Manifiesto de amor propio: 9 claves para conectar con vos

Ser amable con vos misma: hablarte como le hablás a tu mejor amiga, no te castigues, porque todos estamos aprendiendo.  

Atesorar tus experiencias para ganar confianza: hacer, avanzar, incluso con miedo, porque ya sabés todos los desafíos que superaste antes. Nuestra trayectoria te permite conectar con tu poder personal 

Tenerte paciencia: no todo, no siempre, y vale el “no puedo”. 

Decir que “no”: saber dónde ponés límites para resguardarte, para no regalar tu energía. Sobre todo, identificar qué tenés ganas de hacer y qué no, y actuar en consecuencia. 

Decir que “sí”: hay días en los que podés arriesgarte un poquito más, entregarte a la aventura: esas son las oportunidades en las que salen nuevas habilidades. Exponete al mundo, porque no sabés lo que te espera. Ya conocés la frase: “Si querés resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. 

Acompañarte esos “días grises”: no siempre te sentís brillante y confiada, a veces, estás bajoneada y te ves fea o incómoda en tu propia vida, es normal. Acompañate en esos momentos de duda o sinsentido, seguramente mañana o pasado será distinto. 

Ver tu cuerpo como tu templo: observá lo que te permite cada día tu cuerpo. Honralo desde la palabra, mimalo (a veces, es dedicarte un rato a encremarte), miralo con amor. A veces, ese cuerpo también está atravesando tus desafíos, y no siempre está como esperamos o nos gustaría, sin embargo, él también es un guerrero y está bueno agradecerle.  

Hacé algo por tu bienestar, invertí en vos: cuidar tu paz mental, tu salud corporal, tu inteligencia emocional te empodera. Puede ser anotarte en terapia, empezar una clase gratuita de zumba en la plaza de tu barrio, ver una serie de videos de espiritualidad en YouTube. Todo aquello que te haga sentirte mejor, que te estás dedicando un tiempo.

Sentite parte de algo más grande: movete con aquellos que te hacen sentir bien, que te contienen y cuidan, que te miran con amor y con fe. A veces, incluso es entregarte al misterio, a rezar, a conectarte con lo divino.