Flor Salort y los ataques de pánico en primera persona: hablemos de esto para superar la angustia
La médica se refiere a los ataques de pánico, los síntomas y cómo salir adelante. Cree que es fundamental comprender para disipar los miedos.
4 de abril de 2024 • 12:00
Ataques de pánico: síntomas y tratamientos para superarlo. - Créditos: Getty
De repente, estás en el colectivo o en el subte y empezás a sentir que tu corazón late fuerte. Te sentís rara, como que te fala el aire. Mirás para cada lado buscando ayuda, a veces, con vergüenza. Te empezás a frotar las manos, las sentís con un poco de frío. Estás inquieta y te decís… ¡otra vez, no! Te ponés más nerviosa. El pecho te molesta y sentís miedo de que te pase algo. No sabés si quizás te vas a marear o desmayar o si te va agarrar algo que te haga perder tu control. Te querés ir de ahí, salir a buscar más aire y no encontrás nada que te calme. Hasta sentís a veces miedo a morir en ese instante. No es la primera vez que te pasa. ¡Y, sí! Sabés que se puede tratar de otro ataque de pánico.
Como ginecóloga que intento abordar la mente, cuerpo y alma de mis pacientes, me ocurre que, en muchas ocasiones, escucho a mujeres que me relatan que viven estas experiencias. ¡Vaya si los viví!
Los ataques de pánico son una realidad que afecta a muchas personas, tanto mujeres como hombres, y me parece extremadamente importante abordar este tema para brindar apoyo y contención. Es por todo esto que quiero hablar sobre esta experiencia, con la esperanza de que podamos generar conciencia, empatía y ofrecer orientación a quienes la sienten.
¿Qué son los ataques de pánico?
Se trata de crisis súbita de ansiedad y miedo intenso que puede surgir sin una causa aparente o un peligro real. Pueden darse en cualquier lado, en tu casa sola, durmiendo, en un medio de trasporte en el cine, en un restaurant, en una montaña, etc. No avisan ni piden permiso.
Estas crisis pueden generar reacciones físicas intensas y provocar sensaciones abrumadoras, como la creencia de que estamos a punto de morir, miedo a volverse loca, perder el control. Puede haber dificultad para respirar o incluso la sensación de un problema cardíaco, lo que aumenta aún más el miedo y la ansiedad.
Puede ser que algunas personas los tengan una vez o dos veces durante toda su vida o pueden ser frecuentes o muy frecuentes y pasar a sentir un estado crónico de miedo a los propios ataques y puede llegar a afectarnos casi por completo y hasta transformarse en un trastorno de pánico. Aunque los ataques de pánico suelen durar solo unos minutos, llegan a un punto cúlmine para después disminuir. La intensidad del malestar que generan puede llevarnos a vivir verdaderas crisis de angustia, trastornos de ansiedad, tener reacciones exageradas y, a veces, no oportunas.
Ataques de pánico: síntomas
Algunos de los síntomas que pueden manifestarse durante un ataque de pánico incluyen sensación de ahogo, taquicardia y palpitaciones, sudoración, temblores o sacudidas, falta de aire u opresión en la garganta, náuseas, calambres abdominales, dolor en el pecho o cabeza, entumecimiento u hormigueos, mareos, entre otros.
Estos ataques pueden desencadenarse debido a situaciones de estrés, angustia, miedo, cambios ante situaciones que nos recuerden peligro consciente o inconsciente, incluso procesos de duelo, etc.
Como la mayoría de los síntomas son compartidos por otras afecciones médicas es importantísimo que consultes con tu médico cuando lo empieces a experimentar. Seguramente antes de diagnosticarlo te harán estudios de laboratorios, perfil tiroideo, electrocardiograma, entre otros, y una evaluación terapéutica.
Demás está decirte que los ataques de ansiedad o de pánico no son porque “una se volvió loca, ni es histérica, ni que delira”. Tampoco es porque lo provoca adrede ni que simplemente se siente por un poco de estrés vivido.
Es una situación mucho más frecuente de lo que pensamos, de la que se habla poco y que las personas que lo han vivido (me incluyo) o lo viven aún hoy, se sienten bastante incomprendidas, a veces, sin posibilidad de pedir ayuda ni de ser escuchadas, con baja estima y preguntándote una y mil veces: “¿Cómo puede ser que a esto yo no lo puedo manejar?”.
Tratamiento para los ataques de pánico
Es fundamental comprender que no estás sola en esto y que es posible superar estas sensaciones. No permitas que un ataque de pánico se convierta en una limitación en tu vida. Muchas veces, podés sentir que no vas a salir de estas situaciones. Pero no es así. Sabé que existen formas de aliviar los síntomas y mejorar tu calidad de vida con ayuda profesional.
Es crucial buscar apoyo y hablar abiertamente sobre lo que estás experimentando. No te automediques con cualquier sustancia sin la debida orientación. Consultá a un profesional que pueda brindarte el tratamiento adecuado. Y es importante que sepas que lo que funcionó para alguien más puede no ser lo mejor para vos, e incluso puede empeorar la situación. Somos personas diferentes, así que no compares tu situación con la de otra persona.
Priorizá tu salud y bienestar. Buscá para esos momentos realizar cosas o acciones que te hagan mejor. Llamá a alguien que sepa lo que sentís y que sepas que te hace bien, respirá más lento, no hiperventiles, ponete una música relajante, pensá que no es real “todo lo que sentís” y pedí ayuda profesional.
Cuidá de vos y escuchá tus necesidades. No te quedes atrapada en la negatividad. Buscá cada día algo que te conecte con cosas positivas y encontrá momentos para relajar y calmar tu mente. No te aísles, acordate que hay personas dispuestas a brindarte su apoyo y que no sos la única persona en el mundo que pasa por eso.
En resumen, los ataques de pánico son una realidad frecuente y tratable. Hablar de esto pude ser uno de los primeros pasos. No sientas culpa, no sientas vergüenza ni te sientas “menos inteligente o con baja estima” por lo que te sucede. Es fundamental buscar ayuda, comprender que no estás sola, rodearte con personas y actividades que te hagan bien y trabajar en conjunto con profesionales para superar esta experiencia. Se puede estar mejor. Abracémonos entre todas.
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