El Museo del Apartheid, en Johannesburgo
Es extraña su ubicación en Johannesburgo, junto al parque de diversiones del Gold Reef City. Pero tiene su explicación: el gobierno de Nelson Mandela debió negociar con empresarios para contar con el terreno de 6 mil metros cuadrados que serían destinados al Parque de la Libertad, como se llamaría el Museo del Apartheid. Y obtuvo este terreno, junto a un complejo turístico que también tiene casino. Cada centímetro debió lucharse en Sudáfrica, incluso para ejercitar la memoria.
Por eso tiene aún más valor este museo inaugurado en 2001, que introduce al viajero en los tiempos absurdos del apartheid. Hay salas de video con material de las luchas contra la segregación, un espacio inmenso dedicado a Mandela, una celda con horcas que describe las matanzas indiscriminadas, una habitación con las dimensiones exactas de las celdas de aislamiento -la ley permitía tener presos sin causa durante años, que no tenían contacto con otros prisioneros y sólo podían leer la Biblia-, referencias a los Black Power, objetos pertenecientes a los héroes de la liberación y muchísimo material interactivos, entre otros.