Catarsis de una mamá agotada
Jose de Cabo relata rutinas prolongadas con sus hijos, lo que la deja cansada y, a la vez, en estado de reflexión sobres sus decisiones de vida. También, recuerda épocas en las que ella era completamente otra.
12 de junio de 2023
Catarsis de una mamá agotada. - Créditos: Getty
Son las nueve y media de la noche. Es viernes. Escribo esta columna desde mi cama. No como locación de escritura elegida, sino porque estoy con el pijama puesto (medias incluidas) tapada con acolchado, escribiendo esto acostada.
Esta columna, que debería haber entregado el martes/miércoles y siendo 21.30 del viernes no entregué, todavía no tiene un tema claro.
Mis hijos duermen en sus camas en las que los arropé con el amor que me quedaba después de una jornada intensa de maternar. Hace cinco días que su papá está de viaje, así que estoy a cargo de absolutamente cada momento de sus vidas (salvo las horas que están en el colegio) y eso incluye levantarlos a la mañana, viandas, llevadas y traídas, berrinches, baños, cenas, acostarlos y levantarse a la noche si se levantan. Entre otras cosas.
Son las nueve y media de la noche del viernes y yo desde las seis estoy deseando este momento.
¿Dónde quedó la que disfrutaba los viernes? ¿La que rompía la pista de baile hasta que se hacía de día? ¿La que iba al boliche en musculosa cuando hacía 4 grados bajo cero?
¿En qué momento me desdibujé entre chupetes, pañales, viandas y notas a la maestra?
¿Dónde estoy? ¿Ahora soy esto? ¿Soy solo esto?
Me intriga saber si a los varones les pasa lo mismo. ¿O será que la carga mental no los modifica como lo hace con nosotras? Porque, digamos todo, ¿quién puede pensar en romper el boliche si su hijo se está haciendo pis en la cama o está teniendo dificultades con los amiguitos del colegio? Y ni hablar de que, si podés hacerlo, después tenés que encontrar quién te cuide los pibes mientras vos te vas de conga. “¿Con quién dejaste a los chicos?” Adiviná si al padre se lo preguntan.
Catarsis de una mamá agotada. - Créditos: Getty
Demás está decir que amo a mis hijos y es lo mejor que he creado en mi vida. Amo también a su papá, con quien hacemos un equipo maravilloso. Tengo salud y trabajo. Soy una afortunadísima, lo sé, y por eso más bronca me da tener días en que me siento así.
No todo es desolación, amigas, claro que no. Por supuesto que esta vida es la que elegí y sigo eligiendo. Claro que los momentos buenos exceden a los malos y que quiero seguir estando donde estoy.
Hoy fue un día un poco difícil, una acumulación de días difíciles que terminaron en pizza sobre la mesada y trabajo metida en la cama. Una lloradita y a dormir, que mañana será otro día.
*Comparto esta catarsis para que vos, amiga que estás agotada del otro lado, sepas que no estás sola. Nos tenemos.