Gastón Soffritti sobre ser famoso desde chico: "Traté de ir entendiendo cómo funcionaba"

Contame de la peli, ¿cómo te sentiste siendo actor y productor a la vez?

Es un proceso que arrancó ya hace varios años. No en esta película en particular, sino produciendo teatro. Pero en esta fue más especial porque estuve como autor más que como productor. Estuve en la parte creativa de la producción, en el rol de guionista y de la idea original de la película. Fue un proceso largo porque fueron cinco años en los que el libro fue, vino, pasó por diferentes manos. La película la grabamos hace un año y medio, o sea que tardó bastante en salir. Así que tenía mucha ansiedad en el medio de todo ese proceso, porque la película toca un tema bastante actual, pero hoy en día, como pasa todo tan rápido, si salía el año que viene por ahí capaz que ya era vieja.

Tu personaje en un momento, al alcanzar la fama, vive una polémica con la exposición. ¿Te sentiste identificado con él?

El personaje de Nico Romero, además de tener mi segundo nombre y mi segundo apellido, es como una especie de álter ego mío de algunas cosas que me pasaron a mí, otras que les pasaron a amigos míos o gente que yo conocía en el medio. Yo tuve mi etapa de más exposición en la que trataba siempre de manejar un perfil bajo, pero tuve momentos de noviazgos o cosas que salían y se conocían. No se hacían tan virales en ese momento porque todavía no existían las redes sociales como existen ahora y se masifica todo mucho más rápido. Pero sí tapa de revista de esto, de lo otro, de fotos en algún lugar, y bueno, te sentís un poco expuesto.

¿Cómo viviste la fama? ¿Alguna vez te jugó más en contra o más a favor?

Yo nunca padecí el hecho de ser reconocido por la gente o de que me pidieran fotos en la calle. Me tocaron algunos proyectos con los que realmente era difícil salir a la calle, como en la época de Patito feo. Fue un boom a nivel mundial. Y años más tarde con Graduados también. Lo veía toda la familia y me volvían parte de ellos. Me decían: “Che, yo como con vos a la noche”. Y eso es medio raro, pero entendía un poco la sensación. Traté de ir entendiendo con el tiempo cómo funcionaba.

¿En algún momento necesitaste tomarte una pausa de tu carrera?

No, nunca pensé en parar del todo; creo que no podría tampoco porque mi personalidad no me lo permite. Soy muy inquieto y siempre estoy buscando hacer cosas nuevas. Sí admito que en algún momento pensé en correrme un poco de la parte más actoral y tirarme más para atrás, como quizás estoy haciendo ahora, aunque también estoy en el doble rol. Me di cuenta de que me gusta estar en el armado de los equipos y dejar que delante de cámara pueda suceder otra cosa. Con el tiempo te vas volviendo un poco más selectivo y empezás a producir y crear tus propios proyectos. Te cuesta más decirles que sí a algunas cosas que te van ofreciendo porque, si tenés la chance de hacerlo vos, no lo dudas. 

¿Te pasó de arrepentirte de haber dicho que sí?

No soy de arrepentirme mucho de las de las cosas que hago porque creo que en ese momento quise. Con el tiempo uno siempre mira para atrás, pero no me arrepiento de haber aceptado, porque ese Gastón de ese momento lo necesitaba. Hayan sido proyectos de ficción o de no ficción, todos construyeron al Gastón que soy hoy. Era parte de un proceso necesario. 

¿Qué cambió del Gastón que empezó hace 20 años?

Tengo la sensación como si hubiese tenido 10 vidas diferentes. Es muy loco. Obviamente que los trabajos te van modificando, pero lo que traté de cambiar fue más en mí, tratar de mejorar en cosas mías como persona. Los procesos mentales tienen un papel muy importante en esta carrera. Es una profesión que tiene mucho sube y baja. Y mi concepción de lo que quería de chico para el futuro es muy diferente a la actual. Veía otra película. 

¿Qué te planteás al momento de decidirte por sí o por no frente a una propuesta? 

Analizo varias cosas; primero, que me deje algo, que me mueva alguna fibra. Que tenga que ver con algo que quiero contar. Y después, lo que más trato de valorar con el tiempo es el tiempo. De chico no tuve tanto tiempo para mí, y para la mayoría de los proyectos en los que participaba dependía de la producción o del manejo de los tiempos de otras personas. Me perdí muchas cosas por eso. Muchas cosas que vive un pibe común. Cumpleaños, jugar al fútbol, ir a la cancha. Ese proceso me lo perdí. Por eso me pongo medio quisquilloso con el tema tiempos, porque, justamente, es lo único que no puedo recuperar.

