Dales a tus hijos recreos de vos
Mechi es comunicadora y creadora de contenido. Se define también como mamá de Cruz, Blas y Quinto.
6 de junio de 2023
Dales a tus hijos recreos de vos - Créditos: Getty
Se escuchan madres que se quejan de sus niños, pero ¿se escuchan niños que se quejan de sus madres? Hace poco, y con algo de nostalgia y dolor, descubrí que estoy entrando en esos caminos pedregosos de la maternidad que creí que tardarían en llegar, pero que están acá nomás. Lo supe aquella tarde que llegué a lo de mi suegra, largué bolsas y cartera, revoleé anteojos y abrí los brazos de par en par, esperando que mis tres pichones corrieran a mi encuentro. Pero el escenario fue desolador. Al menos para mí. Se dieron vuelta riéndose y cuando me vieron se pusieron serios, con caras de desilusión. El mensaje no verbal fue claro: “qué fiaca que hayas venido a buscarnos, acá la estamos pasando bomba”.
No hay dudas. En la casa de sus abuelos, cuando los padres no están, los niños se sienten como en Disney. Los límites no existen, los “no” tampoco. Hay desayunos en la cama, sorpresas de chocolate y televisión cuando quieren. Nadie les dice que saquen los codos de la mesa o se sienten derechos. Juegan a la pelota adentro y hay salidas al shopping, del que nunca salen con las manos vacías.
Si yo cambio el recorrido con tal de que no vean la juguetería, sus abuelos van directo a ella. Es que los abuelos hacen exactamente eso que yo no hago: malcriarlos. No los juzgo, ¿acaso no es esa su tarea si ya educaron a sus propios hijos?
A lavarse los dientes, a dormir, comé todo el plato, levantá los juguetes, apagá la tele... tantas son las frases que repetimos a diario que llega un momento en que nuestros hijos no nos bancan más.
¿Qué le pasa a esta señora de rodete? No es que no nos quieran, claro que no. Es solo que, a veces, los hijos también necesitan recreos de sus padres. Así que, querida colega madre, ojo con pensar que estás harta de tus hijos; en dos minutos y medio puede darse vuelta la tortilla... Una cuota de sana distancia nos resetea a todos, a nosotros como adultos y a ellos como niños. Pero tranquila, en el fondo, y aunque no lo demuestren, ellos siempre quieren volver.