Milán le rinde tributo al arte del novecento

Así es el fascinante Museo del Novecento, que se inauguró en diciembre último en Milán, la capital financiera de Italia, que, al sacar a relucir de modo atrapante el arte del siglo pasado, ya se convirtió en uno de los mayores atractivos culturales de la ciudad.

Más que recomendable para visitar, el museo se levanta en el Palacio del Arengario, edificio de estilo claramente fascista construido en 1937 por orden de Benito Mussolini justo en la plaza del Duomo, en pleno centro, frente a las famosas Galerías.

Se lo llamó Arengario porque se esperaba que desde su balcón el Duce pronunciara ante los milaneses sus famosas arengas populistas. En un momento fue el Palacio de Turismo, pero desde hace décadas buscaba su verdadera identidad. Fue el famoso arquitecto Italo Rota quien logró este objetivo, transformándolo en 1100 días y con una inversión de 28 millones de euros, en un museo más que atractivo, un cautivante laberinto.

El primer lienzo con el que se encuentra el visitante es el legendario El Cuarto Estado, realizado entre 1898 y 1902 por Giuseppe Pelizza da Volpedo y adquirido por la comuna de Milán en 1920. Se trata del mismo cuadro que aparece en el arranque de la película Novecento, de Bernardo Bertolucci. Imposible mirarlo sin sentir una intensa emoción, con esos trabajadores color ocre que avanzan caminando, en huelga, hacia e l sol del porvenir.

Después de esta visión de lo más simbólica del 900, vienen dos más: la fuente de Giorgio de Chirico ( Los baños misteriosos ), restaurada, y un video producido por los hermanos Lumiere durante el verano en el jardín del famoso hotel Diana, donde los milaneses acalorados solían tirarse a la pileta.

Luego, el visitante se topa con un espacio-homenaje a los grandes del siglo pasado: Pablo Picasso, Vasilij Kandinsky, Piet Mondrian, Georges Braque, Fernand Leger, Paul Klee o Henri Matisse... Aunque, como es lógico, en el Museo del Novecento priman las obras italianas. Su punto fuerte es la imponente sección dedicada al futurismo, una de las principales vanguardias del siglo XX, nacida oficialmente en 1909 de la mano del manifiesto firmado por el italiano Filippo Tommaso Marinetti, que tuvo su epicentro justamente en Milán.

Dicen que no hay en el mundo otra colección de obras futuristas tan rica como la de este museo. Se exhiben obras de Giacomo Balla, Carlo Carrà, Gino Severini, Ardengo Soffici, Achille Funi y Mario Sironi. Puede verse, además, el que se considera el primer cuadro futurista: Elasticidad, de 1912, por Umberto Boccioni, suerte de manifiesto pictórico de ese movimiento.

La sala de Fontana, nacido en Rosario en 1899, es una de las más espectaculares, con dos obras sorprendentemente rescatadas del olvido: la instalación de neón que en 1951 iluminó la Trienal (visible también de noche desde la plaza del Duomo) y el Soffitto spaziale ( Techo espacial ), obra de 190 metros cuadrados, con sus característicos cortes, que el artista había realizado en 1956 para el techo de un hotel de la isla de Elba.

DATOS ÚTILES: En la Piazza Duomo, Milán. Lunes, de 14.30 a 19.30. Martes, miércoles, viernes y domingos, de 9.30 a 19.30. Jueves y sábados, de 9.30 a 22.30. Entrada, cinco euros.