Del woke al odio: reflexiones tras el discurso de Javier Milei en Davos

Georgina Sticco, co-fundadora y directora de Grow-género y trabajo, analiza el concepto de "woke”, que significa “estar despierto”, y la escalada de odio que se desencadenó.




Quienes somos activistas de la agenda de diversidad, equidad, inclusión, quienes hablamos de género e interseccionalidad, invitamos a ver y entender de qué van las desigualdades estructurales, esas que se sostienen en el tiempo y hacen que un grupo de personas no pueda acceder a ciertos derechos, como puede ser la educación, la salud, el trabajo.

Nuestro enfoque invita a desarticular las desigualdades estructurales, a repartir los recursos de una manera equitativa, ya que observamos desde los datos que la igualdad ante la ley es necesaria pero no suficiente, dado que partimos de un mundo desigual. 

A esta forma de ver el mundo, se la denominó “woke”, como “estar despierto”. 

 

Lamentablemente, hay algunos líderes que están de acuerdo con la forma del mago de Oz de unir a las personas “dándoles un buen enemigo”, y el enemigo pasamos a ser quienes trabajamos por la igualdad.

Recientemente en Davos, el presidente Javier Milei habló de la cultura woke y de las feministas como “cáncer”, “virus”, “pandemia”, algo que hay que “extirpar”. 

Entendemos que estas palabras parten del miedo a perder poder, un poder que han sostenido a lo largo de miles de años de historia, y que, más allá de todo, siguen sosteniendo. Recordemos que los magnates de Amazon, X y META se sumaron a esta agenda anti-woke, reduciendo o eliminando sus programas de diversidad, equidad e inclusión.

 

Puede ser que en sus discursos ellos digan que la igualdad ya se alcanzó y que estas políticas discriminan, pero recientemente Mark Z. (META) indicó que él está convencido de que se requiere "más energía masculina" y que una "cultura que celebre un poco más la agresión" tiene impactos positivos. Es decir: salir de la agenda de diversidad, equidad e inclusión le permite discriminar y promover una cultura de miedo, sin ser cuestionado.

Más allá de las ideas partidarias que tengamos, que tengo yo que estoy escribiendo, o que tengas vos que me estás leyendo, sería interesante replantearnos las bases desde donde dialogamos.

 

  • El modelo de la libertad no es el del grito, el de la violencia, el que busca silenciar o eliminar.
     
  • El modelo de la libertad es escuchar a los demás, a todas las personas, no solo a quienes tienen poder. 
     
  • El modelo de la libertad es el que asegura que todas las personas pueden acceder a ella.
     
  • El modelo de la libertad está basado en el respeto.

Espero que estas formas de expresarse nos llamen a la reflexión sobre si estas son las maneras que deseamos, o si podemos encontrar otras.

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