Créditos: Santiago Filipuzzi
- ¿Cómo te definirías como viajero?
- Un desastre. Más allá de que, por suerte, existe Internet y se consiguen las cosas de otra manera, un poco más fácil, siempre descreo de todo. No sé si la torre Eiffel está ahí de verdad. Me cuesta mucho la organización, pero en un momento logro ir al lugar de alguna manera.
-¿Cuál es el primer viaje que recordás?
- A Sierra de la Ventana, a los 5 años. Me acuerdo que subimos a la sierra, me pinché y mis hermanas me bajaron a bofetazos. Hay un registro fotográfico. Primero yo llorando, y después con mis hermanas abrazándome y dándome besos, porque quería hacer cosas que hacían los más grandes y no estaba en condiciones.
- ¿Cuál es tu mayor defecto como viajero?
- Mi mayor defecto es que siempre me olvido algo importante. Soy capaz de llevarme todo un equipo y no llevar la batería para conectar y empezar a buscar en los hoteles algo que pueda reemplazarlo. Me meto en cosas que no estaban en el plan de visita a una ciudad y hay que salir a buscarlas.
- ¿Y la mayor virtud?
- Creo que siempre me corro de los lugares turísticos. No me gusta subirme al colectivo ese que te lleva a visitar todo. Cuando estuve en La Habana me puse a caminar por adentro, me metí en una escuela, en una clase, me gusta ver de verdad lo que está pasando ahí y no lo que te brinda el turismo
- ¿El destino más exótico que hayas conocido?
- Las pirámides de Cobá, al noroeste de Tulum, México.
- ¿Qué característica debe tener un buen compañero de viaje?
- Es difícil. Un compañero de viaje tiene que estar en el mismo tono, porque si no podés odiarlo inmediatamente. Tiene que ser una persona generosa y que esté ahí disfrutando sin ninguna dificultad, que no sea malcriado, el chico que cuando está fuera de la casa se pone caprichoso, que esto no quiere, que aquello le da miedo, que esto, lo otro. No me dan ganas de empujar a nadie.
-¿Qué es lo primero que ponés en la valija antes de salir de viaje?
- Armo muy mal la valija. Pongo la ropa, los pantalones, y después algún aparato entre todo eso, como una computadora o la máquina de afeitar. Soy muy sencillo, no tengo muchas cosas, somos hombres. Si voy a un lugar de playa, voy con mi sombrero de paja que me regaló Maitena, divino.
- ¿Si pudieras elegir un único objeto para que te acompañe en una isla desierta, sin señal de celular, cuál sería?
- Un encendedor, para que me dé fuego, que me dé calor.
- ¿Cuál fue tu mayor hazaña en el turismo aventura?
- Acampé frente al glaciar Perito Moreno y estuve toda la noche escuchando las explosiones de los pedazos de hielo que caían al agua. Era de terror, estaba buenísimo. Al otro día amanecí duro del frío en la espalda, me agarró pulmonía.
- ¿Tres buenos discos para escuchar en la ruta?
- Clandestino de Manu Chao; Álbum blanco de Los Beatles y lo mejor de Pavarotti.
- ¿Si tuvieras un año sabático, donde lo pasarías?
- Tengo pendiente ir a conocer todo el País Vasco, España, y también Italia. Ir tranqui, parar a comer, el tiempo que sea.
-¿Qué recuerdos tenés de cuando viviste en París?
-En un momento estaba sin laburo y puse unos volantes en las casas de música que decía Clases de piano, y llamaron dos personas. Al final terminé tocando en una pizzería y los tipos de ahí pensaban que era brasileño, entonces me empezaron a pedir que toque bossa nova y ante la presión empecé a cantar sin saber nada de portugués. Cantaba cualquier cosa, y empecé a tener un éxito increíble. Yo pensaba, un día va a venir un brasileño o un portugués y se van a dar cuenta. Cantaba un repertorio inmenso, la gente estaba fascinada.
- ¿Cómo es tu día de vacaciones perfecto?
- Desayuno. Playa. Siesta. Almuerzo. Siesta. Playa. Siesta. Cena. El día perfecto no es cuando más actividad tengo, sino justamente todo lo contrario. Cuanto más descanso, cuanto más estoy con mi cerebro en la nada, pensando en nada, porque cuando empiezo con las preocupaciones ya no estoy bien, porque no estoy viviendo ese presente. Entonces el día perfecto es cuando la pasé bien, pero no sé por qué fue. Pero no fue porque lo armé de tal manera y fui a conocer la isla de los pájaros, sino porque comí o bebí algo rico, y tengo un paisaje para contemplar, una buena charla con alguien de ahí y ya está, para mi estuvo divino.
MÁS DATOS
Por estos días presenta Qué Mundo Idiota, junto a Hernán Segret, Paco y Agustín Leiva, Leonel de Francisco y Francisco Salgado. Jueves y viernes, a las 22.30, en el Picadero. Entrada, desde 300 pesos.
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