Contacto cero, una estrategia de la neurociencia que te puede hacer bien: qué es y cuándo es necesario
Contacto cero, una estrategia avalada por las neurociencias especialmente útil para terminar con vínculos que no te hacen bien.
31 de octubre de 2023
Contacto cero: ¿qué es y cuándo te puede hacer bien? - Créditos: Getty
¿Hay algo más difícil que tomar distancia de una relación afectiva significativa en tu vida? Incluso cuando se termina en buenos términos, tiene su peso. Si encima esa relación que estás intentando cortar viene cargada de violencia, maltrato verbal, o simplemente no estás siendo registrada en tu pedido de distancia, todo se vuelve más complejo.
En ese caso, para cuidar la salud mental se recomienda el “contacto cero”. Se trata de una estrategia estudiada por las neurociencias y practicada por distintas corrientes psicológicas.
“El modo de llamarlo es nuevo, pero en realidad es un concepto tan viejo como la humanidad”, desliza la psicóloga Marina Mammoliti en diálogo con OHLALÁ!, quien nos detalla a lo largo de esta nota cuándo conviene aplicar esta estrategia y cuándo no es necesario.
Antes de llegar a aplicar el contacto cero, Mammoliti abre una pregunta sumamente importante: ¿cuándo deberías considerar la idea de tomar distancia de una relación? Y enumera escenarios que deberían de ponerte en alerta.
Cuando estás con alguien infantil que no puede construir un vínculo adulto.
Si estás con alguien que no quiere tener una relación con un proyecto, compromiso o intimidad, y vos sí.
Si estás con una persona con la cual te sentís engañada o estafada todo el tiempo.
Si no te sentís cuidada/o o protegida/o. A salvo.
Cuándo se recomienda el contacto cero
Principalmente en dos grandes situaciones.
Ruptura amorosa dolorosa: después de una ruptura amorosa difícil en la que ambas partes están emocionalmente heridas, mantener el contacto cero puede ayudar a sanar las heridas emocionales. Marina observa que esto permite a las personas procesar sus emociones y recuperarse.
Relación tóxica o abusiva: en una relación en la que uno de los involucrados es abusivo o manipulador, cortar todo contacto puede ser necesario para protegerse emocionalmente. En este caso, Marina observa que puede llevar a una mayor seguridad y bienestar emocional.
Pensamientos encadenados que nos hacen mal
“Daniel Goleman es un neurocientífico que admiro y lo traigo a la charla porque explica algo muy interesante. Dice que, cuando estamos en el proceso de una ruptura, basta nada más que un pensamiento, una foto, un comentario de otras personas, o cualquier estímulo similar para que se desencadene una nueva avalancha de pensamientos, que se van enganchando unos a otros como en un efecto dominó. Una vez que la secuencia de pensamientos obsesivos se puso en marcha, es muy difícil detener el proceso de asociaciones mentales que se desencadena”, detalla la experta.
Marina entiende a este fenómeno como si fuera un tren de pensamientos imparable: "Pedro nunca quiso ir a comer con mi familia, entonces se infiere que él no estaba feliz conmigo. Luego se llega a pensar que nunca me amó en realidad, como consecuencia aparece otro pensamiento dominante que dice, claro, por eso subió solo una foto conmigo en su Instagram y nada más. Y nunca me llevó a su reunión de los jueves con sus amigos. Y puede seguir al infinito".
Ella explica que son pensamientos encadenados al infinito que sólo generan más y más sufrimiento inútil. "Cuantas más vueltas demos a los motivos que nos llevaron a terminar con esa relación, más 'buenas razones' y justificaciones vamos a encontrar para seguir enganchados a esa persona. Por eso, según las neurociencias, el contacto cero es una herramienta poderosa para romper el enganche poco sano”, asegura.
Cuándo no es necesario el contacto cero
En conflictos familiares: por ejemplo, en una disputa entre hermanos, el contacto cero puede empeorar la situación. Puede llevar a una mayor tensión y distancia en la familia.
En amistades en desacuerdo: en una amistad en la que surgen desacuerdos o conflictos, no necesariamente debés cortar todo contacto. En estos casos, la comunicación abierta y el diálogo pueden ayudar a resolver los problemas y fortalecer la amistad.
En relaciones amorosas: en una relación, por ejemplo, donde hay pequeños desacuerdos o malentendidos, el contacto cero puede ser una reacción excesiva. Incluso puede llevar a una ruptura prematura de la relación sin una necesidad real.
“Cada situación es única y la decisión de usar o no el contacto cero debe basarse en una evaluación cuidadosa de las circunstancias y las necesidades emocionales”, advierte, mientras reafirma que no se trata de una “solución universal” y que puede tener consecuencias sociales y emocionales significativas. Por eso, cuando la ruptura se da dentro de una familia o en situaciones de parejas que no resultan peligrosas para la salud, considera que “puede ser más beneficioso buscar la comunicación y el apoyo de un profesional de la salud mental para encontrar soluciones constructivas”.
“En todos los casos, si el contacto cero se convierte en una estrategia a largo plazo, es importante considerar la orientación y el apoyo de un profesional de la salud mental para garantizar que sea la decisión más saludable”, concluye.
Lo que observó Marina en personas que aplicaron contacto cero
Autodescubrimiento: el contacto cero a menudo brinda la oportunidad de reflexionar sobre las necesidades individuales y metas personales, lo que puede llevar al autodescubrimiento y al crecimiento personal.
Reducción del estrés: al evitar interacciones negativas o dolorosas, las personas pueden experimentar una disminución significativa del estrés y la ansiedad.
Proceso de sanación: en situaciones de ruptura o pérdida, el contacto cero puede ayudar en el proceso de duelo y permitir la recuperación emocional.
Establecimiento de límites: el contacto cero a menudo se utiliza para establecer límites claros en las relaciones, lo que puede ser esencial para mantener relaciones saludables en el futuro.
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