¿De qué murió la mamá de Fito Páez?

 

Ella era concertista de piano. Según cuenta la serie “El amor después del amor”, la mujer perdió a Valeria, su primera hija, en el momento del parto. Algunos meses después, quedó embarazada de nuevo. Y producto de esa gestación nació Fito.

Según se relata en la serie de Netflix, cuando el artista tenía apenas unos meses, su madre consultó al médico debido a que tenía una distensión abdominal, como si estuviera nuevamente embarazada, y sentía  dolores. En una escena se muestra cómo el médico le dice que no escucha más latidos que los de ella e intenta tranquilizarla diciéndole que es común que en el posparto el cuerpo tienda a retener líquidos. Sin embargo, a su cuñado, que era médico, no le convenció el diagnóstico y pidió hacer más estudios.

El resultado fue una mola hidatiforme, que es “un tumor en el que las células, en vez de formar una placenta sana, forman una placenta patológica (que no cumple sus funciones) y puede llegar a ser altamente agresivo”, explica Rodolfo Lambruschini, médico especialista en obstetricia y diagnóstico prenatal.

Hay tres tipos de molas, según sea la malformación de la placenta. En algunos casos hay un feto, pero su desarrollo suele ser anormal; mientras que otras molas no tienen embrión, directamente. Se considera un trastorno del embarazo (y no un embarazo distinto). Y sucede aproximadamente en uno de cada mil quinientos embarazos.

En otra escena de la serie se muestra cómo el tío de Fito le explica a su papá lo que tiene su mamá: “Es un tumor. En el parto, un resto de la placenta quedó en el útero. Y eso generó un cáncer”.

Lambruschini no concuerda con este diagnóstico: “Si queda un resto de la placenta después del parto, se produce una infección grave y termina con un cuadro séptico. Acá lo más probable es que la mamá de Fito haya quedado nuevamente embarazada después de su nacimiento, y que esa tercera gestación haya sido un embarazo molar que provocó su muerte”.

Así es que el autor de canciones como “El amor después del amor”, “11 y 6”, “Ciudad de pobres corazones”, entre tantísimas más, apenas conoció a su madre. Pero lo compartido con ella, lo que ella pudo transmitirle a ese hijo dejó una marca imborrable en él. Según Fito mismo cuenta, su influencia fue fundamental.

Uno de los símbolos ineludibles de esa marca en su camino artístico fue el piano, presencia clave en la casa rosarina de Fito. Allí su madre tocaba. Allí Fito tocó sus primeros acordes.

“Había un piano en casa, pero durante mi infancia no se tocó nunca: el fantasma de mi madre”, contó Fito en una entrevista para la Rolling Stone en 2008. “Era un piano familiar, de pared, a la vieja usanza. Era un piano alemán Forster muy raro: bordó, exótico y tenía unos candelabros. Lo había tocado mi abuela, después lo tocaron mi tía Charito junto con mi madre, que eran de la misma generación, y después quedó allí…”

En esa misma charla con Rolling Stone rememora el momento en que él decidió tocarlo. “Un viernes a la noche (estaban pasando “El hombre que volvió de la muerte”, con Narciso Ibáñez Menta), bajé el volumen de la tele y, ante la sorpresa de todos, fui al piano y comencé a hacer unos clusters. Tenía menos de nueve años y se quedaron todos impactados. Estaba pensando en el cine, de alguna forma, haciendo música para una imagen intentando hacer que funcione. Y me lo festejaron mucho”.

 

Experto consultado: Rodolfo Lambruschini. Médico especialista en Obstetricia y Diagnóstico Prenatal (MP 17.069). IG: @soglap.oficial