Maternidad, política y locura: quién es la autora revelación del FILBA 2024
Charlamos con la autora española Mar García Puig, que sorprendió en el último Festival de Literatura de Buenos Aires, con su libro La historia de los vertebrados. En él, la escritora y diputada narra su crisis mental al convertirse en madre.
8 de octubre de 2024
Mar García Puig, autora de La historia de los vertebrados - Créditos: Prensa
“El 20 de diciembre de 2015 me convertí en madre y enloquecí”. Con esta demoledora frase arranca el primer libro de Mar García Puig (Barcelona, 1977), La historia de los vertebrados (Random House). Allí cuenta que el mismo día en que nacieron sus mellizos, se convertía en diputada del Congreso. Lo que sigue es un racconto autobiográfico sobre sus crisis mental tras dar a luz, pero al que suma el relato de numerosas mujeres que, a lo largo de la historia, han vivido malestar psíquico.
Con una mezcla de géneros que incluye la autobiografía, la historiografía, los anales médicos y la poesía, García Puig pone en escena de modo fragmentario su historia personal, que se vuelve universal. La fragilidad, la culpa, el miedo, el dolor son sentimientos con los que todos nos podemos identificar. Por eso, se vuelve tan atrapante. En su visita a Buenos Aires, para participar en el FILBA, conversamos con ella sobre maternidad, política, locura y el poder redentor de la literatura.
Narrar la locura
En el libro te abrís con una historia muy personal. Pasaron casi 10 años el episodio que narrás ¿cómo fue que decidiste darlo a conocer al mundo?
Siempre he estado vinculada al mundo de los libros. Cuando nacen mis hijos yo sufro estas crisis de ansiedad, muy agudas y que se prolongan durante el tiempo. Y entonces, como mi herramienta de vida siempre han sido los libros, pues empecé a investigar en libros, a intentar encontrar -más allá de la terapia psiquiátrica y psicológica que estaba haciendo- intentar encontrar cierto consuelo. Y allí es descubrí cosas que me interesaron mucho: la historia de los médicos y las mujeres del siglo XIX. Esta investigación incluso fue parte de mi terapia, sin saber a dónde me iba a llevar eso.Y al final cuando tenía muchísimo material me salió mi vena de editora. Dije: "Aquí hay cosas que merecen estar en un libro, pues lo voy a escribir". Primero iba a ser un ensayo sobre locura y maternidad, y luego mi psiquiatra de ese entonces me ofreció leer mi historial médico. Y ahí vi las líneas en el aire entre mi historial y los de estas mujeres, de poemas, novelas y cosas que había estado leyendo y vi que mi historial formaba mucho parte de todo eso.
Es un libro fragmentario, que aborda diversos géneros, ¿fue una decisión premeditada o fue saliendo?
Cuando ya decidí ponerme como primera persona tampoco podía ser de otra forma. Está muy vinculado con la experiencia de la ansiedad, del malestar psíquico y la locura, en general. Me interesó lo fragmentario, porque a veces hay cosas que no puedes abordar, no de una forma lineal o de una forma que cierre que tenga una coherencia perfecta. La autobiografía es como un género que tiene algo muy racional, de principio y final, lineal narrativo. Yo creo que el propio tema se prestaba hacer algo más fragmentario también en cuanto a géneros y no fue premeditado, pero creo que estaba allí desde el principio.
Hablás de "recuperar el lenguaje robado de esos años", ¿qué significa?
Quien ha tenido un ataque de ansiedad, que es prácticamente no la humanidad entera en el siglo XXI , sabe que muchas veces intentas definir, qué te está pasando y no puedes, ¿no? No puedes dar con el lenguaje exacto para definir en ese momento el sufrimiento, muchas veces provocado por nada. Porque a veces la ansiedad es una. No puedes decir cuál es la causa, no responde una racionalidad y es como que el lenguaje se retira durante durante un tiempo. La literatura permite recuperar ese lenguaje, esta forma retrospectiva de la literatura permite intentar y ahí entra también la fragmentación, el lenguaje poético, porque el lenguaje poético puede intentar si no recuperarlo plenamente, obtener destellos. Siento que a través de muchas otras palabras, de muchas otras personas se ilumina parte de ese lenguaje. Y también en esos está el misterio de la locura, ¿no? De que siempre hay algo inaprensible que está ahí. Con la poesía, con los historiales médicos he podido recuperar cómo intentaban expresar ese dolor y ese sufrimiento, hay destellos de eso. Y al final me quedo con esa idea de que se pueden iluminar si no todo, ciertas partes.
