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Ritual para sentirte más atractiva y potenciar tu autoamor

"Seducir es atraer" y, en esa búsqueda, hay un ritual que podés hacer para potenciar tu autoamor y enriquecer tu confianza.


Collagista.Valentina Bussi

Ritual para sentirte más atractiva.

Ritual para sentirte más atractiva. - Créditos: Valentina Bussi.



¿Te pasa que hay días en que te sentís algo bajón? ¿Que caminás por la calle y nadie te mira? ¿Que te hiciste un poco invisible? Si te pasa todo eso y encima no te sale ninguna, no conseguís un buen trabajo y el chico que te gusta ni te likea, te recomiendo que empieces hoy mismo a hacer este ritual para potenciar tu autoamor y ganar confianza.

¿Qué quiere decir atractiva? Seguramente oíste hablar del planeta Venus en la astrología, del arquetipo de la Emperatriz en el tarot o de la diosa Afrodita. Son distintas formas de representar a la misma energía: la fuerza de la sensualidad como energía magnética.  Pero, ¿por qué es importante? Porque seducir es atraer. Y uno de los requisitos para que empecemos a manifestar las cosas que queremos en la vida es justamente estar atractivas. Y aunque solemos decimos “vernos” atractivas, en realidad lo que necesitamos es “ser” atractivas o “estar” en ese estado magnético.

Para volverte más atractiva lo primero que vas a hacer es reconocer todas las cosas que te gustan. Entonces todos los días, durante por lo menos 7 días, vas a hacer algo en plena conciencia del placer que te da. Si lo podés hacer durante 14 días, mejor. Y lo podés hacer durante 21, que es el tiempo que lleva incorporar un hábito, muchísimo mejor. Además, cuantas más cosas hagas durante el día en plena conciencia del placer que te trae, mucho mejor. Pero aunque sea tenés que hacer una cosa por día.

 

Pero aunque sea tenés que hacer una cosa por día.

  • Caminar descalza sintiendo el pasto que te acaricia.
  • Oler una flor.
  • Darte un baño de inmersión.
  • Ponerte un perfume.
  • Pasarte una crema.
  • Comer una fruta sintiendo cómo su sabor te inunda la boca.
  • Comer un bombón o un chocolate.
  • Escuchar el ruido del viento.
  • Sentir la brisa en la cara.
  • Tomar cinco minutos de sol placentero consciente.
  • Acariciar la cabeza de un chico.
  • Pasarte una plumita por la cara.
  • Tomarte una copita de vino.

Entonces la idea es que utilices tus cinco sentidos para obtener placer: oler, gustar, tocar, saborear, escuchar. Vas a empezar a ver que después de hacer algo así todos los días, tu estado magnético va a ir aumentando. Vas a tener un “despertar” y a empezar a sentirte más seductora. Además, si tenés un altar o algún lugar sagrado, durante los días que dure el ritual vas prender una vela o un incienso, a poner flores y una manzana, que es la imagen arquetípica de la seducción (¿te acordás de la historia de Adán y Eva no?).

Y durante esos 7 días vas a decir esta oración frente al altar:  “Yo (tu nombre), aquí y ahora desde mi existencia en (el lugar donde vivís), asumo e integro la seducción, la capacidad de atraer a mi universo todo lo que deseo en todo momento. Soy deseo, me declaro la seducción y esto lo digo desde mis dos energías.”

Cuando dice dos energías, la oración se refiere a la energía ying y yang. Y al cabo de los 7 días (o 14 o 21) de estar diciendo esta frase, vas a agarrar la manzana, vas a cavar un pozo en la tierra (puede ser una maceta, un jardín, una plaza) y la vas a enterrar. Y después te vas a dirigir agradecida y reverente a la madre tierra: le vas a decir que la compartís con ella, que vos estás trabajando para encarnar esta energía y le vas a pedir que te muestre el camino para que así sea. 

Pero, ¿por qué son importantes los rituales? En su libro “Aceptar la sombra de tu inconsciente”, el psicoanalista junguiano Robert A. Johnson cuenta que había dos mujeres súper PhD viviendo juntas en Europa. Y que tenían un ritual. Se habían puesto de acuerdo en que cada vez que una de ellas tuviera un logro académico, durante la semana siguiente iba a ser la encargada de sacar la basura. Y no era para castigarse. Era para no darle tanto lugar a la soberbia y hacer espacio para la humildad.  En resumen, la función de estos pequeños rituales de la vida cotidiana es mantener el equilibrio. O sea, ayudarnos a encontrar lo que los budistas llaman “el camino del medio”. Por eso, cuando descubrimos conscientemente que una energía nos falta, hacer un ritual nos ayuda a darle espacio en nuestra vida (y en nuestra conciencia) y a incorporarla de forma agradable.

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