Hacer ejercicio, comer y dormir bien es mejor que cualquier medicina antiedad, según un Premio Nobel de Química

En diálogo con BBC, el experto decía que entre las principales causas del envejecimiento se encontraba la acumulación de daños en los genes de nuestro ADN, que es donde se encuentra la información precisa y valiosa acerca de cómo producir proteínas.

 “Nuestros anticuerpos son proteínas, y son ellas las que permiten que la célula fabrique las moléculas que necesita, incluyendo grasas, carbohidratos, vitaminas, hormonas y los propios genes. Entonces, el envejecimiento tiene mucho que ver con la pérdida de capacidad de nuestro cuerpo de regular la producción y la destrucción de proteínas en las células”, puntualizó.

De las proteínas depende nuestro buen funcionamiento de cada uno de los sentidos. Al mismo tiempo, el sistema nervioso depende de ellas para transmitir las señales y almacenar nuestra memoria. De este modo, cuando nuestro cuerpo pierde la capacidad de regular la producción de proteínas en nuestras células, hay envejecimiento.  La acumulación de daños químicos se puede manifestar a través de nuestras moléculas, células, tejidos y, finalmente, en todo nuestro cuerpo.

“Comer bien, dormir bien y hacer ejercicio, actualmente, son más efectivos que cualquier medicina anti edad que haya en el mercado”, asegura y agrega: “No cuestan nada ni tienen efectos secundarios, y tienen una sólida base biológica contra el envejecimiento”.

También explica que al poner en práctica estos consejos podemos “mantener la masa muscular, regular la función mitocondrial, la presión arterial, el estrés y disminuir el riesgo de demencia. El problema es que no siempre es fácil seguirlos. La gente a veces prefiere simplemente tomar una pastilla y vivir sus vidas como quieren. Esa es la parte que tenemos que superar”.

En relación a la forma de alimentación actual, agrega: “Los humanos no evolucionamos para comer en abundancia, ni postres y esas cosas. Nuestra especie comenzó siendo cazadora y recolectora. Comíamos de forma esporádica, ayunábamos de manera natural y teníamos la restricción calórica que mencionaba antes. Pero ahora comemos incluso si no tenemos hambre y en Occidente vemos un enorme aumento de la obesidad”.

 

Otro punto igual de importante y que no siempre es tenido en cuenta, el ejercicio. “Hoy vivimos una vida sedentaria en comparación con nuestros antepasados, que eran agricultores, cazadores, trabajadores manuales”.

Por último, sobre el sueño, considera que “subestimamos la importancia de dormir, pero es extremadamente valioso para los mecanismos de reparación de nuestro cuerpo”.

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