Estrés: así es el self compassion, la terapia que nos ayuda a manejarlo
Muchas personas son muy compasivas con quienes las rodean cuando están pasando un mal momento, pero lapidarias consigo mismas. Si sos parte de este team, en esta nota te explicamos cómo empezar a cambiar el diálogo interno.
2 de marzo de 2023
Self Compassion: la terapia que nos ayuda a mejorar nuestra vida. - Créditos: Getty
La compasión es un sentimiento de tristeza que se produce cuando vemos sufrir a alguien. Esto nos impulsa a tomar acciones para aliviar su dolor, remediarlo o evitarlo.
La autocompasión es poder tratarnos a nosotros mismos como tratamos a alguien que queremos cuando está pasando un mal momento.
“Para ser amables con nosotros mismos, primero tenemos que darnos cuenta de cómo nos sentimos”, explica Ximena Dávila, psicóloga cognitiva integrativa, instructora de mindfulness y self compassion. Así, una vez que percibimos nuestras emociones, ahí podemos ser autocompasivos o totalmente críticos y dañinos con nosotros mismos.
Por eso la autocompasión está tan vinculada a la práctica de mindfulness, que Ximena define como “aprender a estar con lo que hay: saborear y disfrutar el momento agradable cuando estamos bien; pero también saber, en los momentos desagradables, difíciles y dolorosos, que tenemos herramientas internas para transitarlos”.
Mindfulness es el primer componente de la autocompasión, porque nos permite darnos cuenta de cómo nos sentimos, pero sin quedarnos atrapados en esas emociones.
El segundo es humanidad compartida versus aislamiento: entender que todos vamos a tener situaciones difíciles en la vida, pero no estamos solos ni aislados.
Y el tercer componente es la autoamabilidad: darnos cuenta en el momento de que la estamos pasando mal que podemos ser amables con nosotros mismos.
¿De qué manera podemos ejercer la acción autocompasiva?
1
Reconocer el tono de voz de nuestro crítico interno, porque el impacto que tiene en el cuerpo y en el cerebro es muy fuerte. Tratemos de hablarnos en un tono más amable, amoroso, cálido y comprensivo, sin juzgarnos tanto.
2
Decirnos frases amorosas y bondadosas, del tipo: “Está bien sentirme así; esto es lo que estoy sintiendo ahora y ya va a pasar”.
3
Usar el tacto tranquilizador. Como mamíferos, necesitamos el contacto (con otras personas o con nosotros mismos). Cuando estamos muy angustiados y tocamos una mascota se activa el sistema de calma. Podemos liberar las mismas hormonas dándonos un golpecito en el hombro, llevándonos las manos a la cara, poniendo una mano en el pecho, cerrando un puño y haciendo círculos sobre él con los dedos de la otra mano…
4
Hacer alguna práctica de meditación, en donde a través de una visualización se van generando ciertas sensaciones para poder transitar mejor lo que estamos viviendo.
Ximena destaca el poder de la neuroplasticidad: cuanto más se realicen estas prácticas, más cambios se van a ver a nivel de conexiones neuronales. Desde hace varios años brinda cursos y talleres en la Asociación Médica Argentina, en donde viene comprobando que la gente encuentra una nueva forma de tratarse y eso aumenta el bienestar: empiezan a tener más alegría y ganas de conectarse con los otros.
Porque, en definitiva, aprender a calmarnos en los momentos difíciles es una herramienta muy poderosa, que repercute en nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro entorno.
Experta consultada: Ximena Davila. Psicóloga cognitiva integrativa e instructora de Mindfulness y de Autocompasión (MSC). IG: @conciencia_compasiva
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