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La felicidad es un momento, es el resultado de acciones, hábitos y conductas que se gestionan previamente para vivir esa explosión de hormonas que intervienen en ella. Es un estado emocional positivo que se acompaña con sensaciones de plenitud, bienestar y satisfacción.
La coach ontológica y terapeuta emocional Celina Cocimano nos cuenta que la felicidad es transitoria y forma parte de un estilo de vida en el que intervienen otras emociones que son más perdurables y no solo un destello de euforia. Por más gratificante que sea, la felicidad dura muy poco tiempo.
Para alcanzarla más a menudo, hay que tener como propósito el bienestar, entrenar la alegría, tener el foco bien desarrollado para ver siempre el vaso medio lleno, ser conscientes de nuestras decisiones y descubrir el poder que podemos adquirir en medio del caos. Porque todo, en definitiva, está relacionado a la toma de decisiones: la felicidad es una decisión.
1
Hacer más de aquello que nos hace feliz, disfrutando cada momento.
2
Naturalizar el bienestar, la simpatía, el ánimo equilibrado, la solidaridad, el aprendizaje y la empatía.
3
Vivir sin prisa, liviano, pleno, vivir para, por y con uno y conocer lo que nos provoca felicidad.
4
Respetar tus tiempos.
5
Si algo no funciona como lo estás haciendo, cambiá la fórmula.
6
Ser consciente de las emociones y los estados de ánimo.
7
Nutrir la mente con información que te acerque al bienestar.
8
Interpretar cómo nos impacta y cómo respondemos ante el caos.
9
Ser flexible a los cambios.
10
Agradecerse y valorarse.
La alegría se entrena
Sentimos alegría en nuestro cuerpo debido a la liberación de dopamina y serotonina y se puede activar con pequeñas cosas. La música que mueve, la comida que nos gusta, los momentos placenteros, contemplar algo que te provoque belleza, paz, mirar videos que te generen sonrisas.
La alegría se puede provocar o también empezar a reconocerla en el día: detectar algún momento de alegría y quedarse con esa vibración por largo tiempo.
Si uno empieza a activar más seguido los neurotransmisores responsables de la alegría, la vida será más liviana, el cerebro buscará nutrirse más de esa sensación y, por más días duros que vengan, siempre se podrá ver el sol en cada amanecer y, sobre todo, sonreír más seguido.
Bienestar emocional
El bienestar emocional es el balance afectivo que hacemos entre nuestras emociones y estados de ánimo agradables y desagradables: lo bueno, lo malo; lo lindo, lo feo; lo quiero, no lo quiero; lo necesito no lo necesito; agradecer o quejarse; lo tengo, no lo tengo; me merezco, no me merezco; puedo, no puedo.
Todas estas connotaciones las definimos nosotros, todo depende del significado que le ponemos o de la actitud que tomamos. Veo siempre el vaso medio vacío o medio lleno.
¿Desde qué mirada analizo, cuestiono, interpreto?
Mirada avestruz: responsabiliza al exterior, es una mente de carencia. Ve el árbol y no puede ver otras opciones. Aquello que puede ver dará lugar a su sistema de creencias.
Mirada guerrera: responde por sus propias elecciones y circunstancias. Mente de abundancia. Ve el bosque. Encuentra varias opciones. 1 queja, 10 soluciones.
Decidir qué mirada tenemos
Un deseo no cambia nada, una decisión cambia todo. Se puede soñar y ser feliz, pero si no se pone nada de uno, no va a caer del cielo.
Decidir es empezar a construir el camino donde el sueño propio se hará realidad. Todas las decisiones que sean necesarias hasta alcanzar lo que se quiere, enfrentando un abanico repleto de momentos donde deberemos decidir.
Cada decisión marcará un nuevo camino, un nuevo nivel, incluso si la decisión es de no continuar. Un sueño sin acción siempre quedará en un deseo, y para llevar a cabo esa acción hay que primero tomar esa decisión. En parte, ser feliz es tomar la decisión de serlo.
Experta consultada: Celina Cocimano. Coach Ontológico y Terapeuta Emocional. IG: @celinacocimano
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