¿Para qué sirve el procedimiento que revolucionó hace años la salud femenina? Una vuelta de tuerca a un clásico que sigue salvando vidas.
Por Gloria Centeno (para blog de la mamá)*
Cruzás la puerta del consultorio del ginecólogo y comienza la rutina: un par de preguntas, desvestirse, y casi por inercia te hacés un PAP y colposcopía. Sin embargo, ¿tenés idea de lo que busca estudiar un PAP? ¿Quién lo evalúa? ¿Por qué no basta con hacerse uno solo en esta vida? En esta nota respondemos esas preguntas, entre otras, y te presentamos nuevas técnicas que se han desarrollado para preservar la salud femenina.
Pero antes de entrar en el tema de lleno y analizar las novedades existentes, me parece prudente empezar por el principio.
¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE PAP?
El PAP o Papanicolaou es el nombre coloquial de la "citología exfoliativa cérvico-vaginal", un estudio de rutina cuyo objetivo es evaluar el cuello del útero para descartar la presencia de células anormales ("atípicas"), que se observan en lesiones pre-cancerosas.
Pero cuidado, el PAP no fue diseñado para detectar el cáncer, fue pensado para detectar las lesiones ANTES de que sean cáncer. ¡Es brillante! Poseemos disponible un método sencillo, indoloro, económico, para detectar una enfermedad potencialmente mortal, antes de que ésta aparezca.
CUANDO LE HACEMOS FRENTE AL ASUNTO: LA TOMA DE PAP
El cuello uterino tiene una parte interna, que llamamos "endocérvix" y una externa, el "exocérvix". La zona de transformación es el punto de unión entre ambas regiones.
Habitualmente el PAP se toma en un consultorio raspando suavemente la zona de transformación antes mencionada, que es un sitio donde con frecuencia se asienta la patología.
La toma de PAP es indolora, debe hacerse en un ambiente que respete la privacidad de la mujer (esto es fácil de entender en un consultorio particular, pero no tan sencillo en un hospital público) y el resultado no debe tardar más de 4 semanas. Habitualmente es el ginecólogo el que envía la muestra a un Laboratorio de Patología y recibe el resultado.
Lo lógico es pensar que si una mujer se hace un estudio, es porque el resultado puede cambiar la conducta a seguir. En muchos casos la paciente no retira el resultado o no vuelve a su médico para conocerlo, y entonces esa información se pierde.
Por eso es de suma importancia que siempre vuelvas al consultorio de tu médico un tiempo después para conocer el resultado del PAP o, si llevaste la muestra a un laboratorio, retirar de éste el informe.
FIGURITA REPETIDA: EL POR QUÉ DEL PAP Y LA PERIODICIDAD DEL ESTUDIO
La pregunta del millón: ¿Por qué todos los años, o cada dos años, o cuando visitás al médico ginecólogo te hacen un PAP?
El motivo es simple: el cáncer de cuello uterino es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres de 35 a 64 años, a nivel mundial, HOY, en el mundo civilizado, y el PAP es el método más sencillo, y hasta diría económico, para prevenirlo.
En nuestro país se diagnostican 3000 casos nuevos de cáncer de cuello uterino al año y mueren 1800 mujeres por esta causa. No lo digo yo, lo dice el Ministerio de Salud de la Nación, que en el año 2008 implementó el "Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cérvico-uterino".
Este tipo de cáncer es un claro ejemplo de la desigualdad social, del acceso al sistema de salud, de las posibilidades que tiene una mujer de ir al médico estando sana. Una mujer con poca información, con poca educación, quizás no sabe que algo tan sencillo como un PAP puede salvarle la vida (perdón por el dramatismo, pero es así de simple).
EL HPV: EL MALO DE LA PELÍCULA (O NO TANTO)
En este momento sabemos que el cáncer del cuello uterino está vinculado claramente a la infección por el virus del Papiloma Humano, comúnmente conocido como HPV o VPH. Los virus HPV se dividen en dos grandes grupos: de bajo riesgo y de alto riesgo (y cuando decimos "riesgo" estamos pensando en el riesgo de que produzcan cáncer).
Se trata de un virus sumamente contagioso por contacto directo. De hecho, el 50 al 80% de las mujeres ha tomado contacto con el HPV alguna vez en su vida.