Otro tema que vertebra un poco el libro es es el dolor, ¿sentís que al escribirlo mitigó un poco?
Yo creo que sí. A lo mejor es una idea naîf, y no es que justifique el dolor, pero creo que la literatura tal vez le da algún sentido. En el fondo es mejor no haberlo pasado ese dolor, pero sí siento que hay algún sentido, alguna memoria de eso, sacar algo de eso también, ¿no? Mi proceso terapéutico con la psicoterapia es una reflexión y la escritura del libro me ha permitido una reflexión retrospectiva. Verme de otra forma, verme incluso desde afuera. El hecho de ponerte como personaje y también a mi madre, a mi ex, al que le tenía mucho rencor, y que al escribir me permitió comprender determinadas cosas, ver las cosas desde su lugar. Porque el dolor ensimisma mucho y convertir a las personas en personajes te permite salir de eso. Creo que es la parte más bonita de escribir este libro.
Mar García Puig, revelación del FILBA 2024 - Créditos: Rita Puig- Serra Costa
La literatura como herramienta
En una nota decís que el libro pensabas que el libro quizás iba a tener una repercusión un poco si van a nada más difícil y sin embargo, encontraste mucha resonancia, ¿cómo lo vivís?
A mí me daba miedo que el libro se leyera muy en clave de política, de una persona de una fuerza política determinada. Pero el libro se leyó como como literatura y eso, para mí, ha sido como una grata sorpresa, porque en un momento donde hay mucha crispación en el mundo político, yo pensaba que me iban a insultar. "Te volviste loca, no sé qué" y no, al contrario, me he encontrado con mucha empatía, porque mucha gente ha estado ahí. Me ha sorprendido las ganas que hay de hablar de eso y y yo recibo mensajes en redes de gente que ha encontrado ahí como un asidero, de que "Por fin, yo no soy la primera ni muchísimo menos", pero contribuyó a que se hable de algo que estaba muy silenciado y que las que las mujeres vivían en mucha soledad. Y eso es una parte muy bonita. Yo pensaba que escribir, al final, es una cosa muy solitaria y la publicación de este libro me ha abierto una cantidad de gente y a una comunidad de lectores y lectoras enorme.
En Argentina y en España se habla mucho últimamente de salud mental perinatal, ¿llegaste con el libro en el momento justo?
Es un tema importante y que merecía la pena hablar de él, pero no sabía hasta qué punto habían muchas ganas de hablar de eso. De las mujeres de compartir lo que han vivido. Creo que el libro ha salido en un momento muy bueno, para eso había un sí. Cuando yo di a luz en Barcelona no había ninguna unidad y hace pocos se abrió una unidad de día donde van madres con sus hijos para no separarlos. Y esto básicamente es una serie de profesionales de la psiquiatría y la psicología que han estado luchando muchísimo y que están haciendo campañas constantes para poner el foco en la salud mental perinatal. Y los profesionales de psicología y psiquiatría también quieren escuchar las vivencia en primera persona, entonces, muchas veces, me han invitado a charlas. Ahora voy a un congreso de la Sociedad de Neuropsiquiatría española. Es algo que está ya en el ambiente y que se están consiguiendo avances.
Desde tu lugar como diputada en el área de cultura los últimos ocho años y hoy como escritora, ¿creés en el papel del arte como herramienta política para para abrir nuevas conversaciones?
Para mí los libros fueron salvación en durante mi crisis.Hablamos mucho de sanidad pública y poco de cultura. En España se están hablando muchísimo de salud mental, pero a veces nos quedamos como muy anclados en horas de psicólogos. Tiene que ser algo más global, ¿no? Y ahí la cultura juega un papel fundamental. La cultura para recuperar lo comunitario, como promotora del diálogo y también con determinados usos terapéuticos. Yo he dado cursos de escritura en temas de salud mental, por ejemplo.
