Perdió a su mejor amigo en la tragedia de Ecos: cómo transformó su vida para ayudar a otros
Su nombre es Victoria Ricco, tiene 34 años y, desde que perdió a su “hermano de la vida” en la tragedia de Ecos se dedica a concientizar sobre vialidad. Cómo fue su lucha para transformar el dolor en solidaridad.
11 de agosto de 2024
Victoria Ricco - Créditos: Gentileza
El 8 de octubre de 2006 su vida cambió para siempre. Su mejor amigo, Federico Ecker, murió en la tragedia de Ecos cuando regresaba de hacer tareas solidarias en El Impenetrable, en Chaco. A la altura de la provincia de Santa Fe, más precisamente en el kilómetro 689 del departamento de Vera, el micro en el que viajaban los estudiantes del colegio de Villa Crespo chocó con un camión, dejando un saldo de 12 muertos (9 alumnos, una profesora y los dos ocupantes del camión) y 38 heridos.
“Me acuerdo perfecto de ese día. Estaba en mi casa y a la madrugada llamó mi tía contando lo que había pasado y diciendo que iba a ir para allá. Mis papás también querían ir y yo guarde unas mudas de ropa para acompañarlos; sin caer en lo que realmente estaba pasando”, cuenta Victoria Ricco que, por aquel entonces, tenía apenas 16 años.
Finalmente su familia decidió no viajar y aguardar noticias desde su casa. Al cabo de unas horas, el teléfono sonó y aún recuerda a su madre desvanecerse tras escuchar lo peor: “Siempre tuve la ilusión de que Fede y su hermana estaban bien hasta que salió la lista de sobrevivientes en todos los medios y yo lo buscaba, lo buscaba y no lo encontraba. Fue horrible cuando nos dieron la noticia”, confiesa angustiada.
Esta gran pérdida no sólo marcó su vida para siempre sino que definió su futuro. Es que esta adolescente tenía dos opciones: o se quedaba tirada en la cama llorando o hacía algo con ese dolor que tanto la agobiaba. Su espíritu resiliente y luchador hizo que la primera opción no sea una posibilidad para ella.
“Yo siempre digo que a partir de ese momento me morí y volví a nacer en una Victoria distinta, en una Victoria más comprometida. Me propuse transformar esa oscuridad y tristeza en algo mejor porque uno puede dejar ese sentimiento dentro del cuerpo y apagarse poco a poco, o seguir y convertirlo en algo positivo”, reflexiona quien inmediatamente empezó a capacitarse para dar charlas sobre seguridad vial en colegios.
Transformar el dolor en amor y solidaridad
Después de un golpe tan duro, la vida puede seguir en “piloto automático” sin embargo, Vicky eligió ponerse en marcha. Mejorar, aprender sobre las necesidades de los demás y transformar fue su objetivo desde entonces. “Te nace o no pero creo que tiene que ver con el amor que uno puede sentir por el otro, por el prójimo y yo tengo mucho amor por la vida”, afirma orgullosa del rumbo que tomo hace 18 años atrás.
Gracias a las capacitaciones de Conduciendo Consciencia (una asociación creada por los padres de las víctimas y sobrevivientes de la tragedia de Ecos) y la ayuda de su colegio, el Sagrado Corazón de Lomas, esta muchachita empezó a enseñar y a concientizar sobre seguridad vial en otras escuelas. “Las primeras charlas empezaron a meses del siniestro. Me iba con todo el material en el colectivo, colegio por colegio. Preparaba presentaciones en una compu o en cartulinas, depende el curso o la edad de los chicos. En cada charla me presentaba y decía: ‘Hoy vengo a contarles una historia triste que espero que termine en una historia feliz’”, revela quien pasó por más de 50 colegios, universidades, sociedades de fomento y centros de discapacidad mental.
