Tailandia es uno de los países más budistas del planeta. Casi el 95% de su población practica el budismo de la antigua escuela Theravada; templos, altares e imágenes religiosas de distinto tipo son parte del paisaje habitual. En todo el territorio se calcula que hay unos 37.000 templos y sólo Bangkok tiene cerca de 400, incluyendo auténticas atracciones turísticas.
Por ejemplo, Wat Pho o Wat Phra Chetuphon, uno de los más visitados por los extranjeros, también conocido como el Templo del Buda Reclinado. Allí se puede ver principalmente la descomunal estatua dorada de un buda recostado, de 46 metros de largo y 15 de alto, tan largo dentro de una sala proporcionalmente pequeña que es imposible de fotografiar de manera completa. Pero el Wat Pho es, además, todo un predio con otras mil imágenes de Buda y estupas de todos los tamaños y colores entre jardines de rocas, bonsáis, enigmáticas estatuas y discretos monjes de túnicas anaranjadas deslizándose entre la multitud de turistas.
Está abierto de lunes a domingo, de 8 a 17, y se cobra una entrada de 20 baht (a 30 baht por 1 dólar).
Cinco toneladas de oro sólido
Otra interesante parada en el tour religioso es Wat Traimit o el Templo del Buda de Oro, en el Chinatown de Bangkok. Su mayor atractivo es, justamente, una estatua sentada de 900 años, de 3 metros y más de cinco toneladas, la más grande hecha en oro sólido. Y con una historia detrás: en el siglo XVII, ante la amenaza de saqueo de la ciudad por parte de los birmanos, la estatua se cubrió con yeso. Así, disimulada, permaneció un par de cientos de años sin que nadie le diera mayor importancia hasta que, en 1957, un monje descubrió accidentalmente lo que había debajo de la poco atractiva capa exterior.
Como en otros templos, en Wat Traimit vale la pena también echar un vistazo a pequeños detalles, como las alcancías automáticas para donaciones, separadas por día de la semana, que activan coros de oraciones grabadas; las flores de loto, los inciensos y, claro, la minoría de devotos que logra abstraerse de las molestias de los turistas, a pesar de todo.
Wat Traimit abre al público todos los días, de 9 a 17, por una entrada de 20 baht.
Completa la trilogía básica del turismo religioso en Bangkok el Wat Arun, del otro lado del río Chao Phraya, con una cúpula o prang que está entre las más clásicas postales de la ciudad. Se suele llegar en pequeños ferries que cruzan el río desde el austero muelle Tha Thien, por unos 4 baht para el transporte y 20 más por la entrada al sitio.
DATOS ÚTILES
Cómo llegar
Qatar Airways vuela a diario de Buenos Aires a Bangkok con escala en Doha (Qatar). Desde 1350 dólares en clase turista y 5440 en ejecutiva, en ambos casos más tasas e impuestos. Válido del 2/8 al 2/12. www.qatarairways.com
Cuándo viajar
La temporada de lluvias se extiende entre mayo y noviembre. De noviembre a febrero se registran las temperaturas más bajas, mientras que el resto del año es altamente caluroso.
Comer en el cielo
Bangkok es una de las ciudades con más rascacielos. Nada como comer y contemplarlo todo desde lo alto. Como en el restaurante Red Sky, piso 55 del hotel Centara, en el 999 de la avenida Rama www.centarahotelresorts.com
Más abajo, con recomendable comida india, está el Rang Mahal, piso 26 del hotel Rembrandt. www.rembrandtbkk.com
Fiebre amarilla
Para ir a Tailandia, los argentinos necesitan certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. La vacuna se aplica gratis en Petrona Eyle y Av. Huergo (Puerto Madero).
Cambio
30 baht equivalen a un dólar norteamericano
Paquetes
En Buenos Aires, la agencia Sintec-Tur ofrece paquetes a Tailandia, asociada a la agencia ITC, de Bangkok.