¿Quién es Valeria Kechichian? La argentina que superó sus adicciones gracias al skate y creó una organización que ayuda a mujeres de todo el mundo
Luego de años de excesos, Valeria Kechichian empezó a patinar y descubrió en esta actividad una herramienta de empoderamiento femenino
12 de diciembre de 2021 • 12:11
Foto gentileza de Valeria Kechichian/Alex Atack
“Gracias a las mayores oscuridades en mi vida obtuve las mayores transformaciones. Están muy demonizadas las emociones negativas, pasar un mal rato, estar triste o enfadada, pero es gracias a ellas que podemos crecer y evolucionar”, afirma Valeria Kechichian (41), fundadora de Longboard Girls Crew.
Ella lo sabe en primer persona. Nació en Argentina, en el seno de una familia armenia, pero hace más de veinte años que vive en Madrid. “Había situaciones familiares muy insostenibles, problemas pesados y crecí dando tumbos. España fue mi vía de escape. Salí al mundo con tanto dolor, ira, tristeza, frustración y miedo, que me metí en distintos comportamientos adictivos: alcohol, drogas, trastornos de la alimentación. Eran comportamientos autodestructivos para evadir una realidad muy dolorosa”, recuerda.
No fue hasta el 2008 que empezó su sanación. “Se requiere mucha estabilidad y coraje para hacer ese viaje interior tan incómodo. Entre muchas otras actividades, empecé a patinar y, al final, me terminó cambiando la vida”, confiesa.
Foto gentileza de Valeria Kechichian/Aggy Ferrari
Longboard para mujeres
Valeria menciona que en su casa a su hermano siempre le permitían quedarse viendo la tele, mientras las mujeres levantaban los platos. “Desde chica me revelaba contra las injusticias. Creo que por eso también dedico mi vida a buscar esa igualdad para la mayor cantidad de mujeres”, afirma.
A los diecisiete empezó a trabajar en un skate shop en la galería Bond Street y tuvo su primer contacto con el deporte. Pero sería muchos años más tarde, en esa búsqueda de reconectar con su esencia y abandonar las adicciones que patinar cobraría forma. “Buscaba actividades de alta vibración y ahí pensé que quería patinar bien. Se lo comenté a un amigo y, en una serie de sincronicidades, me prestaron una tabla que alguien se había olvidado”, cuenta. Y fue sobre esa tabla que encontró su propósito.
El arte de patinar
“Hay un empoderamiento muy importante en el skate de las mujeres: hacer algo que nunca pensamos que íbamos a hacer”, asegura Valeria. “Cuando nos juntamos un par de chicas solas, sentimos un espacio súper seguro, una sororidad que no habíamos experimentado nunca”.
Foto gentileza de Valeria Kechichian/JP Bevins
Con esa sensación en el cuerpo y la voluntad de cooperar en lugar de competir, en 2010 junto con Jacky Madenfrost armaron una página de Facebook que llamaron The Longboard Girls Crew. “Ahí nació el movimiento. Al poco tiempo empezó a resonar muchísimo con niñas y mujeres en distintos lugares del mundo”, explica. Grabaron un video (el primero de mujeres en longboard del mundo) y se hizo viral.
“Fue un boom. Hasta entonces la representación femenina que había era mega sexualizada. Mujeres en bikini sosteniendo una tabla. Cuando tuvimos acceso a redes sociales y a elegir cómo retratarnos, empezaron a cambiar las cosas. Longboard Girls Crew somos todas. Cualquier mujer que patina es parte de este movimiento y va tener la misma exposición y mención”, señala.
Foto gentileza de Valeria Kechichian/ GoPro
Ayudar a más mujeres
Con Longboard Girls Crew Valeria evidenció el poder que tiene una tabla y cuatro ruedas, así como el impacto positivo que podía tener su trabajo en una comunidad. Si bien, desde el principio se enfocaron en colaborar con orfanatos, centros de menores y refugiados, Valeria sentía que faltaba algo más. En 2017 creó Longboard Women United, ONG que hoy dirige y a la que está abocada completamente. “Empezamos con programas relacionados con el skating, como una herramienta que trae alegría, empoderamiento y cambio social. Con los años mutó y ahora tenemos muchos programas educativos en orfanatos de Malasia e India”, explica Valeria.
Debido a su labor en el empoderamiento femenino, es convocada por numerosos organismos a dar conferencias. “Siempre digo que empecemos por casa, sanando nuestras propias relaciones. La colaboración humanitaria y social es intrínseca al ser humano”, afirma.
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