Si bien nada ni nadie va a devolverle a su “hermano del alma”, sus enseñanzas se convirtieron en su herramienta para evitar que vuelva a suceder una tragedia similar. “Tenía un dolor tan grande que lo único que quería es que nadie más lo viva, que nadie sufra lo que sufrí yo”, advierte mientras explica que la mayoría de los siniestros viales son evitables, ya que el 90% suceden por un error humano. “Me generaba mucha impotencia pensar que estaba sufriendo un dolor enorme por algo que era evitable si alguien hubiera hecho las cosas bien entonces, empecé a pensar las posibilidades que tenia de enseñar, de educar, de guiar, de armar campañas para que no vuelva a ocurrir”, asegura.
En la actualidad, Vicky tiene su propia columna sobre vialidad en cuatro radios. - Créditos: Victoria Ricco
Hoy, casi dos décadas después, Victoria sigue tan involucrada y comprometida como el primer día. Y si bien sus tiempos ya no son los mismos y debe compatibilizar su tarea solidaria con su trabajo en el área de comunicación de una empresa y la maternidad (tiene un hijo de 6 años llamado Felipe), esta emprendedora encontró la forma de poder seguir aportando su granito de arena para construir un mundo mejor a través de las redes.
Así fue como, en marzo de este año, nació @lachicavial; una comunidad en Instagram con variada información donde Ricco habla de la importancia de usar cinturón de seguridad, de las velocidades permitidas, de cómo manejar en la nieve o de qué sillita es la correcta para cada niño, entre otros temas. “La cuenta surgió en una noche de festejo de mi cumple con amigas. En marzo, cumplí 34 años y sentía que, entre la maternidad y mi profesión, no estaba teniendo tanto tiempo para dar charlas. Y me sentía un poco angustiada porque cuando no hago cosas de vialidad siento que me falta algo”, confiesa esta licenciada en relaciones públicas que, gracias a la recomendación de sus amigas, creó un perfil, diseñó el logo y empezó a subir contenido.
Su información, tips y recomendaciones comenzaron a viralizarse tanto que, actualmente, esta influencer tiene su propia columna sobre vialidad en cuatro radios distintas. De hecho, uno de sus sueños es llegar a más medios de comunicación para poder concientizar mucho más, ya que “la información salva vidas”.
Mantener vivo su legado
Cada vez que Victoria habla de Federico su voz se quiebra. Es que hace 18 años la vida le arrebató a su mejor amigo, a su “hermano del alma”, a ese par incondicional con el que creció y compartió su pasión por la solidaridad. “Yo nací en el ‘90 en Alemania porque mi papá es médico y por un tema laboral estaba allá y en septiembre, nació Fede. Mis papás se habían hecho muy amigos de los suyos; eran argentinos expatriados así que forjamos un vinculo familiar. Fede fue mi primer contacto con la amistad, mi primer amigo, mi primo, mi hermano. Teníamos un vínculo muy lindo y muy fuerte”, recuerda emocionada.
Si alguien le enseño de solidaridad y de amor al prójimo ese fue Fede; quien todos los años viajaba a Chaco con sus compañeros a entregar donaciones, reparar muebles y pintar escuelas. Por eso, día a día, Vicky se encarga de que su legado siga vivo, ya sea a través de su cuenta de Instagram y de sus charlas o al oficiar de puente para los que quieran seguir ayudando a los chicos de El Impenetrable.
Vicky sueña con llegar a más medios de comunicación, ya que la información salva vidas. - Créditos: Victoria Ricco
“Uno cuando se levanta todos los días puede elegir ser un agradecido y trabajar en pos de algo mejor o ahogarse en penas y dolor. Todos tenemos tragedias, más grandes o más chicas. La mía fue enorme y el dolor no se va, uno aprende a convivir con eso. Pero, ¿de qué te sirve quedarte llena de angustia si estás viva?”, dice quien lleva tatuada en su piel la palabra “Gratitud”.
Aunque Fede sea el motor de su lucha y su esfuerzo por contagiar conciencia y responsabilidad, a ella le cuesta imaginarse qué le diría al ver su recorrido. “Mil millones de veces lo pensé y no sé que me diría. Lo que sí sé es lo que yo le diría. Le preguntaría si está orgulloso de mí porque, en definitiva, todo lo que hago es para construir un mundo mejor pero también para que, esté donde esté, se sienta orgulloso de mi”, concluye con lágrimas en los ojos.