
PAS sexual: ¿sabés si sos una Personas Altamente Sensible?
¿Escuchaste hablar de las “personas altamente sensibles” o “PAS”? Hoy exploramos cómo es sentir demasiado, pero en la cama.
26 de abril de 2025

PAS sexual: ¿sabés si sos una Personas Altamente Sensible? - Créditos: Getty
Probablemente hayas escuchado o leído sobre esto. Las personas altamente sensibles, o PAS, son personas que sienten más que el resto a todo nivel, es decir, a través de la vista, el tacto, el olfato, la audición y el sabor y, en muchas ocasiones, también emocionalmente.
Pero cuando hablamos de sexualidad, esta cualidad que parece ser soñada (¿quién no querría sentir más el placer?) no resulta tan prometedora como suena. Lejos de vivirlo con felicidad, las personas con alta sensibilidad a menudo se abruman en situaciones sexuales y pueden llegar a sufrir disfunciones y malestar físico. Entonces ¿de qué se trata exactamente ser altamente sensible? ¿Qué implica esto a la hora del encuentro con otros?
Yo, #sensible
Taguearse está de moda. Definirte con una palabra, un conjunto de rasgos o incluso un síndrome que te ayude a interpretar lo que te pasa parece ser bastante urgente estos días en que una fácilmente se siente rara por no disfrutar las cosas que disfruta el resto. El término “persona altamente sensible” apareció en las redes entre bailecitos de TikTok como una de las características más populares para autoidentificarse y “diagnosticar” a otras personas hasta convertirse en trending topic. Y así muchas personas encontraron alivio en un término que, aseguran, las ayudó a entenderse, mientras que otras comenzaron a vivir la posibilidad de ser “altamente sensibles” como una contradicción.
Aunque ser PAS comenzó a sonar mucho en la psicología allá por los 90 y ya van dos décadas y media de observación, aún hoy no hay un consenso claro entre psicólogos, psiquiatras y sexólogos sobre lo que significa realmente. Por esta razón, el término, en general, no siempre termina siendo una herramienta útil en consulta para definir a las personas. El primer problema es, básicamente, que no es nada fácil medir que es sentir mucho, poco o normal. Si bien un médico puede detectar ciertos umbrales en un paciente, por ejemplo, el del dolor, no es en los sentidos en donde los terapeutas ponen el foco, sino en cómo las personas procesan lo que sienten.
Interpretar las sensaciones
Muchas personas se autodiagnostican o son diagnosticadas PAS por razones no tan sexies como las que se representan en las redes. Cuando se trata de sexualidad, la mayoría de las veces no se trata de delirar de felicidad con sensaciones o de ser multiorgásmicas, sino de sentir a niveles que causan dolor, angustia o desconcierto.
Por ejemplo, podría pasar que una persona PAS llore sin saber bien por qué después de tener un orgasmo o también es usual que algunas mujeres lleguen a una consulta sexológica preocupadas por sentir “demasiado” la penetración cuando lo que tienen, en realidad, es vaginismo, una afección ocasionada, fundamentalmente, por miedos, traumas y creencias erróneas que hacen que los músculos de la vagina se contraigan involuntariamente al punto de volverse impenetrables. Cuando los profesionales se encuentran con este tipo de pacientes que se definen como “demasiado sensibles” descubren que el problema muchas veces no es tanto la intensidad de lo que sienten, sino cómo procesan lo que esas sensaciones les están provocando.
Sensación, emoción y reacción
Efectivamente, hay algunas diferencias en la forma en que cada persona percibe las cosas. Esto lo podés ver, por ejemplo, a través de esa amiga que tiene tan buen oído que no puede dormir porque escucha el goteo de la canilla del baño que está en la otra punta de su casa. Si bien es cierto que algunas personas suelen tener más agudeza en ciertos sentidos, también es cierto que el desarrollo de los sentidos y la percepción de las sensaciones es más bien una respuesta al entorno basada en alguna experiencia del pasado.
