Low cost: algunas sorpresas a bordo al viajar por Estados Unidos
9 de abril de 2017
MIAMI.- ¿Spirit Airlines? Jamás había oído hablar de esa compañía. ¿Será confiable?, pensé al mirar el listado de precios que arrojaba una agencia de viaje online, para volar de Miami a Nueva York. El precio era tentador: esta lowcost me ofrecía llegar a la Gran Manzana por US$ 62, unos 20 menos que la siguiente aerolínea en la lista. No pretendía comida a bordo ni una sonrisa de la azafata. Además, ya había volado por otra lowcost, Jet Blue. ¿Qué sorpresa podía haber? Un clic y reserva confirmada. Tan fácil. Tan barato. Tres pasajes para mí y mis dos hijas, con destino a Nueva York.
Confiada, el error lo pagué caro al llegar al aeropuerto.
En general, todas las lowcost requieren hacer el check in online e imprimir el boardingpass en casa en las últimas 24 horas antes del vuelo, y Spirit no es la excepción. Lo sabía. Si se hace en el mostrador lo cobran US$ 10. Sabía incluso que no vale la pena pagar por asientos asignados (elegir cualquier asiento tiene un costo de 1 a 50 dólares). En el peor de los casos, viajaríamos separadas.
También chequeé el aeropuerto de llegada. Es sabido que estas líneas no vuelan a las terminales aéreas centrales. En mi caso, el aeropuerto de Newark no generaba mayores costos ni trastornos a mi viaje. Todo bajo control.
El primer paso fue entonces ingresar en la web de Spirit, sumamente amigable, con dibujitos explicativos en trazos de lápiz negro que denotan una imagen de marca joven e informal. Me pidió el número de confirmación para hacer el trámite. Ingresé el código pero me arrojó un "número desconocido".
Sin demasiada preocupación llegué al día siguiente al aeropuerto y expliqué mi problema. Mostré incluso la foto que tomé con el celular, corroborando el mensaje de Spirit en mi pantalla.
Una señorita se disculpó mientras me ayudaba a imprimir los boardingpass en las terminales autoservicio. ¡Gratis! Nos asignó los asientos a las tres juntas. ¡Gratis! Mi sonrisa me delataba: ¡qué buen negocio había hecho!
Pero llegó el momento de despachar valijas. Acostumbrada a volar por Jet Blue, cada una de nosotras había llevado un carry-on para no desembolsar extras. Error. En Spirit todo tiene costo. El equipaje de mano gratuito contempla apenas una mochila o cartera. Todo lo demás se paga. Llevar un carry-on a bordo, US$ 47; despachar una valija hasta 18 kilos, US$ 42 (sí, más barato). Desconcertada, opté por mandarlas a la bodega para ahorrar unos billetes (¿ahorrar? ¿en este punto?). Por cada valijita me cobraron US$ 42, como si las hubiera prepagado online. Reconozco incluso que fueron benignos, porque el esquema tarifario indica US$ 10 más por hacerlo en el aeropuerto, o un total de US$ 100 si uno se hace el distraído y llega hasta la manga del avión sin despachar.
En vez de tres valijas de mano (que costaron US$ 126), podríamos haber despachado una sola grande y ahorrarnos U$S 84 si me hubiera informado correctamente. O viajar por United por US$ 20 más cada pasaje y llevar el carry on gratis. Alegría esfumada.
Por lo demás, sólo me llevó de un punto a otro, que era lo que buscaba. En tiempo y forma. Sin pantalla individual, snacks, ni gaseosas gratis (US$ 3 cada una). Mucho menos Wi-Fi, lo que sí ofrece Jet Blue sin costo.
Moraleja: mejor leer bien las condiciones para no cometer este tipo de errores. De lo contrario, las lowcost no siempre resultan las más baratas.