¿Proyectos en mente para este año?

Con mi productora tenemos escritas un par de películas que están ahí dando vueltas en algunas plataformas. Con muchas ganas de hacer alguna más entre este año y el que viene. También estoy con el armado de un canal de streaming, programándolo todo completo para lanzarlo ahora en abril. Son cosas que llevan mucho tiempo... 

Veo que nunca te aburrís. 

No, no puedo aburrirme. Me gusta ir viendo qué es lo que pide la gente, el mercado. Me gusta analizar qué es lo que pasa en el mundo, los comportamientos de las personas con respecto a las plataformas que eligen. Hay una tendencia muy grande a que vaya todo para el lado del streaming y del gaming. Es un mundo en donde también hay mucho potencial, que todavía no terminamos de entender muy bien. Es un nuevo vocabulario, una nueva forma de contar.

¿Alguna vez te planteaste dejar la actuación atrás?

Esa pregunta a veces la comparo con cuando dicen: “Che, ¿hace cuánto que laburas en el banco?, “Hace 23 años ya”, y automáticamente pensás: “Uh, ya debés estar un poco cansado”. Es medio parecido a eso, aunque la actuación te permite otras cosas, es mucho más variada. Pero hay algo del tiempo y de lo que le tenés que dedicar que hace que te vayas cansando un poco. Y que vayas buscando otras cosas. Yo necesito ir variando, haciendo un poco y un poco, si no, me aburro muy rápido.

Vas variando: películas, la productora, el streaming...

Lo del canal es un proyecto muy ambicioso y bastante grande, porque es trabajar con una programación completa y no solamente para vivo, sino también con cosas grabadas como entrevistas, pódcasts, gaming, eventos. Es muy grande y me lleva mucho tiempo. Pero creo que en los próximos años me voy a dedicar más a ese lado, y al desarrollo de mis ficciones. Y después, a la actuación si aparecen propuestas que me gusten, que me llenen.  

¿Qué sueño buscás alcanzar con estas estrategias?

No tengo un sueño tan claro. Con el tiempo me fui dando cuenta de que no soy solamente actor. Puedo ser muchas cosas más, y me gusta poder ser muchas cosas más. Esto del armado de equipos, de ver todas las piezas que hay en el tablero o el rompecabezas, me atrae mucho. Armarlo, desarmarlo, volverlo a armar. Eso tiene mucho que ver con la producción. Con ventipico de años dando vueltas por el medio, coseché muchos contactos. Conozco gente de todos los rubros. Y en el trayecto me fui haciendo de amigos también. Me gusta compartir con gente que me deje algo, no porque sí, sino que tenga algo más, de valor. 

Te gusta hacer un rol de 360°, ver cada perspectiva.

Me gusta trabajar de manera integral. Después, obviamente, en cada una de las áreas hay gente que sabe muchísimo más que yo. Yo no creo que sea muy bueno en nada, pero sí soy un poco bueno en varias cosas. No tengo la concentración como para decir “voy a ser el mejor”, porque soy disperso y muy inquieto. Prefiero tocar un poco bien la guitarra, un poco bien la batería... e ir viendo y jugando en cómo las voy cambiando después. Así puedo ir teniendo una visión más clara de cómo quiero armar ese proyecto.

Habiendo empezado desde tan chico, ¿qué consejo le darías a alguien que recién empieza?

Desde mi humilde posición, le daría dos consejos. El primero es que trabaje mucho la cabeza porque es muy difícil este medio y este rubro en sí. Tenés que estar bien parado porque cuando creés que lo tenés todo muy fácil, una cosita te tira al piso. Más hoy en día con las redes sociales, es muy complicado. Podés tener subidas muy rápidas, y, por lo general, lo que sube muy rápido también baja muy rápido. Es muy importante saber bien quién sos ante cualquier cosa. Muchas veces no lo sabés, como me pasó a mí en el camino, y lo fui descubriendo. Al haber arrancado tan chico, no lo pensás, lo vivís mientras va pasando, y obviamente me pegué unos palos feos. No todo es color de rosa y no todo está tan bueno. Por eso digo que trabajar la cabeza me parece lo más importante. El segundo consejo es la perseverancia. Todo el tiempo vas a recibir un “no” tras otro. Y están buenísimos. De entrada, obvio que son feos, pero te van dando forma. Vas a un casting, no pudiste, no te salió, no era el momento, lo que sea. Tenés que seguir. No queda otra opción que levantarte todos los días y seguir intentando. Es la única manera de lograr un objetivo. A la larga, llegan más los que todos los días hacen algo para lograr lo que quieren.