¿La maternidad es para mí? Una guía para descubrirlo

 

La idea es buena. Sin embargo, la psicóloga y puericultora Paula Salgado sostiene que “no hay garantías de que, con el deseo de ser madre, alcance para asumir ese rol con felicidad”. Y aclara: “Hay cosas que se despiertan con la experiencia en primera persona”. Según dice, “con el bebé en brazos, nos encontramos con muchas expectativas (propias y ajenas), mandatos sociales que nos condicionan y que muchas veces genera angustia no poder cumplir. El desafío de la maternidad – dice Salgado –  creo que es encontrar el camino de la propia singularidad”.

Teniendo esto en cuenta, se torna difícil responder a la pregunta de antemano. Pero el libro Ser madre, ¿es para mí? suma más consejos. Armar un mapa familiar minucioso y detallado es uno de ellos, y dejar de lado las circunstancias externas (finanzas, edad, estado civil, por ejemplo) es otro.

“Tomar una decisión tomando en cuenta las decisiones internas al mismo tiempo que las circunstancias externas puede crear todo tipo de presiones”, dice el libro, que suma que “el proceso de investigar lo que de verdad se quiere, el deseo fundamental y no una reacción a algo externo, puede facilitar la toma de una decisión”.

 

Hablando del deseo, Salgado suma: “Hoy día se piensa cada vez más en la maternidad como una elección basada en el deseo y, si alguien no lo siente, es absolutamente válido. Hay personas que tienen claro el deseo de no ser madres, que no quieren pasar por esa experiencia”.

 

Pero una cosa son los relatos y otra muy distinta es atravesar la vivencia. “La experiencia de la maternidad es intransferible, y por más de que tengas información y conozcas relatos de otras personas, es muy difícil (por no decir imposible) saber cómo una va a atravesarlo. Eso se va entendiendo cuando sucede”, reflexiona Salgado quien, sobre la base de su experiencia, describe: “Cada una irá encontrando la propia forma de asumir este rol, aprendiendo a confiar en su bebé y en ella misma”.

Y cierra su reflexión: “Transitarlo acompañada por personas amorosas y empáticas potencia la seguridad necesaria para confiar en la propia capacidad para maternar”. Es la mejor manera de atravesar esta aventura para quienes deseen hacerlo.