Animarse a emprender: 10 consejos fundamentales para crear tu negocio en Argentina
Eliana y Cecilia Motolo son pioneras de las capacitaciones online y dedican sus esfuerzos a asesorar a otras mujeres que buscan ver crecer sus emprendimientos.
10 de diciembre de 2022
Cecilia y Eliana Motolo crearon una comunidad para capacitar a otras mujeres emprendedoras. - Créditos: Mujeres que emprenden
“Emprender es una palabra que, para nosotras, es sinónimo de inspiración y también es lo que nos motiva a trabajar para cada una de las emprendedoras desde hace ocho años”, aseguran Eliana y Cecilia Motolo, hermanas y creadoras de Mujeres que emprenden, una edutech de triple impacto orientada a esas soñadoras que quieren mejorar la presencia de su emprendimiento en redes sociales. Verdaderas pioneras del dictado de capacitaciones online en Argentina, desde 2014 se especializan en el área de comunicación visual, digital y social con cursos, masterclass, ebooks y programas de desafíos que acompañan a una gran comunidad de más de 200 mil emprendedoras de Latinoamérica.
Hoy forman parte de la Red de líderes de Meta y su proyecto ya capacitó a más de 400 mil mujeres, pero ellas también comenzaron desde abajo, con una idea, muchas ganas de crecer y una fanpage en Facebook. A partir de ahí no pararon. “Empezamos con cero pesos y en una habitación de la casa de nuestros padres. Ceci estudió diseño gráfico, yo estudié Comunicación y me especialicé en redes sociales y, en ese momento, lo único que teníamos como potencial y como capital de inversión era nuestra creatividad”, cuenta Eli.
Sin plata pero con mucha inventiva, estas hermanas provenientes de una familia de clase trabajadora –la primera generación que pudo terminar una carrera universitaria– se apoyaron en los recursos que tenían a la mano y las herramientas que brindaba la Internet de aquel entonces para crear esta vidriera digital donde, dese su propia experiencia, brindan consejos a otras emprendedoras.
“Empezamos en 2014 y, en ese momento, el término emprendedora no estaba tan de moda. Se hablaba de mujeres empresarias, de desarrollar una carrera proactiva dentro de una compañía grande, de una multinacional, pero no se hablaba tanto de las pequeñas emprendedoras que, quizás, encaran un negocio porque están maternando, quieren disfrutar de ese momento y, a la vez, generar ingresos. O porque están en una etapa de la vida donde quieren dejar de hacer un trabajo que ya no les gusta y enfocarse en hacer lo que siempre les apasionó”. Ejemplos que ven día a día en su comunidad y que las impulsa a dedicar todo su potencial a acompañar a estas emprendedoras que están en ese proceso de crecimiento, en esa etapa inicial y que necesitan todo ese apoyo para lanzarse ante la presión del éxito y las redes sociales. Nadie mejor para para dejarnos sus mejores tips.
“Emprender es una palabra que es sinónimo de inspiración". - Créditos: Mujeres que emprenden
10 consejos para animarse a emprender
1
Se puede empezar con cero pesos, lo importante es tener una buena idea. Testearla en redes sociales para ver si tiene posibilidades de crecer, chequear las interacciones, los comentarios, si el seguidor quiere comprar nuestro producto o servicio. Una de las trabas más frecuentes al momento de lanzar un emprendimiento es el miedo a la exposición, a fracasar frente a la mirada de los demás. Pero esta es la mejor etapa del proceso, ya que no hay tanta gente mirándote. Hay un margen mayor para equivocarse y aprender de esa experiencia.
2
Disfrutar de cada etapa. Como emprendedoras, el estrés y la autopresión de lanzar un negocio y que funcione siempre está muy presente. Pensamos en cuando el negocio facture millones, en el éxito que queremos tener, en la cantidad de seguidores en Instagram pero, en realidad, esto es el resultado de algo que está sucediendo dentro de nuestro proyecto, muy dentro de nosotras en el crecimiento como emprendedoras. “Disfrutar cuando tengo que diseñar un contenido para redes sociales, disfrutar cuando me propongo superar el miedo a subir mi primera historia y que la gente vea mi cara, me reconozca a mí como dueña de un negocio. Disfrutar esas etapas también hace que el emprendimiento perdure en el tiempo, porque si nosotras lo disfrutamos se transmite y eso también ayuda a que generemos conexión con la gente”.