Vale aclarar que si bien es un virus que se contagia por vía sexual, el preservativo no previene el contagio ya que puede ser arrastrado por las manos de una persona a la otra. De todas maneras, quienes usan preservativo tienen menos chances de contraerlo que quienes no lo usan.
Cuando una mujer se contagia, puede tener una infección transitoria (la inmensa mayoría de los casos) o persistente (solamente el 5%). Una mujer con infección persistente por ciertos tipos de virus puede tener lesiones que son "precursoras" del cáncer. Las lesiones asociadas al HPV pueden ser de bajo o de alto grado. Son las lesiones de alto grado las que consideramos precursoras del cáncer. Estas lesiones aparecen unos 10 años antes que el cáncer en sí mismo. Y lo que es aún más importante: las lesiones producidas por HPV son tratables, y lo que intenta el PAP es identificarlas a tiempo y tratarlas adecuadamente.
Células correspondientes a un PAP normal (400x)
Lesión de bajo grado por HPV. El 95 por ciento de las mujeres infectadas lo elimina espontáneamente.
Células escamosas con lesión de alto grado por HPV.
¿QUIÉNES SON LAS QUE MÁS DEBERÍAN CONTROLARSE ENTONCES? ¿CADA CUÁNTO?
La población de mayor riesgo comprende a las mujeres de entre 35 y 65 años. La menopausia no es motivo para dejar de controlarse, ya que la incidencia de cáncer aumenta con la edad.
Sin embargo, en condiciones óptimas de cobertura, se sugiere el control desde los 3 años posteriores al inicio de las relaciones sexuales o, a más tardar, a los 25 años de edad.
La recomendación actual es el PAP por dos años consecutivos, y si los resultados son "Negativos" (no hay lesión) se puede seguir con controles cada 3 años.
¿HAY ALGUNA FORMA DE SABER SI TENÉS O NO TENÉS HPV DIRECTAMENTE?
Como complemento del PAP, lo que puede hacerse hoy en día, es la detección del virus del HPV, que permite saber si una persona está o no infectada, y de qué tipo de virus se trata. La metodología empleada se llama "captura híbrida" y detecta el ADN del virus.
Esta tendencia es sumamente interesante, ya que permite separar a las mujeres en dos grupos: las que tienen virus de alto riesgo, y las que no lo tienen. Y en base a esto, plantear estrategias de control: con qué método y cada cuánto tiempo se debe controlar a cada paciente.
LA VACUNA DEL HPV: LO QUE NO PODÉS DEJAR DE SABER
Podríamos hacer una nota entera sobre las vacunas existentes hoy en el mercado: indicaciones, pros y contras, etc, etc. Me limitaré a contarles lo verdaderamente importante: los virus de alto riesgo contra los que protege la vacuna abarcan el 70% de los virus asociados a cáncer y lesiones de alto grado. Como queda un 30% de virus "no cubiertos", la necesidad de controlarse periódicamente NO CAMBIA EN LO ABSOLUTO. Una mujer vacunada tiene menos riesgo de infectarse con ciertos virus, pero no está 100% cubierta, y por lo tanto, debe realizarse su control ginecológico correspondiente.
Y CON ESTE TORBELLINO DE INFORMACIÓN ¿QUÉ HACEMOS?
Yo empezaría por preguntarle a mis conocidas, allegadas, amigas, y a mí misma: ¿cuándo fue la última vez que me hice un PAP? ¿Cuál fue el resultado? ¿Cuándo debería volver al médico?
Si tuviese 30-35 años, charlaría con el ginecólogo sobre la captura híbrida, que puede ser una opción más que interesante.
Como hacía Tita Merello con su frase célebre de "Muchacha, hacete el Papanicolaou", difundiría esta información a la mayor cantidad de mujeres posibles, ya que las que más riesgo tienen de padecer cáncer de cuello uterino son las menos informadas, las que menos tienen acceso a la salud y menos se controlan. Sean tías, abuelas, primas, sobrinas, hermanas, compañeras de trabajo, jefas, amigas, vecinas, TODAS tienen un riesgo y también una posibilidad de diagnóstico temprano y tratamiento efectivo.
El cáncer de cuello uterino es PREVENIBLE.
Hacerse un PAP es GRATIS.
Y la salud pública en nuestro país, con sus defectos y virtudes, brinda cobertura UNIVERSAL Y GRATUITA.
*Gloria Centeno es Médica Anátomo-Patóloga y Citopatóloga, y ejerce su actividad en la Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes:
En esta nota: