Está claro que yo no puedo estar con nadie en este momento. No es Rafa, no es Jordi. El tema soy yo. Todo esto en lo que me metí es en realidad una gran excusa para no tomar una decisión que me aterra. Anoche tuve esos típicos sueños en los que corrés en el mismo lugar por lo que parecen ser horas. Y cuando me miraba los pies tenía unas All Stars negras con todos los cordones enredados, eran miles de cordones como fideos vivos que se retorcían. ¿O eran gusanos? Vaya metáfora sofisticada la mía. Freud se haría una fiesta.
Después me desperté toda agitada y me tuve que ir al living a tirar en el sillón un rato hasta que se me pasara. Rafa dormía. Nunca se dio cuenta de nada.