Pausa, atención y descanso: 8 ejercicios para ser más eficientes
La nueva productividad requiere pausa, atención, descanso y reflexión como respuesta al agotamiento y al ritmo acelerado de estos tiempos. ¿Cuáles son los elementos de la nueva productividad? Ejercicios para poner en práctica este modo de vida.
23 de febrero de 2024
Descansar la mente es imprescindible para trabajar mejor y ser más felices. - Créditos: Getty
Nuestras jornadas laborales cada vez son más extensas y exigentes, incluso hasta cuando hacemos home office. En muchas ocasiones, el nivel de hiperconexión es desmedido y con demandas que, a veces, no llegamos a cumplir. Y a esto le sumamos la poca autonomía que tenemos para poner límites y para ser dueños de nuestras agendas.
La obsesión por el hacer, por tener nuestras agendas a tope hasta incluso en época de vacaciones no tiene límite, haciendo que las personas no puedan soltar la rutina para conectarse con lo que están viviendo. Todo va cada vez más rápido en la era del rendimiento frenético.
En un vivo-directo que hicimos hace tiempo con Marta Romo, pedagoga y especialista en neurociencia aplicada, nos compartía “las prisas matan los valores”. Cuando vamos tan rápido nos olvidamos qué es lo realmente importante, nos olvidamos de priorizar porque nos centramos en atender siempre lo que surge de manera urgente.
Fuimos educados como una sociedad centrada en el trabajo durante generaciones; sin embargo, cada vez es más difícil convencer a las personas de que lleven una vida ocupada y solamente enfocada en el trabajo cuando eso ya no da satisfacción, impacta notablemente en el bienestar y salud integral y no se traduce en una buena calidad de vida.
Hay que dejar en claro que el agotamiento puede afectar a cualquier persona, a cualquier edad y en cualquier industria. Incluso en el mundo emprendedor, ya que la pasión, muchas veces, nos lleva a estar exhaustos cuando no podemos poner un límite a lo que hacemos.
Y los síntomas de agotamiento hacen que las personas se sientan muy perdidas e inseguras, exhaustas, con una visión sombría del mundo y sin entusiasmo por el futuro. Esto puede llevar al colapso total tanto físico, mental como emocional.
Estas son algunas preguntas que les propongo que reflexionemos:
¿Qué pasa si no hacemos nada?, ¿qué pasa si nos aburrimos?, ¿qué pasa si le damos espacio al descanso, al silencio y a estar en contacto con nosotros mismos?, ¿qué pasa si buscamos hacer ayuno digital?, ¿cómo podemos encontrar calma en el medio del caos? ¿qué pasaría si empezáramos a decir que no y a priorizar? , y ¿qué pasaría si aprendiéramos a vivir bien y saliéramos del modo supervivencia?
Dejar de hacer para ser, dejar de producir y de lograr para regalarnos esos espacios de conexión y de quietud física, mental y emocional. Aunque parezca contraintuitivo, hace años me salió decir en una charla que “la nueva productividad es poder hacer una pausa y parar a reflexionar”.
8 ejercicios que podés hacer para mejorar tu productividad
1
Hacer más pausas: hay que aprender a pausar, a tomar distancia, porque la vida consiste en algo más que hacer cosas. Nuestras mentes precisan pausas y silencios, porque de esa manera nos regeneramos y re energizamos. No somos máquinas y si bien, a veces, vivimos como si lo fuéramos, dominados por la ansiedad del hacer, la pausa es lo que nos hace realmente humanos.
2
Custodiar nuestra atención: esculpimos en tiempo real el cerebro según a qué atendemos y prestamos atención. La manera en la que enfocamos nuestra atención puede ser fuente de equilibrio o de desequilibrio en nuestras vidas. Entonces, cuanto más dueños seamos de nuestra atención, tendremos un mayor grado de sensación de satisfacción vital.
3
Tener tiempo para pensar: el cerebro rápido reacciona automáticamente, entonces, sumar en nuestra vida diaria tiempo para poder reflexionar, para pensar y hacernos nuevas preguntas y, también, para poder asimilar todo lo que vivimos a diario. En nuestras agendas tendríamos que tener espacios de ocio creativo y salir de esos automatismos. Así las respuestas cognitivas, emocionales y de comportamiento se vuelven más consientes y flexibles. Recordemos que es imposible pasar del estrés al modo creativo.
4
Incluir al “futuro” en nuestras agendas: en tiempos de tanto cambio y avance de la tecnología, tenemos que invertir tiempo a entrenar nuestro “yo del futuro” para velar por nuestra empleabilidad, para hacer uso de nuestro plasticidad cerebral, para bajar nuestras incertezas dándole evidencia a nuestras mentes de que nos estamos ocupando en nuestro presente de ese futuro donde nos muestran que será cada vez más distinto.
5
Destinar tiempo al descanso y al “hacer nada”: descansar pareciera que no está bien visto y que siempre tenemos que estar ocupados. “Aprender a hacer nada” tiene que ver con el “no hacer mental”, que nos permite vagar libremente sin presiones y utilizar esta cualidad del cerebro en forma intencionada.
6
Volvernos minimalistas con la exigencia de la hiperconexión digital: menos siempre es más. Estamos desbordados de estímulos, por eso es clave dejar el celular, silenciar notificaciones y salir de grupos innecesarios y de vez en cuando algún fin de semana hacer un detox digital. Eso nos ayudará a tener presencia en el presente.
7
Cuidarnos más y movernos: no es mente o cuerpo, somos en red. El sedentarismo es la enfermedad carencial de estos tiempos. Pasamos muchas horas sentados, recordemos que siempre es el cuerpo la mejor vía para gestionar las emociones y para eliminar el exceso de cortisol de nuestro cuerpo. Y ¿qué mejor que movernos en compañía?
8
Saber priorizar y decir que “no”: no nos hace falta más tiempo, sino entender cómo priorizamos, y entender en qué lugar nos ponemos nosotros mismos en estos tiempos de inmediatez y rendimiento. Sabemos que no es sencillo poner límites, pero no podemos asumir más compromisos de los que podemos. Tenemos que “hacer más” de lo que para nosotros es importante en esta vida.
Ojalá que nunca tengamos la sensación de no habernos pasado la vida dentro de un tren de alta velocidad y que no hayamos disfrutado todo lo que la vida nos regala a cada instante. Sé que suena fácil decir y desafiante de hacer, aunque ya sabemos que todos podemos entrenarnos en el arte de regalarnos espacios de calma, serenidad y conexión con nosotros mismos. El descanso y el ocio también son fuentes de productividad.
La vida consiste en algo más que en hacer cosas, ¿no les parece? Cultivar la lentitud, necesitamos calma y tiempo para decidir qué batallas merecen la pena.
Somos eso a lo que le prestamos atención y entrenamos día a día. Cuidémonos entre todos, nos necesitamos.
Gaby Hostnik es especialista en Neurociencias, Inteligencia Emocional & Coach Laboral. IG: @gabyhostnik
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