Jazmín: ¿cómo cuidarlo de las 7 plagas para que tu planta esté siempre sana?
Te enseñamos a identificar las 7 plagas que atacan a os jazmines para evitarlas y curarlas.
27 de enero de 2025
Los jazmines son flores muy codiciadas: unas reinas que deben tener buenas defensas para defenderse de los ataque externos. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN
La belleza del jazmín del Cabo –visual y aromática- es indiscutible y directamente proporcional a su vulnerabilidad. Por eso, esta planta que no requiere cuidados muy complejos en su mantenimiento general, sí necesita una alta protección. Especialmente para evitar siete de las plagas más comunes que, cuando la atacan, a menudo amenazan con su vida.
Las enfermedades que atacan al jazmín son principalmente de origen fungoso, bacteriano y viral. Comprometen sus raíces, tallos y hojas. Pero, además, si no se le aumentan las defensas, corre el riesgo de ser víctima de insectos y ácaros. Como si esto fuera poco, es habitual que el jazmín padezca desórdenes abióticos, cuyos síntomas se asemejan a enfermedades.
Consultamos con JARDÍN para que nos enseñen a identificar, curar y evitar cada uno de estos males.
Te contamos por qué se enferma el jazmín del Cabo y te damos consejos para cuidarlo sin químicos para así poder tener siempre sana nuestra planta.
2. El jazmín del Cabo necesita buena iluminación, pero a resguardo del sol directo del mediodía. Requiere riego abundante cada cuatro o cinco días en el verano y semanal en el invierno. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN
1. Los hongos del suelo
Los hongos del suelo, como Rhizoctonia, Phytophthora y Pythium, causan que se pudran las raíces.
Te das cuenta de que está sucediendo porque las partes aéreas empiezan a ponerse amarillas y la planta luce insalubre; las hojas más viejas se caen y la planta puede marchitarse repentinamente y morir.
¿Qué hacer? Para controlar estos hongos, es esencial mantener el suelo ácido (los hongos patógenos prosperan en suelos alcalinos) e incorporar microorganismos benéficos al suelo.
Hay dos estrategias: regar con jugo de compost fresco cada tres semanas, lo que aporta numerosos microorganismos benéficos que dificultan la proliferación de patógenos; y aplicar microorganismos entomopatógenos, como el hongo benéfico Trichoderma harzianum para Rhizoctonia, y las bacterias benéficas del género Bacillus spp. para Phytophthora spp. y Pythium spp. Estos productos los podés comprar en los viveros.
2. Los hongos de la parte aérea
Los tallos del jazmín son atacados por el hongo Diaporthe gardeniae, que causa chancros, decaimiento, se pone amarillo y se cae el botón floral.
Los chancros son lesiones parduscas circulares e hinchadas en el tallo principal y ramas, de más de 5 cm de diámetro.
¿Qué hacer? Para evitar estos daños, es importante usar herramientas bien afiladas al podar, ya que las heridas son la principal entrada de las esporas.
Las hojas son atacadas por dos hongos: Myrothecium roridum, que provoca gotas de agua en las hojas que luego se tornan marrones y caen, y Pestalotia sp., que genera lesiones de tejido necrótico grisáceo y una notable pequeñez de las hojas y escasa floración.
¿Qué hacer? Para controlar estas enfermedades, se recomienda evitar una fertilización excesiva y el estrés hídrico en verano. Si aparecen manchas en las hojas, se pueden controlar con aceites esenciales vegetales, como el aceite de comino, clavo o neem.
El oídio (Erysiphe polygoni) provoca manchas blancas en el haz de la hoja, que luego se tornan amarillentas. Si se observan manchas que parecen polvo, se puede inhibir la dispersión de esporas pulverizando con agua y bicarbonato.
La fumagina es un recubrimiento negro, polvoriento o aterciopelado sobre las hojas y otras partes de la planta, resultado del crecimiento de hongos de la savia excretada por insectos chupadores.