La historia de los vertebrados, de Mar García Puig (Random House)
La maternidad es política
En el libro contás cómo intentabas articular la maternidad y tu trabajo como diputada, ¿creés que hoy hay más presiones sobre las mujeres?
Hay una imagen muy de las revistas de todo color de rosa y potenciado por las Instagrammers de sábanas blancas y juguetes Montessori perfectos. Mi madre siempre me dicen "¡Cómo nos engañaron, cómo nos tomaron el pelo!" . Se nos duplicó el trabajo. Porque hay un mercado laboral que cada vez pide más y luego hay una constante exposición de la maternidad. Reivindicar que la maternidad es algo público está muy bien, pero también el escrutinio es mucho más es mucho más fuerte, ¿no? Yo esto lo veo, pues con los debates constantes de pantallas. Durante la pandemia las madres que estaban solas tenían que trabajar y poner pantalla, o no trabajar y se despedidas. Entonces, todo el mundo opina pero muchas veces no se tienen en cuenta las circunstancias personales. Además, toda la presión psicológica que hay sobre las madres: hoy somos mucho más conscientes de todo y la culpa es inmensa. Y hemos hecho también las mujeres una reflexión sobre qué tipo de madre queremos ser que nuestras madres muchas veces no se lo pudieron permitir, ¿no? Y eso también nos pone una presión a nosotras mismas y también hemos tenido mucha más capacidad crítica para evaluar, nuestra relación con nuestras propias madres, no y todo eso.
Contás que no podías faltar o hacer votación virtual si tus hijos estaban enfermos, ¿el Congreso sigue siendo un espacio masculino, a pesar de contar con cupo femenino?
Se ha avanzado mucho, pero es una falacia decir que estamos igual. Es verdad que las mujeres hemos conquistado muchos espacios y esto ha sido muchas mujeres que han luchado antes y hay que reconocer que estamos en otro lugar, no, pero es verdad que a veces la cantidad de mujeres que hay o los puestos de relevancia, que ocupan las mujeres nos puede hacer pensar, pues ya estamos ahí, ¿no? Y no lo estábamos porque la mirada sigue siendo masculina. La vida política de las mujeres es muy corta comparada con la de los hombres. ¿Y cómo salen estas mujeres, qué pagan por el camino y cómo les afecta a la salud mental no? Y luego otro tema, ¿qué tipo de mujeres llegan allí? Yo en el fondo era una mujer que vivía en Barcelona, que estaba muy bien conectada con Madrid ,que tenía una red muy amplia, que tenía una unos condicionantes que me permitieron estar allí. Entonces yo creo que ahora ya tenemos esas leyes de paridad y esa presencia. Ahora hay que ver esa mirada masculina cómo la cambiamos.
¿Este libro es un posicionamiento literario y político?
Porque este libro quiere reivindicar la maternidad como un tema universal en la literatura y no un tema de mujeres, ni un tema de madres, no. Universal es la fragilidad, la culpa, el miedo, el dolor. Todo esto está en la maternidad y ahí también tengo que hablar bien de mis editoras. Porque hay muchos libros sobre la maternidad y en el mercado se tiende a uniformizar, se supone que son iguales, cuando hay extremadamente diferentes en lo literario, en lo formal, en el contenido, en mil cosas. Y no quisimos ocultarlo. Y eso era posicionamiento político también: decir no tenemos que ocultar la maternidad y luchar para desencasillar que son temas "de mujeres". Entonces esa era una reivindicación de lo literario y lo político. Y cuando digo reivindicación política, lo digo en un sentido amplio, donde yo creo que además se puede reconocer gente de diferentes ideologías. Me sorprendió que era como fácil a mí identificarme en un espacio político y una ideología determinada y creo que me ha leído un espectro amplio de gente. Porque al final hablo cosas de que son muy transversales.
Y reivindicar la maternidad...
Yo creo que hay una reivindicación de la maternidad como algo algo público, algo de interés de la humanidad y que reclama también que la política institucional, que la política le preste interés, que reclama el espacio de las mujeres en esa política y luego intentar entrelazar todo esto. Yo creo que hay tres ejes en el libro que son la maternidad la política y la locura. Y, pues, la conexión entre eso: cómo se ha vinculado siempre la locura a las mujeres, y cómo de eso se ha hecho un arma para disciplinar a la mujer.
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