3
Detectar cuál es nuestra área del negocio. Hay que intentar reconocer las emociones que vamos teniendo, dónde nos sentimos más cómodas y dónde nos sentimos menos cómodas. Aprender a identificar qué es lo que más disfrutamos –las redes sociales, la parte creativa, el aspecto comercial– y el resto delegarlo. Los mejores equipos de trabajo son aquellos donde se combinan personalidades diferentes a la nuestra. Ahí, en la contraposición de puntos de vista y opiniones, podemos ver dónde hay un problema y darle diferentes soluciones desde distintas perspectivas. No hay que buscar colaboradores que sean un copy/paste de nosotros, sino perfiles que nos complementen para que cada una de las áreas del negocio tenga una persona apasionada por lo que hace.
4
La importancia de registrar el nombre. Cuando lanzamos un emprendimiento en las redes sociales, hay que averiguar si el nombre se puede registrar o no como marca. Es muy importante chequear la disponibilidad del nombre de usuario en Instagram o Facebook, pero también dar ese paso legal y tomar el compromiso de casarse con el nombre del emprendimiento, asegurarlo y que esté protegido. Muchos estudios jurídicos realizan de forma gratuita esta primera averiguación para saber si la marca es registrable.
5
Puede que esté todo inventado, pero se puede mejorar. A veces sentimos que todos los posteos están súper quemados. Por eso, no hay que tener miedo a salirse un poco de la caja, de lo establecido. Puede ser que ya existan categorías de contenido que funcionan en redes sociales, pero si sorprendemos a la gente con nuevas maneras de mostrar lo que hacemos en nuestro emprendimiento, tenemos más chances para destacarnos por sobre los demás. “Experimentar con el contenido siempre es el mejor amigo de las emprendedoras”.
6
Ponerse en los zapatos de los clientes. Pensar qué hace desde que se levanta hasta que se acuesta para poder generar un contenido especial para ellos. Está bueno hacer encuestas en las historias de Instagram, ver las estadísticas, los comentarios. No solo publicar por publicar, sino crear una conversación y utilizar todas las herramientas que nos ofrecen las redes para ver qué es lo que quiere nuestro cliente y empezar a conocerlos mejor. Hay que pensar lo que hacemos desde el punto de vista de la gente que lo recibe para poder nutrir la historia de nuestro emprendimiento y así generar mejores productos y atención. “El feedback del cliente es algo positivo que nos ayuda a crecer”.
7
Plantearse microobjetivos. En las redes sociales siempre es recomendable ir un pasito a la vez. Hay que atender al cliente, manejar las cuentas, pero si queremos hacer todo se nos complica, nos mareamos, nos aturdimos. Lo mejor es plantearse pequeños objetivos: el primer mes diseñar el logo para la imagen de perfil de Instagram, otro mes dedicarse a optimizar la bio y generar reels que tengan como fin la interacción con los clientes potenciales. Después hacer el catálogo en WhatsApp, habilitar el Instagram shopping… “Si queremos hacer todo junto no vamos a hacer nada”.
8
Organizar nuestros objetivos. ¿Qué queremos lograr en las redes sociales? El consejo de Eli y Ceci es que el primer objetivo no sea la venta: las ventas van a venir solas. Si están arrancando, lo mejor es aumentar los seguidores para poder validar el emprendimiento, generar interacciones y conversaciones. En las redes sociales la gente necesita enamorarse del emprendimiento, un incentivo para apostar e invertir en el producto de una emprendedora y no en una marca de renombre que le puede dar más estatus. Ayuda contar la historia del producto, del proyecto, nuestra historia como emprendedoras o hablar de cosas que tenemos en común. “Para nosotras, primero viene la conversación y después viene la venta”.
9
Mejor hecho que perfecto. A muchos emprendimientos, por buscar la perfección en cada aspecto, se les pasa el tren. Antes de la pandemia, muchos de estos proyectos estaban listos para lanzar la venta online de sus productos innovadores, pero la minuciosidad en los detalles los retrasó, no se publicaron a tiempo, y perdieron una oportunidad única. “Por eso, nosotras decimos ‘mejor hecho que perfecto’. Además, todo se mejora en el proceso”.
10
“Después de tu nombre, decir que sos emprendedora tiene que ser un orgullo. Más como mujer. No todas nos animamos a dar el salto, no todas tenemos la energía de llevar un negocio adelante o de ponernos al hombro la necesidad de crecer, de mejorar nuestra finanzas, de ser un ejemplo para nuestros hijos”, concluyen las chicas, sumando más valor al contemplar el contexto súper desafiante de la Argentina. Poder animarse a hacerlo y a superar cada una de estas etapas es un logro en sí mismo del que todas las emprendedoras deberían enorgullecerse.