5 libros cortos para leer en el viaje

En principio leer nos permite abstraernos un poco de la rutina. Poner la mente en otra cosa, en una historia ajena que aunque se vuelva propia no es la nuestra. Y también nos permite perdernos en los caminos de quien narra y por momentos un poco pensarnos como ellos. 

Pero como en la mayoría de las cosas de la vida que nos dan placer, el tiempo es tirano y cuando nos preguntamos por qué leemos tan poco, la respuesta suele ser “porque tengo poco tiempo”. Entonces ¿por qué no buscar libros que puedan adaptarse a nuestro día? Libros que podamos leer, por ejemplo, en el bondi: camino al trabajo, de vuelta a casa, yendo al médico, en una sala de espera o en la fila del banco.

Se trata de una pequeña autobiografía en tres actos llena de humor, de emocionalidades y de la revisión de una hija que observa, sufre, ama, admira y por momentos no soporta a su padre. La forma de escribir de Maia es tan llana que te va llevando como de la mano.

95 páginas muy pequeñitas.

 

La protagonista de este libro es una mujer negra británica que se prepara para ir a una fiesta. Mientras se prepara nos cuenta cómo todo en su vida fue bien: lo que esperaban de ella es, y todavía más. Pero toma una decisión que va a cambiar todo, basada en la revisión del racismo más hondo que está enraizado en la sociedad. El que no vemos, el silencioso. Es un libro duro, pero que nos permite ponernos en los zapatos de otros.

127 páginas normales.

Hay una tradición entre los escritores que hicieron temporada en Berlín: traer un diario escrito sobre sus andanzas.

Así, la literatura está llena de diarios que escribieron escritores en la ciudad alemana, miles, para todos los gustos. De hecho el novio de la protagonista pretende seguir con esta tradición: le otorgaron su beca y allá va a escribir su obra genial. Pero la obra genial la escribe Mercedes, como una observadora sensible y frágil. Sin beca, sí, pero con un talento que la hace escribir una crónica triste como una outsider que se las va arreglando para posicionarse ahí donde no moleste.

117 páginas muy pequeñitas y que como conforman un diario se leen muy rápido.

En la Irlanda rural de los 80, una niña va a pasar una temporada a casa de unos parientes. Una casa diferente a la suya: una casa con heladera, baño, ternura y amorosidad. Una casa, además, sin violencias donde los secretos -supuestamente- no existen y en la que es feliz. Pero los secretos siempre aparecen y entonces la niña entiende demasiado temprano la diferencia entre secreto y vergüenza, y la línea finita que separa aquello de tiene que decirse y aquello que tiene que callarse.

88 páginas normales.

Los doce pasos hacia la narradora hacen alusión a los famosos Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos. Se trata de un libro autobiográfico en el que la narradora va apoyándose en la lectura de escritores y escritores que caminaron “la pasarela del alcohol” para reflexionar sobre ella misma y revisarse en su camino. Es interesante la capacidad de autoanálisis en la que se sumerge para protegerse a ella de sus propios fantasmas.

70 páginas muy pequeñitas.