Daniela Aza, la influencer de la inclusión, está embarazada: "Esta lucha nos fortaleció como pareja”
Dani Aza anunció su embarazo y en esta columna nos cuenta cómo transitó su camino y su lucha junto a su marido Jonatan. Un ejemplo de esperanza y superación.
15 de mayo de 2024
Dani Aza, junto a su compañero, felices con el embarazo. - Créditos: Instagram
Diagnóstico no es destino. Siempre lo creí, pero nunca pensé que a mis casi 40 años este lema iba a cobrar más fuerza en mi vida.
La vida muchas veces te sorprende y en cada una de esas sorpresas está la magia de pelear por tus sueños y anhelos. Asì fue con mi maternidad que sumó un nuevo desafio a los tantos que habia atravesado. Aunque esta vez era distinto: esta etapa me encontraba renovada, madura, aceptándome y valorándome y todo eso acompañada y sostenida por un compañero que hace casi 20 años hace equipo conmigo.
Pero vayamos al comienzo. El deseo de ser mamá siempre estuvo latente en mí desde mi colección de bebotes que cuidaba y protegía cuando era pequeña. Luego me di cuenta de que una mujer con discapacidad como yo iba a tener que enfrentar muchas barreras derivadas de prejuicios, falta de conocimiento, entornos poco accesibles y hasta mi mismo cuerpo que en ocasiones podia limitarme.
Maternidad y discapacidad es, aún, un fuerte tabú. “Entonces ¿cómo voy a estar a cargo de un hijo o hija? ¿còmo voy a sostenerlo? ¿voy a poder ser mamá?”, me pregunté muchas veces. Sin embargo, luego me di cuenta de que la mayoria de los obstáculos que yo pensaba que iba a tener, y que aún hoy a veces persisten en mi imaginario, se deben a un entorno que construye una única forma de maternar como válida excluyendo a aquellas mujeres con diferentes condiciones, circunstancias y características que debemos optar por otros caminos y otras formas. Formas y maneras que no son menos válidas que otras pero que aún asi se encuentran menospreciadas y juzgadas.
De a poco, fui superando esas imágenes donde no me veia como mamá. En ese camino fue fundamental Jonatan, mi marido, con quien comparto mi vida hace tanto tiempo y, hoy, este sueño que cada vez es más real.
La decisión de ser papás fue común en nuestra pareja, pero no sabiamos que nos iba a costar un poco más. Es asi que tomamos el camino de la fertilización asistida evitando siempre hacernos responsables por algo que, en definitiva, no controlábamos. Sin duda este mundo está lleno de culpas, miedo, agotamiento mental pero, sobre todo, falta de información que hace que la carga sea dificil de llevar. En nuestro caso, nos fortaleció.
Sin embargo, no te preparan para todo lo que implica un tratamiento. Quedará el recuerdo de las inyecciones, la hinchazón, las idas y venidas a la clínica, los estudios. Solo porque mi vida transcurrió entre cirugias, pinchazos y visitas médicas, creo que pude atravesar estos momentos con más claridad y paz.
Dicen que lo imposible solo tarda un poco más. Estamos en el principio y no el final. Luego de 3 intentos de tratamiento fallidos nuestra primera Fertilización in Vitro nos trajo la sorpresa más grande tan inesperada como buscada. Una bendición que ya tiene 12 semanas y nos revoluciona la vida.
¿Miedos? Miles. Pero una certeza: los milagros llegan cuando estás dispuesto a luchar por ellos.