San Valentín: Ricardo Darín y Florencia Bas, una historia de amor de película
Se conocieron de casualidad en una pizzería porteña y, desde entonces, forman una de las parejas más lindas del medio. Te recordamos su historia de amor en el Día de San Valentín.
14 de febrero de 2024 • 11:14
Florencia Bas y Ricardo Darín cumplen 35 años de casados.
Ricardo Darín y Florencia Bas son uno de los matrimonios más sólidos del mundo del espectáculo. Su amor, su incondicionalidad y su admiración mutua se puede palpar en cada estreno, en cada alfombra roja, en cada declaración y en cada posteo que los tiene como protagonistas. Por eso nos enfocamos en ellos en el Día de San Valentín.
Hace unos meses te contábamos que, con motivo de su aniversario número 35, Florencia sorprendió a su marido con una romántica publicación en su cuenta de Instagram: “35 años mi amor. ¡Qué maravilla de vida juntos! Te amo @ricardodarinok. ¡Sos mi felicidad!”, escribió la mamá del Chino y Clara Darín junto a ocho imágenes que resumen los mejores momentos de su relación a lo largo de estos años.
Una tapa retro de la revista Gente, donde el actor dice: “Esta chica me cambió la vida”, más un puñado de imágenes donde se los ve bailando, junto a sus hijos de pequeños o posando en los últimos eventos internacionales que los llevaron por el mundo gracias al film Argentina, 1985 fueron los elegidos de Bas para celebrar este nuevo año de amor.
La historia de amor de Ricardo Darín y Florencia Bas
Sin dudas, la historia de amor de ellos podría ser digna de cualquier guion cinematográfico. Es que, Ricardo y Florencia no sólo se conocieron de casualidad sino que, por esos años, el actor todavía estaba en pareja con Susana Giménez.
Mientras él la rompía como galancito en el escenario del Lola Membrives haciendo Sugar junto a la diva de los teléfonos, ella era una estudiante de traductorado de inglés que sabía poco y nada de la carrera de este actor argentino.
Fue una noche, a finales de 1987, cuando se dio el primer encuentro en una pizzería del centro porteño. El acababa de terminar su función, ella había salido a comer con una amiga. Y el flechazo fue inevitable. “¡Cómo no me voy a acordar! Era una cosa radiante que iba caminando por la calle. No me pude resistir”, recordó Darín tiempo después sobre ese primer encuentro con su actual mujer.
Sin embargo, esa noche no hubo más que un cruce de miradas y sonrisas. “Ella, por suerte, no me aceptó enseguida y eso me gustó más. Es más, ¡me confesó que yo mucho no le gustaba! No era fan ni nada por el estilo”, contó el protagonista de El hijo de la novia que, según sus dichos, tuvo que remarla bastante para conquistar su corazón.
Un nuevo encuentro en un bar cercano al teatro fue la oportunidad que Darín tuvo para invitarla a bailar. Cinco meses después, más precisamente el 18 de abril de 1988, estaban intercambiando anillos en el altar y, a principios de 1989, convirtiéndose en padres por primera vez con la llegada de Ricardito, más conocido como el Chino.
El Chino y Clara, los dos hijos de este matrimonio de pequeños. - Créditos: Instagram personal Florencia Bas: @florenciabas
Un nuevo capítulo de esta hermosa historia de amor -que ya lleva más de 35 años- se escribió cuando nació Clara, la segunda hija del matrimonio. “Juntos pudimos armar lindo un equipo con el Chino y con Clara. La verdad es que los vemos a ellos y cada vez estamos más orgullosos”, reveló el actor emocionado de la familia que formó.
La clave del éxito
Si bien a lo largo de estas tres décadas la pareja sufrió algunas crisis (de hecho a fines de los 90 estuvieron separados durante dos años), siempre salieron airosos de ellas. ¿El secreto?: respetar sus propias individualidades.
“Cuando nos enamoramos de alguien, nos enamoramos de cómo es y después con las cuestiones de convivencia queremos ajustar algunos aspectos para que nos sean más funcionales y ahí la estropeamos. Nosotros tratamos de no perder eso. Agradezco estar al lado de Florencia, porque con ella la vida es distinta en muchos sentidos. Me ha rescatado de 70 mil cosas”, contó el actor en una entrevista con LA NACION.
Respetarse, divertirse y compartir “casi todo” parece ser la clave para que el amor perdure en el tiempo. “Hacemos mucho ejercicio juntos, también salimos a caminar, sacamos a los perros, hacemos bici, andamos en la cinta y ahora empezamos a jugar al tenis, cosa que ella nunca en la vida quiso hacer. Como me ve siempre a mí jugando al tenis, me dijo que iba a aprender. De verdad, nos divertimos mucho”, agregó orgulloso de su compañera, a quien sin dudas elegiría en una y mil vidas más.