudades.
En Junín de los Andes y sus alrededores están establecidos 16 grupos, muchos de los cuales ya son orgullosos propietarios de sus tierras.
En esta provincia patagónica, recostada sobre los Andes, el pasado mapuche asoma por todos los costados. Sin ir más lejos, el nombre de la provincia es una voz mapuche (quiere decir arrollador, pujante), y la mayoría de los ríos, lagos y montañas también forman parte del mapudungun, el sistema de comunicación mapuche.
Aunque algunas estén más desarrolladas que otras, visitar una de las comunidades es como dar una salto en el tiempo, hacia el pasado. Viven muy cerca de la naturaleza y muy alejados de las comodidades a las que estamos habituados. Acercarse a ellos es descubrir un poco de la Argentina oculta, la que no tiene tanta voz, pero sí mucho por enseñar.
Juan Calfuqueo, un mapuche de la comunidad Aucapán Linares, que ahora vive en esta ciudad, se ofreció para llevarnos a conocer su tierra y su gente. Creció y trabajó en la zona de Aucapán, un valle a más de una hora de auto de Junín, con vista al Lanín y rodeado de araucarias y cohiues. Durante el viaje añoró cada día vivido allá y esperó con ansias llegar a su tierra para hablar en su lengua (se intenta conservarla y enseñársela a los chicos) y visitar a los suyos. Después de andar por el ripio un largo rato bajo el sol del verano, por fin las primeras casas de la comunidad se dejaron ver entre árboles y montañas, muy lejos unas de otras. En Aucapán viven más de 100 personas bajo la atenta mirada del cacique o lonco Víctor Antiman -que es elegido por el pueblo y no un puesto hereditario como antes-, que se encarga de velar por el bienestar de todos.
Al llegar, toda la comunidad, reunida en una construcción recién terminada, nos dio una calurosa bienvenida. Chicos y grandes nos ofrecieron una enorme sonrisa e hicieron que nos sintiéramos como en casa.
Enseguida llegaron el mate, las tortas fritas y el relato de la historia mapuche, de los padecimientos del pasado y, sobre todo, de las ganas de conservar sus tradiciones, su cultura y su lugar. Ese es el mejor regalo para las generaciones que vendrán.
Son argentinos hasta la médula, hablan perfecto el español, van a la escuela, usan ropa moderna, pero por sus venas corre sangre aborigen y no quieren que se diluya. Una buena manera de ayudarlos es acercarse hasta sus comunidades -las visitas son libres-, intercambiar conocimientos y comprarles sus artesanías, sin intermediarios.
Las mujeres son expertas en tejidos. Con la lana recién esquilada en sus manos son capaces de hacer ponchos, mantras (colchas) y cinturones de excelente calidad y buen gusto. Ellas hilan, ellas tiñen (siempre con tintas naturales de hierbas y yuyos, como menta, michai, raíz de chacargua, monteguanaco), ellas urden y finalmente tejen. Hacer un poncho puede llevarles hasta un mes de trabajo.
Los hombres se inclinan, además de las tareas agropecuarias, a trabajar la madera. Y así obtienen elementos de vajilla y adornos de troncos de árboles de la zona. También trabajan la cerámica, el cuero, la soga y la platería.
Dedicar una tarde para descubrir el mundo mapuche y ver su vida cotidiana es una colaboración hacia las comunidades y uno se enriquece el alma.
Pehuén, el árbol sagrado
El pehuén ( Araucaria araucana ) es el árbol sagrado de los mapuches. Cuenta la leyenda que, en una época de hambruna, un joven se encontró con un anciano de barba larga que le enseñó a comer su fruto, el piñón, y le dijo: "Hacé buen acopio, guardalos en sitios subterráneos y tendrás comida todo el invierno". Desde entonces nunca más faltó la comida. El pehuén es una planta milenaria, de gran porte y lento crecimiento. Esta conífera autóctona es el símbolo vegetal de Neuquén.
Pesca, moscas y truchas
La pesca deportiva es una de las actividades que más seguidores tiene en el Sur. Se sale a pescar por el gusto de capturar una trucha, verla luchar, sacarla, mostrarla y después, inmediatamente, devolverla al agua. Sólo unas pocas por temporada se pueden matar.
Las modalidades permitidas son spinning (con cucharita), trolling (embarcado) y pesca con mosca. Los mejores lugares para el fly cast (pesca con mosca) son la desembocadura del río Correntoso en Villla La Angostura, y la boca del río Chimehuín, en Junín de los Andes. Pero en todos los lagos (Nahuel Huapi, Corrrentoso, Traful, Lácar, Huechulafquen, Lolog y Tromen, entre otros), ríos y arroyos está permitido pescar hasta Pascuas. Durante todo el año, sólo se lo puede hacer en el Lolog (con devolución obligatoria).
Las salidas de pesca son una buena opción para compartir en familia, aunque nunca se haya tocado un anzuelo. Se pasea en lancha por un río o lago, se toma sol y, mientras tanto, el guía da las instrucciones mínimas para intentar capturar una trucha.
Datos útiles
Junín de los Andes
Alojamiento
*** $ 108
Río Dorado Lodge (02972-46168).
** $ 45
San Jorge (02972491147).
Río Dorado Lodge (02972-46168).
** $ 45
San Jorge (02972491147).
Hostería Refugio Lago Tromen. Ideal para pescadores. Tiene capacidad para 10 personas. El régimen es con pensión completa y cuesta 110 pesos por persona.
Gastronomía
Ruca Hueney (Padre Milanesio esq. Coronel Suárez), $ 10 por persona. La Aldea del Pescador, $ 8.
Salidas
Flotadas $ 6
En balsa por el río Chimehuín
En balsa por el río Chimehuín
Pesca en costa $ 95
De día completo por diferentes ríos y lagunas, con guía y almuerzo.
De día completo por diferentes ríos y lagunas, con guía y almuerzo.
Pesca en lancha $ 200
De día completo, por persona, por Tromen. Tres personas, $ 300.
De día completo, por persona, por Tromen. Tres personas, $ 300.
Informes, El Quetrú, 02972-492-263 e-mail: elquetru@jandes.com.ar
Visita a la comunidad
Aucapán está a un centenar de kilómetros de Junín de los Andes por camino de ripio, en el valle del río Malleo. Se puede llegar en auto. El teléfono de la escuela 287 Nahuel Mapi abajo, donde van los chicos de la comunidad, puede ofrecer información: 02972 490-740. También se puede consular en la Dirección de Turismo.
Pequeño diccionario
Mapuche: gente de la tierra.
Cumelén: que es bueno.
Futalaufquen: lago grande.
Hueney: amigo.
Huinca: hombre blanco.
Lácar: lugar de derrumbes.
Lahuen Có: agua medicinal.
Lonco: cabeza, cacique.
Nahuel Huapi: isla del tigre.
Ruca: casa.
Más información
Dirección Municipal de Turismo (Padre Milanesio y Coronel Suárez 02972-491160, y turismo@jandes.com.ar ).
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