Dos esculturas de mujeres enormes sorprendieron en las últimas semanas.
En Chicago, una Marilyn Monroe, obra del artista Seward Johnson, de ocho metros deja volar su vestido blanco sobre la avenida Michigan de la ciudad. La figura de acero inoxidable y aluminio, que pesa 15.300 kilos, está inspirada en el film La comezón del séptimo año, rodado en 1955. Aunque con algunas controversias por considerarla una obra machista, es la nueva atracción de la ciudad.
En Hamburgo, una gigantesca mujer asomó la cara y las piernas en el lago Binnenalster en los últimos días. Construida por Oliver Voss y bautizada La bañista, la estructura de espuma de poliestireno se refrescó durante diez días.