Luca Prodan, el niño rico que revolucionó el rock y murió a causa de su rebeldía

Nacido el 17 de mayo de 1953 en Roma, Italia, Luca George Prodan creció bajo la influencia de raíces austrohúngaras, chinas y escocesas. A sus nueve años, fue enviado a Gordonstoun, un internado británico en Escocia al que asistían los hijos de la alta sociedad. Dicen que el Rey Carlos III de Inglaterra también se educó en esa institución y que Luca lo golpeó en una ocasión, algo que se convirtió en un mito popular ya que el monarca es cinco años mayor.

Fue allí durante su formación que Prodan se hizo amigo de Timmy McKern, su futuro manager y aliado hasta el día de su muerte. En 1970, un año antes de graduarse, Luca ya mostraba su rebeldía: abandonó el internado, situación que llevó a su familia a buscarlo por Interpol.

Tras ser encontrado, el joven se instaló en Londres, donde consiguió trabajo en la tienda de la compañía discográfica Virgin Music. Su don para descubrir el título de una canción y a su intérprete con tan solo escuchar un acorde lo llevó a ganarse el cariño de todos los clientes y algunos discos por cada venta que hacía.

Su primera banda The New Clear Heads llegó al tiempo. Si bien el dub y el reggae fueron sus primeras influencias, sus sonidos luego viraron hacia el punk inspirándose en referentes como Joe Jackson, Graham Parker y Elvis Costello. Con ese grupo grabó sólo tres canciones, entre las cuales se encontraba "White Trash", uno de los primeros temas que compuso y que años después volvió a cantar con Sumo.

A medida que crecía su carrera artística también crecía su adicción a la heroína. La primera sobredosis, que casi lo deja al borde de la muerte, sucedió en 1979, cuando una de sus hermanas se suicidó con su novio en un auto tras inhalar monóxido de carbono.

Buscando tomar distancia del dolor y de las drogas, el músico hizo las valijas y empezó la nueva década en Argentina. Acá lo esperaba su viejo amigo, ese con el que compartió años en el internado escocés y que lo alojó mitad en su casa de Córdoba y mitad en su casa de Buenos Aires (Hurlingham), donde entre guitarreadas nocturnas nació el sueño de Sumo.

"Cuando Luca estaba en un momento de crisis después de haber estado en coma en Londres perdió muchos amigos por la epidemia de la heroína en Inglaterra y en Italia. Ahí apareció una fotografía que Timmy le mandó de él, su mujer y un bebé en las sierras de Córdoba con el mensaje: 'Te extrañamos, qué lindo sería poder verte'. Luca dijo: 'Tengo que ir ahí'. Y era como su último intento de supervivencia. Y finalmente fue la Argentina el país que logró liberar la creatividad de Luca", contó su hermano en diálogo con TN.

Junto a Germán Daffunchio (el cuñado de Timmy) en guitarras y Alejandro Sokol en el bajo, Prodan inauguró una nueva etapa como cantante. Con una fusión entre el punk funk y el reggae-Ska, su nueva banda comenzó a conquistar la escena porteña viendo pasar por su seno a músicos como Ricardo Curtet, Stephanie Nuttal y Diego Arnedo.

Sumo alcanzó su madurez con la llegada de Roberto Pettinato como saxofonista, Alberto "Superman" Troglio como baterista y Ricardo Mollo como guitarrista; formación que junto a Daffunchio y Arnedo se mantuvo hasta su muerte y la consecuente disolución del grupo. Junto a ellos, llegaron éxitos como "La rubia tarada", "Mejor no hablar (de ciertas cosas)", "Divididos por la felicidad" y "Debede", entre otros.

En medio del éxito, la venta de discos y los conciertos, Luca sumó nuevas adicciones: la marihuana y el alcohol. "Me debo haber tomado como 80.000 damajuanas", contó en una entrevista, y así daba cuenta de sus continuas visitas a un bar llamado Las Calles. Al vino le siguió la ginebra y una cirrosis que, según algunos, fue lo que lo llevó finalmente a perder la vida tan temprano.

El 22 de diciembre de 1987 la repentina muerte del histórico frontman de Sumo conmocionó a la opinión pública. Con tan sólo 34 años, Luca Prodan fue hallado sin vida en la habitación de una pensión de San Telmo, donde residía junto a su pareja Silvia Ceriani.

Ricardo Mollo, Germán Daffunchio y Timmy McKern fueron los primeros en llegar a la vivienda y encontrar al músico tendido en el suelo sin signos vitales. “Yo lo levanté y estaba la mitad del cuerpo en el colchón y la otra mitad en el suelo. El dormía en el piso en un colchón, entonces lo levanté, ya frío, con el cuerpo duro, y lo acomodé arriba del colchón. Estaba tan frío que le apoyé mis manos en el pecho para calentarlo. Fue muy fuerte”, relató el líder de Divididos en una reciente entrevista con el ciclo radial Perros de la calle.

“Era lo que había quedado de él, porque ese tipo ya no estaba ahí. Creo que fue una de las cosas más dolorosas que me pasaron. No pude decirle al cuerpo ‘quedate tranquilo’. Se precipitó todo muy rápido”, contó Mollo angustiado por no poder ayudar a su amigo.

“Siempre fue un líder y un rebelde. Desde las épocas en que íbamos juntos al Colegio Gordonstoun, en Escocia. Siempre estaba haciendo gastadas", expresó su amigo Timmy, tras su muerte.

Si bien la primera causa de muerte que circuló fue la de un paro cardíaco debido a una grave hemorragia interna causada por una cirrosis hepática, con los años hubo otra versión que rodeó la muerte del vocalista y que fue lanzada por el periodista Oscar Jalil. “Silvia Ceriani siempre contó que Luca murió mientras dormía, por culpa de la cirrosis. Pero sus amigos admitieron otra versión: fue una sobredosis de una mezcla de sustancias entre las cuales la heroína formaba una parte del cóctel”, escribió en su libro Luca Prodan: libertad, divino tesoro.

Luca Prodan fue sepultado en el Cementerio de Avellaneda en una ceremonia a la que asistieron sus compañeros de banda, sus amigos y una multitud de seguidores. Unos años después, su hermano hizo cremar los restos y trasladó las cenizas a una plazoleta dentro del cementerio, debajo de una roca traída desde Nono, Córdoba, un lugar que lo vio crecer artísticamente. Sus cenizas son visitadas por fanáticos que viajan de todo el mundo para dejar fotos, cartas, camisetas, cigarrillos y hasta botellas de ginebra en su honor.