5 consejos para lograr que el balance de fin de año sea una herramienta útil
Llega fin de año y diciembre es un mes en el que nos ponemos en modo 'balances'. ¿Cómo lograr que sea algo útil y nos sirva como herramienta? Te compartimos 5 consejos para lograrlo.
30 de diciembre de 2023
5 consejos para que el balance de fin de año sea útil. - Créditos: Getty
Llega fin de año, ya llegó, y la tele, las redes, la radio y hasta las tarjetas virtuales que te mandan te invitan a hacer un balance. Y hay que estar muy alerta para no caer en la trampa de poner en dos columnas, el debe y el haber, lo que creemos que fueron los últimos doce meses.
Es que cuando hablamos de balance, en diciembre, hablamos de una evaluación. Es decir, ponemos en perspectiva lo que hicimos en un determinado periodo y analizamos el peso que las acciones tuvieron en los resultados. Y eso nos empuja, por ejemplo, a intentar meter en un mes todo lo que no hicimos en el año. ¿Salud mental? Quién la necesita…
Es imposible y frustrante y también puede ser innecesario. Si total entre el 31 de diciembre y el 1ero. de enero hay solo una noche y tiramos el calendario, ponemos el otro, cambiamos de agenda y como mucho tenemos que sacar turno para hacernos los análisis de rutina, después, la vida sigue igual.
Para decidir si queremos hacerlo o no, está bueno entender que hacer un balance personal lleva trabajo y tiene ventajas: Reflexionamos sobre lo bueno y lo malo y nos permite comprometernos con no repetir algunas experiencias. Cerrar etapas, aunque sea una convención social, no hace sentir que avanzamos. Los comienzos son refrescantes, se sienten más livianos.
De todos modos deberíamos preguntarnos si queremos hacer un balance, si tenemos que hacerlo justo ahora (lo podés hacer en agosto, colega) y también un poco cómo vamos a hacerlo. Si la respuesta es sí, sigan leyendo.
Las 5 sugerencias:
Les quiero compartir, si se quieren meter de lleno, 5 sugerencias para que nuestro balance sea, como mínimo, una herramienta honesta para entender cómo vivimos y cómo nos gustaría vivir. Una pavada.
- Evitá el recap amnésico: Solemos tener presente el último lío, la última fiesta. Como mucho, los últimos tres meses. Un balance no se puede hacer con fragmentos de nuestra vida. Si usás agenda, revisá página por página. Mirá el carrete de fotos de tu celular, tus propias redes sociales y la red social de algún medio de comunicación. Te vas a asombrar. Eso que te parece que pasó hace mil años, ocurrió hace seis meses y necesita ser sumado a tu balance, corazón.
- No caigas en la falacia del control: No todo depende de vos, entonces, muchas de las cosas simplemente ocurrieron y nada tuviste que ver con eso. Para bien y para mal, así que ojo para donde inclinás la balanza, es muy complejo evaluar sin contexto y tal vez tu objetivo del año había sido ahorrar y en dólares, y bueno, no se pudo...
- Sumá peras y manzanas: Aquí sí se puede. Las diferentes áreas de tu vida impactan unas en otras, entonces quizás no pudiste hacer tanto ejercicio como querías pero finalmente te recibiste. Sumá peras y manzanas porque sino no estás viendo la película completa.
- No hagas un balance destructivo: El análisis destructivo se basa en la crítica y no conduce a nada. Mirar para atrás sirve, justamente, para aprender y resignificar. Si esto te cuesta, haceme caso, agarrá un cuaderno y buscá una cosa buena por mes y partí de ahí.
- Tené cuidado con los números: Tendemos a pensar en plata (Y está buenísimo ganar dinero), pero no somos una empresa, y nosotros, nuestra familia y nuestro entorno no son relaciones que necesariamente deben dar ganancias o hacer gala de objetivos cumplidos. El dinero no sirve como medida genérica y sobre todo la cantidad no tiene nada que ver con la calidad. Tal vez tenés un logro y 5 metidas de pata pero ese es el logro de tu vida.
Y lo más importante: Si hablamos de patrimonio emocional, el todo no es siempre la suma de las partes. Si yo te sumo 1 selección de 21 jugadores + 7 partidos + 12 goles + 1 copa del mundo, esas partes no me alcanzan para representar el TODO que significó ganar el mundial 2022
Vamos terminando (igual que el año).
Despedir el 2023 para darle la bienvenida al 2024. - Créditos: Getty
Después solo te queda elegir un método, una hoja de ruta, la que te sirva: Columnas, la rueda de la vida con colores, un diario, etc. (podés googlear, hay muchos, y también podés inventar el propio) y definir un momento de tu agenda para dedicarle. Lo que hacemos con todo esto es poner el bendito balance a nuestro favor y dejar de hacerlo en piloto.
Y recordá, si el año viejo no pudiste lograr tus metas, no perdés nada con soltarlo. Y tal vez, de paso, descubrís que hay cosas, esas que incluso no te dejaban dormir, que hoy ya no te interesan y está buenísimo.
La definición de balance, me gustan las palabras y sus definiciones, nos dice que es un movimiento en el cual hay un vaivén, algo que se mueve de un lado a otro, y en ese movimiento se equiparan las fuerzas. Lo que no está balanceado, se cae. Si lees la definición otra vez, vas a ver que describe, perfectamente, el acto de hamacarse.
Hacer fuerza con los pies para ir para atrás, tensar los brazos, soltarse y confiar, ir para adelante, sentir el viento en la cara, cerrar los ojos, ganar altura, sentir que volás… y tener la certeza de que mucho de lo que te proponés en el 2024 no podría ser sin lo que viviste en estos doce meses.
Gracias por lo compartido durante este año intenso y nos vemos en la plaza, ahí, esperando nuestro turno para las hamacas.