Luna llena en Leo y los vínculos: el desafío de pertenecer más y encajar menos
Estamos transitando la Luna llena en Leo y la astróloga Ayelén Romano nos da un aprendizaje clave para prestarle atención durante estos días.
26 de enero de 2024 • 09:33
Conocé la energía que trae esta Luna Llena que estamos transitando. - Créditos: Valentina Bussi
En esta Luna llena en Leo que estamos transitando desde ayer, quiero hacer hincapié en una idea potente de la energía que nos trae. Hay una diferencia muy grande entre encajar y pertenecer. Todos tenemos ganas de sentir que pertenecemos a un hogar, a un grupo de amigos, a una persona de la cual enamorarnos, pero por lo general caemos en hacerlo al módico precio de encajar. El tema, querida lectora, es el siguiente: encajar es mirar una situación, una persona, un grupo de gente, y volverse lo que sea que nos tengamos que volver para que las piezas del otro nos permitan entrar.
Hacemos que suceda lo que tenga que suceder para que esto se dé, incluso si eso implica ser y volverte menos. En cambio, pertenecer, así de lindo como se siente, también así de natural, es que viene: no tenés que cambiar nada de vos, ni hacer que encajen partes que de otra forma no sucederían. En estos últimos días tuvimos un cambio muy grande en términos astrológicos, con el comienzo de Plutón en Acuario y la llegada de la Luna llena en Leo, y pienso en todo esto: en elegir pertenecer más y buscar encajar menos, porque no hay nada natural ni para uno en intentar llevar adelante lo que simplemente no te elige o no es para vos.
Todo el tiempo me cruzo con personas que se preguntan qué hubiera pasado si esperaban menos de un vínculo, o qué pasaría si el otro un día se despierta y mágicamente se da cuenta de que al final sí, te ama, que tenés todo para darle, que te merecés ese amor. Y la respuesta suele ser la misma: nada hubiera pasado. Porque esa persona no era para vos.
A veces queremos tanto que funcione y que se dé, que realmente podemos hacer lo que sea, darlo todo. El idealismo leonino nada tiene que envidiarle al idealismo pisciano en ese sentido, te sueñan cualquier película de una mínima escena de pocos segundos. No tenés que andar cambiando quién sos, ni qué querés, ni qué buscás en amigos o en un amor con las personas correctas para vos. Para quien tengas que ser, no vas a querer, ni pretender, ni demandar demasiado. Para quien no seas, ufff... ahí sí. Vas a ser todo lo que ellos no pueden tolerar, ni se bancan, ni entienden cómo tratar, no pueden asegurar ni prometer, solo porque les gusta recibir el sol que sale de tus manos. Pero nada más que eso.
Cuál es el impacto de esta Luna. - Créditos: Valentina Bussi
Fijate que seguro para muchos seas una estufita, que cuando empiezan a sentir mucho calor con vos van a querer apagarte o salir al fresco de otros lugares, mientras que hay personas que van a ser capaces de mantener eternamente el invierno ahí afuera en la naturaleza, con tal de seguir teniendo tu calor cerca.
Así que pienso, con esta Luna llena en Leo que estamos viviendo, en pertenecer a lo que nos elige de la misma forma que nosotros los elegimos, porque no hay nada más hermoso que pertenecer, que querer y que no quieran, que tener que animarnos a abrir el corazón porque es la única forma real de sentirnos vivos. Y no hay nada más desesperante, desencajado, terrible y sufrido, que intentar que encaje tu forma de ser en otras cosas o personas que nunca te van a aceptar. Las personas solo pueden comprendernos, querernos y aceptarnos desde el grado de profundidad en el que ellos mismos pueden navegar. Fíjate en no estar pidiéndole un océano a un charquito.
Así que dejá de preguntarte por qué no fuiste la persona elegida, por qué no te quisieron con la intensidad que necesitabas o demandabas, por qué no te demostraron que importabas. En las situaciones o relaciones a las que vengas a pertenecer, no te vas a quedar llena de esas preguntas sin respuesta, porque no te van a dejar ni medio atisbo de duda. Va a ser tan evidente y tan inevitable como el Sol, que sale todos los días sin preguntarle a nadie, ni pedir permiso para encandilar.
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