Vacaciones, un buen momento para la búsqueda de un hijo: ¿mito o verdad?
Una de las tantas frases más escuchadas por aquellas parejas que se encuentran en la búsqueda de un bebé a través del método convencional o por fertilización asistida es “relájense, váyanse de viaje y vas a ver que te embarazás”. ¿Hay algo cierto en todo eso?
12 de enero de 2023
Vacaciones: ¿un buen momento para la fertilidad? - Créditos: Getty
“¡La prima de una amiga de una vecina se fue de viaje y quedó!”. Un ejemplo de los variados comentarios que suelen escuchar mujeres, hombres o parejas que emprenden como objetivo el de ser padres. No siempre el camino es tan fácil.
En ocasiones, frases similares pueden llegar a provocar sufrimiento a aquellas personas que atraviesan el momento de la búsqueda para lograr la concepción. Las dificultades reproductivas suelen generar preocupaciones, ansiedad y estrés y no debería ser tomado a la ligera por nadie. Incluso, a veces los conocidos y desconocidos lanzan libremente esos comentarios sin medir el impacto psicológico y emocional que le puede provocar otro que hace años realiza tratamientos de fertilidad y no logra concebir.
Estas situaciones son más habituales de lo que se cree. La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió estas cifras: entre 48 millones de parejas y 186 millones de personas tienen infertilidad en todo el mundo. Se trata de una enfermedad del sistema reproductivo masculino o femenino que consiste en la imposibilidad de conseguir un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales habituales sin protección.
Estrés y fertilidad
Existe el mito de que los nervios o el estrés impiden el embarazo. Sin embargo, si esto fuera realmente así, las personas en situación de guerra, desastres naturales u otros eventos estresantes de la vida de un ser humano no podrían embarazarse.
La licenciada en Psicología y miembro de la Asociación Somos Grupo de Mujeres más Lorena Laserre explica: “Es como si a alguien que tiene una cardiopatía, diabetes o artritis les dijéramos que se saquen un pasaje a algún lugar hermoso, entonces se curarán. Sería no solo inapropiado sino cruel basado en la profunda ignorancia”.
Existen múltiples factores que ocasionan dificultades reproductivas en las personas. En mujeres la edad de búsqueda del embarazo se trasladó 10 años, de los 25 a los 35 y, a veces, el pico fértil en relación con los óvulos ya pasó, lo que disminuyó abruptamente la calidad de los mismos.
También pueden influir los hábitos alimenticios, de consumos del alcohol, sustancias tóxicas, las características anatómicas, trompas obstruidas, miomas, pólipos, endometriosis y más. Del lado masculino, la calidad espermática, la forma, la alteración genética y factores anatómicos y funcionales también deben ser examinados.
“Lo que sí sabemos es que la dificultad de poder tener un hijo genera altos niveles de ansiedad, cambios anímicos, retraimiento social, afectivo y angustia. Por eso es importante que el proceso se acompañe de apoyo psicológico durante todo el periodo, previo, durante y posterior”, explica Laserre.
“El estrés puede transformarse en algo crónico, ya que es sostenido en el tiempo y a largo plazo trae consecuencias en el organismo en su totalidad, así como la baja de defensas del sistema inmune, por ejemplo”.
En síntesis, la experta señala que se trata de un mito el hecho de que “en vacaciones, se logra el embarazo más fácilmente”. El estado de relajación coopera en el proceso, pero no es un factor determinante. Es fundamental el acompañamiento tanto profesional como emocional del entorno que rodea a quienes están en este proceso.
Hábitos para la relajación: algunas recomendaciones
Comer de manera saludable alimentos ricos en antioxidantes.
Realizar una respiración consciente.
Poder aceptar las emociones, sin definirlas como buenas o malas. Entrenar la mente para dejarlas fluir y no aferrarse a ninguna es una experiencia que ayuda, debe ser sostenido en el tiempo.
Cultivar acciones manuales y artísticas que a uno le den placer y lo desconecten, desde jardinería, hasta terapia artística, escuchar música que genere endorfinas, salir a caminar sin dispositivos electrónicos para observar el entorno.
Dormir bien la cantidad de horas que el cuerpo necesite ya el sueño es muy importante.
Asesorarse con los profesionales de salud que se requieran.
Evitar exponerse a situaciones que no sean del propio agrado.
Rodearse de un entorno que a uno le haga bien.
Experta consultada: Lorena Laserre, licenciada en Psicología y miembro de la Asociación Somos Grupo de Mujeres más.
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