Propuestas para recorrer el Chubut

Nordeste patagónico: en su exclusiva reserva de península Valdés se pueden realizar diversas actividades de turismo alternativo que incluye bicicleteadas.

2 de enero de 1998

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ANTONELA ROCCUZZO

NAIL ART

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PUERTO MADRYN, Chubut.-Aprovechar los últimos días en que las ballenas pueden ser avistadas , caminar entre pingüinos o simplemente andar en bicicleta pero por el exclusivo sendero, marcado especialmente en una singular reserva, son algunas de las alternativas que pueden realizarse en la península Valdés. Dejando atrás el museo del istmo Carlos Ameghino, donde se pueden recorrer salas que exhiben réplicas de ejemplares antropológicos, entre otras, se pueden emprender diversos paseos.

Mucho antes, en las inmediaciones de Puerto Madryn, sobre el golfo Nuevo, se puede visitar la reserva faunística de Punta Loma o, incluso más hacia el Sur, a aproximadamente 40 kilómetros de Rawson, está la posibilidad de recorrer la pingüinera de Punta Tombo.

Para completar, hacia el centro oeste de la provincia se puede saborear el distinguido y tradicional té galés en el pueblo de Gaiman.

Entrada en la Patagonia

Pero la excursión puede comenzar mucho antes. Hay algunas que parten de la zona norte del Gran Buenos Aires, por ejemplo, y hacen su primera escala en Sierra de la Ventana.

Siguiendo este trayecto, el segundo día puede transcurrir viajando hasta Puerto Madryn, unos 850 kilómetros entre la llanura pampeana y la meseta costera. La parada obligada -para almorzar- se realiza en Río Colorado, en la puerta de la Patagonia.

Una vez en Puerto Madryn se visita Punta Loma, donde es posible seguir desde lejos el juego de los pingüinos. Al mediodía y provistos de una vianda de mariscos y pescados de la zona, se recorre la playa de Cerro Avanzado para ver restos de ostras fósiles y de organismos que deja la marea.

Al tomar rumbo hacia la península Valdés hay que disponerse a dedicar por lo menos un día. Teniendo al golfo San José hacia la margen izquierda, una vez que se lo pasa se llega hasta Punta Norte. Desde allí, hacia al Sur, se desciende a Caleta Valdés y, bordeando la península, se arriba a Punta Delgada, sitio donde se asientan la elefantería y lobería, en las inmediaciones del faro.

Hacia el otro lado, sobre el golfo Nuevo está Punta Pardelas, donde se puede acampar. Es el único lugar donde se puede andar en bicicleta, dando la vuelta Punta Pardelas hasta llegar a la extensa formación de pedregullo de playa Colombo, en un trayecto sin mayores exigencias, más que un buen estado físico.

Muy cerca, en Puerto Pirámides, se pueden avistar ballenas: atraídas por las aguas más tibias, se acercan para amamantar a sus ballenatos. Son sociables y curiosas, por lo que se aproximan a la costa y hasta se desplazan a la par de la embarcación que traslada a sus observadores.

Estas excursiones pueden concluir en el campamento de Punta Pardelas, donde con extremo cuidado está permitido realizar un fogón en la playa.

Pingüinos y té galés

También se puede hacer campamento en Madryn y, desde allí, dedicar un buen tiempo para visitar la pingüinera de Punta Tombo, ubicada 120 kilómetros al Sur.

Para el té galés hay que dedicar mucho más que el tiempo que demanda una merienda. En Gaiman, hay más de diez opciones para disfrutar de las tradicionales tortas negras y una variante salada que incluye pan casero, scones y manteca elaborada en la zona. También hay un museo que funciona en la antigua estación del ferrocarril, donde se observan pertenencias y testimonios de las primeras familias galesas que habitaron el valle.

Datos para guiarse

El precio de uno de estos programas es de 850 pesos con bicicletas y 650 sin bicicletas, con todo incluido; alojamiento, transporte en combi, comidas variadas: asados, pastas, regionales; guías, excursiones. Las caminatas son accesibles a todo público y las bicicleteadas son de nivel moderado. Se ofrece más información por el 791-1142 y 794-3466.

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