Counseling: cómo nos ayuda a alcanzar el bienestar. - Créditos: Getty
En tiempos de aceleración y todo ya, en una sociedad de vértigo constante se hace cada vez más necesario detenerse y encontrar tiempo para preguntarse quién soy, qué quiero, hacia adónde voy. Reperfilar, recalcular y avanzar una vez más y así sucesivamente.
Para eso existen profesionales de ayuda que acompañan a la persona en su proceso de ser en la existencia, desde buscar resolver problemas cotidianos hasta poder reflexionar y preguntarse su misión en esta vida.
En este sentido el espacio de counseling o también conocida como consultoría psicológica, cuyos profesionales, counselors, trabajamos en consultorio o de manera virtual, en organizaciones, en instituciones educativas, deportivas y de manera interdisciplinaria, es uno de los caminos posibles ante tanto ruido y gente hablando alrededor. Y agosto es precisamente el “mes del counseling”, así que es una oportunidad para brindar información sobre esta disciplina de la que abrazo.
Esta profesión de ayuda tiene entonces como objetivo asistir a personas que atraviesan conflictos, crisis, o que están en la búsqueda de mayor bienestar o integración personal. Entre las áreas de trabajo están los adultos, adolescentes, parejas, familias, sexualidad, adicciones, además de los ámbitos mencionados antes.
¿Cómo puede ayudarnos un counselor?
Un counselor ofrece orientación psicológica a personas trabajando sus aspectos sanos. A diferencia de la psicología, no realiza diagnósticos ni trabaja en el plano psicopatológico. Se corre de esta manera del paradigma tradicional médico de salud-enfermedad y se sumerge en la integración del ser desde una mirada filosófica y educativa. Es decir, parte de la idea que todos los seres humanos tenemos sufrimientos comunes propios de la misma existencia.
El counselor Integra en su formación disciplinas tales como la filosofía, la psicología y la educación, así como en su carrera se estudian materias como psicopatología, psicología de la personalidad y los ciclos vitales del ser humano, entre muchas otras que superan las treinta, que hacen del counseling una profesión única que permite a los profesionales usar un abordaje multidimensional que atiende holísticamente (integralmente) las necesidades de los consultantes.
El counseling comenzó a imaginarse primero en los Estados Unidos con la gran depresión de 1929. En los años cuarenta sería Carl Rogers inició esta nueva corriente y que junto con Abraham Maslow, ambos psicólogos, impulsaron primero la psicología humanística. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial aumentó la demanda de estos profesionales y el gobierno de los Estados Unidos les pidió que colaboren con psicólogos y psiquiatras en la ayuda de miles de soldados que regresaban y necesitaban reinsertarse en una vida más normal y que no denotaban patologías psíquicas ni mentales. Hoy tanto en Europa, Estados Unidos así como en Latinoamérica (México y Argentina, a la cabeza), el counseling sigue avanzando.
Su legitimidad como disciplina fue avalada en 1987 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que recomendó al counseling como el método más eficiente de ayuda, apoyo y prevención en momentos de crisis tanto a nivel personal como colectivo.
El counseling: 15 puntos claves
1
El enfoque está centrado más en la persona que en el problema. En definitiva, los conflictos pasan y la matriz de la personalidad del individuo permanece.
2
Las personas que nos consultan se llaman precisamente consultantes y no pacientes, dado que nuestro paradigma no es el médico sino el filosófico-educativo.
3
Abrazamos a la persona como un ser único en el mundo, irrepetible con todo lo que por ende tiene para dar.
4
No estigmatizamos observándolo desde la “falta” sino de lo que tiene para ofrecer al mundo, no le colocamos un post-it en su frente con un rótulo.
5
“¿Cómo se te estás sintiendo hoy, aquí y ahora?”, es una interrogación más cercana al counseling que investigar solo su pasado, allá y entonces.
6
En un ámbito sin amenazas, que pueda sentirse seguro, el consultante puede acercarse a su vivencia, a indagar su interior, a escucharse en lo profundo y sin miedos.
7
El counselor no suele ubicarse desde el “saber” sino desde el “saber hacer”, el ser un otro congruente, auténtico que se abre empáticamente sin falsas fachadas, con aceptación incondicional de quien tiene enfrente.
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Para el counseling, el individuo es experto en dirigir su propio desarrollo, es quien más sabe de lo que le pasa.
9
Comprender empáticamente es uno de los aspectos facilitadores a los que se refiere Carl Rogers, el padre del counseling, y es ver al otro desde su propia experiencia, desde su propio ser en el mundo. No se trata de imponer aquello que creemos que puede ser bueno para la persona sino dejar que emerja su deseo.
10
Según Rogers todos los individuos tienen una “tendencia actualizante”, una fuente de energía que es intrínseca a cada individuo y orienta su potencialidad, la capacidad de resolver sus problemas, de mejorar, porque tiene dentro de sí esa energía.
11
Muchas veces las personas con tal de tener aprobación del mundo externo se corren de lo que verdaderamente sienten y vivencian y suprimen sus sentimientos para evitar ser “desaprobados”. Eso se ve en el consultorio y se trabaja.
12
Dentro del proceso de counseling el consultante entra en contacto con quien realmente es y comienza a abandonar lentamente las falsas fachadas, las máscaras (una apariencia tras la cual uno trata de ocultarse).
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Este proceso es puro autoconocimiento. El consultante puede darse cuenta de las creencias que trajo: ¿qué parte es suya, adquirida o introyectada?
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En el counseling los profesionales trabajan sobre la base de la ausencia de intervenciones directivas, de no imponer sino dar dirección al proceso. También se hace prevención y psico-educación.
15
En definitiva, nuestra tarea está dirigida a personas que necesitan una escucha profunda y acompañamiento para comprender mejor sus problemas, tomar decisiones o realizar cambios en algunos aspectos de su vida. Facilitar al consultante a vivir de una manera más satisfactoria y plena.
Por Alejandro Czerwacki, gentileza para OHLALÁ! Alejandro es counselor (consultor psicológico), Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Reportero Vivencial. IG: @alejandroczok.
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