Aunque no causa enfermedades directamente, la fumagina es un problema estético y puede disminuir el vigor de las plantas al reducir la fotosíntesis.
¿Qué hacer? La mejor forma de evitarla es controlando a los insectos chupadores. Además, se puede eliminar la pubescencia negra de las hojas con algodón empapado en una solución de agua y detergente no iónico (una cucharadita de café en un litro de agua), en momentos donde no le dé luz solar directa al follaje, y luego enjuagar con agua.
3. Las bacterias
Las manchas foliares también pueden ser causadas por la bacteria Xanthomonas axonopodis, que provoca manchas pequeñas y amarillas con el centro necrosado.
¿Qué hacer? Para evitar su dispersión, se debe evitar mojar las partes aéreas de la planta durante el riego.
4. Los nematodos
Los nematodos, como Meloidogyne incognita, son gusanos microscópicos que se alimentan de las raíces, causando marchitamiento, retraso del crecimiento, decoloración de las hojas y ramificación excesiva.
¿Qué hacer? Son difíciles de erradicar y la única opción es usar un nematicida específico, como Aldicarb.
3. Izquierda: hojas dañadas por insectos masticadores. Derecha: así luce una planta con cochinilla. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN
5. Los insectos chupadores
Los insectos chupadores, como los pulgones (Myzus persicae y Aphis gossypii), la mosca blanca (Dialeurodes citri) y las cochinillas (Ceroplastes japonicus, Icerya purchasi, Fiorinia theae, Hemiberlesia rapax y Aspidiotus nerii), debilitan los órganos vegetales, causando que se vuelva amarillo y abscisión foliar, y en algunos casos, crecimiento distorsionado y atrofiado. Los pulgones afectan yemas, hojas y tallos nuevos, y tienen enemigos naturales como las avispas parásitas (Aphelinus spp.), las mariquitas o vaquitas de San Antonio (Coccinella spp.) y la crisopa (Chrysoperla spp.).
¿Qué hacer? Pueden ser controlados pulverizando con extracto de tabaco. Las moscas blancas son pequeñas y se encuentran en el envés de las hojas. Tienen enemigos como la avispa parasitoide Encarsia lahorensis y pueden ser controladas con trampas amarillas untadas con grasa. Las cochinillas atacan tallos y tienen una cubierta que varía en forma y color según la especie, y se pueden controlar con agua jabonosa.
6. Los ácaros
La arañuela roja (Tetranychus urticae) es difícil de detectar y se alimenta en el envés de las hojas, succionando la savia vegetal. El daño temprano es un moteado amarillo en las hojas, con posterior deformación. Con infestaciones severas, se ve una tela semejante a la de las arañas en ambas superficies de las hojas y en las ramas de la planta.
¿Qué hacer? Generalmente el control es biológico y lo proveen las vaquitas de San Antonio, crisopas y ácaros predadores.
Jazmín del cabo, con clorosis por alcalinidad del suelo. - Créditos: Gentileza Archivo JARDÍN
7. Los desórdenes abióticos
Los desórdenes abióticos más comunes son la deficiencia de hierro y la caída del botón floral. La deficiencia de hierro ocurre cuando el pH del suelo es mayor que 7, lo que hace que el hierro no esté disponible para las plantas, causando clorosis internerval en hojas jóvenes. La caída del botón floral puede ocurrir después de un cambio de locación o condiciones del jardín, debido al estrés que genera un exceso de ácido absísico.
¿Qué hacer? Esto puede paliarse pulverizando las plantas con agua de arroz, preparada hirviendo dos litros de agua con un kilo de arroz durante 20 minutos y luego colando la mezcla.
Cuidados generales del jazmín:
El jazmín del Cabo se desarrolla muy bien en condiciones soleadas y cálidas durante el día, y frescas por la noche. Prefiere un aire con humedad relativa superior al 60% y un suelo ácido y rico en micronutrientes.
En esta nota: