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Santiago, atractivo y con cuentos de brujas

A pesar de que no abundan los lugares para visitarla por ser pequeña pero tranquila, esta urbe conserva su encanto en las arraigadas características españolas de su arquitectura, en los mitos y las leyendas populares de tierra adentro




SANTIAGO DEL ESTERO.- Si se calcula llegar a la capital de la provincia en martes o viernes, sepa el viajero que son las jornadas en que revive el mito de las brujas de la región. Tienen los oídos más abiertos. Pero nada va a pasar, hable en voz baja y relájese. Acomódose para conocer un territorio fascinante por todas las cosas que hay para indagar. Dispóngase a compartir su estada con un pueblo maravilloso, que adora -de alma- la música y es artista, cualidades heredadas de la presencia negra en territorio santiagueño en tiempos de la Colonia.
Americanos, españoles, ingleses, árabes, italianos, judíos y negros (que en 1778 constituían el 52% de la población según el censo borbónico), es el cóctel. Son los pueblos que sumaron -antes o después del tiempo del dominio de la Corona- esfuerzo a la conformación cultural y económica de la ciudad de Santiago del Estero, el centro administrativo y político más antiguo de la República, fundado oficialmente en 1553 y que mantiene hoy la plaza cívica en el mismo sitio que varios siglos atrás cuando se produjo la creación de la ciudad.
Ciudad del Barco IV fue la primera denominación que recibió el original emplazamiento de la ciudad, levantada por Núñez del Prado, de la corriente colonizadora del Alto Perú, en 1550. Tres años después invade la población Francisco de Aguirre, encomendado por Pedro de Valdivia para extender los dominios del movimiento conquistador de Chile. Entonces, la ciudad se traslada a su ubicación actual con el nombre de Santiago del Estero (Santiago, en honor al patrono de España, Santiago Apóstol, y del Estero por la existencia de los esteros del río Dulce, que pasa junto a la ciudad).
Una tibia tortilla santiagueña a la parrilla, del tamaño de una pizza pequeña, aporta la energía necesaria para dar una vuelta a la ciudad que abarque la catedral, el Museo de Ciencias Antropológicas y Naturales Emilio y Duncan Wagner, el Mercado, el Parque Aguirre y el Museo Histórico. Caso contrario, un chipaco, una masa hecha en horno de barro y entreverada con chicharrón, es todavía una fórmula más enérgica que la anterior. Incluso, más original y aventurado sería probar el bolanchao, una dulzura local confeccionada con el fruto del mistol molido y repasada con la harina de la algarroba.

Huellas y tradiciones


Varios terremotos han sucumbido a la ciudad en el pasado. Por eso el legado arquitectónico que se preserva data del siglo XIX. Sin embargo, las huellas de la presencia española de la conquista quedaron esparcidas en todos los ámbitos de la provincia.
"El santiagueño del ámbito rural es mestizo, tiene arraigadas características de lo español, con una apreciación muy grande por el valor, la valentía, con una práctica social muy atada a la tierra. El habitante de la ciudad no deja de tener las características de aquello, porque Santiago del campo está muy pegada, pero tampoco es muy cosmopolita", señala un historiador. Santiago del Estero es una ciudad pequeña y tranquila. No obstante, a la mañana, desde temprano, exhibe ritmo de Bolsa de Comercio. Al mediodía, anda como al compás de un sábado. Apenas avanzada la tarde, la ciudad adopta la cadencia de un pueblo sosegado, replegado sobre las almohadas. "Una provincia vecina dice que nos gusta dormir la siesta -comenta una santiagueña-. Y es cierto." Cuando el sol suaviza su efecto sobre esta provincia norteña, la ciudad recobra un movimiento que le sienta muy bien: la gente ocupa las calles, algunos para trabajar, pero la mayoría lo hace para juntarse con amigos, para usar los bancos de la plaza y poblar la peatonal. Lugares para visitar no hay tantos dentro de la ciudad, pero los sitios existentes brindan mucho a quienes concurren.

La cultura en exposición

El Museo de Ciencias Antropológicas y Naturales Emilio y Duncan Wagner es una vía apropiada para aprender las culturas prehispánicas que habitaron las áreas aledañas a los ríos Dulce y Salado que, paralelos, cortan la provincia de Noroeste a Sudeste. ¿Cuántos han oído hablar de la cultura Las Mercedes, que abarcó un período de vida desde el año 400 a.C. y el 700 d.C., y cuyos protagonistas principales fueron los tonocotés? ¿Quiénes saben que dos de los animales sagrados de los indios del llano santiagueño eran la serpiente y la lechuza, la primera representativa de la Madre Tierra, y la segunda del agua, cuya unión de fuerzas provocaba la fertilidad, figuras presentes en la producción alfarera antepasada? Miles de piezas forman el museo que lleva el nombre de dos arqueólogos franceses, los hermanos Wagner, que acrecentaron, a partir de 1927, la importante colección de hallazgos en territorio santiagueño.
Madre de las Ciudades es el mote con que los santiagueños siempre llaman a su tierra. Porque desde allí se planificó la fundación de otras urbes en las actuales Catamarca, Córdoba, Salta y Tucumán. Santiago del Estero fue la sede del obispado hasta que se trasladó a Córdoba. La provincia no tenía metales ni grandes riquezas naturales para explotar. "Está registrado que en 1587 había diez mil indios santiagueños trabajando en las minas del Alto Perú, de los cuales muy pocos regresaron", señala Luis Garay, especialista en conservación del Museo Histórico, situado en la antigua casona de la familia Díaz Gallo. La exposición permanente posee varias salas (de arte, documentos y piezas de colección).
Asimismo, el Parque Aguirre, la iglesia de San Francisco Solano -que recupera el paso del santo por Santiago-, la Sábana Santa de la iglesia de Santo Domingo, el teatro 25 de Mayo -fundado en 1910-, el mercado de alimentos y otras curiosidades de la tierra completan el paseo por la ciudad.
Las brujas son pocas y los días que trabajan también. Los santiagueños son muchos y los días que reciben a los viajeros con calidez son siete. Eso sí, para cerrar una jornada en Santiago del Estero, lo mejor es probar unos niños envueltos en hoja de parra o un quipi en un restaurante árabe.

Recomendaciones

Traslados

Aéreo: desde 119 hasta 194 pesos.
Autobús ejecutivo: desde 55 pesos.

Alojamiento

Hotel Santiago del Estero. Tres estrellas, media pensión, habitación doble, 70 a 83 pesos.
Hotel Santiago del Estero. Dos estrellas, 40 pesos
Hostería Villa La Punta. Media pensión, 25 pesos.

Sabores regionales

Arrope de tuna o chañar: $ 6 el kilo.
Tortilla a la parrilla: $ 1.
Chipaco: $ 1.
Empanadilla de batata o dulce de anís: $ 0,50.

Más información

Dirección Provincial de Turismo de Santiago del Estero, comunicarse por el 085 213253.
Andrés Pérez Moreno

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por Redacción OHLALÁ!

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