Siguiendo el mismo ejemplo, si tu amiga escucha cada movimiento de la casa cada noche, puede que, más que un gran oído (o además de un gran oído), tenga algún problema de ansiedad o incluso algún trauma que la mantenga en estado de alerta constante y la haga encontrar excusas sensoriales para evitar el sueño. Tal vez ella piense que el problema es su superoído, pero... ¿qué pasa si hay algo más?
Existe en todos los seres humanos un programa biológico de supervivencia que se resume así: percibir - procesar - reaccionar - adaptarse. Primero percibimos, luego le damos una interpretación a aquello que percibimos y, de acuerdo a eso, reaccionamos y creamos un mecanismo de adaptación. A veces, el problema de las personas PAS no es la percepción sino todo lo que sigue.
Cuestionar la hipersensibilidad
Lo que queremos decir con el ejemplo anterior es que lo emocional y lo sensitivo van mucho más de la mano de lo que las personas suelen creer. Los psiquiatras, psicólogos y sexólogos lo saben y por esta razón, más que en la sensibilidad de las personas en sí, suelen enfocarse en ayudar a sus pacientes a responder y adaptarse a las emociones que las sensaciones despiertan.
En sexología, por ejemplo, es muy común oír a hombres con eyaculación precoz asegurar que “sienten demasiado”, cuando, en realidad, lo que les falta es entrenar su reacción a los estímulos para tener un mayor autocontrol. También es común que personalidades hipertemerosas sientan pánico cuando la sensación de llegar a un orgasmo se acerca. En este caso, las sensaciones que experimentan están asociadas con miedos muy profundos y es en esa asociación en donde hay que trabajar.
Emociones e interpretaciones
Las experiencias traumáticas, una crianza difícil o el estilo de apego también pueden confundirse con sensibilidad. Muchas personas se sienten abrumadas por la intimidad y creen que es por ser demasiado sensibles, cuando, en realidad, tienen una fobia que les genera un fuerte impulso de huir. Esto es común en quienes tienen un apego evitativo extremo. Cuando las emociones no se procesan bien, podemos ver como agresivo algo que, en realidad, es solo un acercamiento.
Además, ciertos trastornos como la ansiedad, el TOC o el trauma pueden hacerte creer que ser sensible es parte de tu personalidad, cuando, en realidad, es algo que podría mejorar con las herramientas adecuadas.
¿Sentir mucho te potencia o te abruma?
Hay algo más que puede traer mucha confusión respecto a este término: en muchos sitios de psicología se suele asociar a las personas altamente sensibles con personas dentro del espectro autista. En este punto, es importante que sepas que la alta sensibilidad es un rasgo de personalidad, no es un diagnóstico ni un trastorno en sí. Y si bien es cierto que las personas autistas tienen desafíos especiales en la secuencia percibir - procesar - reaccionar - adaptarse, no todas las personas que los tienen deben ser relacionadas al espectro autista. Para decirlo en criollo: el solo hecho de ser o de vivir una etapa de sensibilidad extrema no debe conducirte a un diagnóstico dentro del espectro.
¿En conclusión? La alta sensibilidad puede ser una gran puerta de entrada para tu viaje de autodescubrimiento. Lo mejor que podés hacer si tus sentidos parecen desbordados o exageradamente agudizados, al punto de obstruir tu placer, es buscar la ayuda de un psicólogo o sexólogo. Pero si, lejos de dificultarlo, tus sentidos lo potencian, entonces probablemente no seas una persona altamente sensible sino simplemente una persona que sabe disfrutar. No te compliques con rótulos y etiquetas.
Para seguir explorando sobre PAS sexual
- Un autotest para saber si sos PAS. Podés medir tu sensibilidad con un test online respondiendo si te sentís identificada con una serie de afirmaciones. cuanto más alta sea tu puntuación, más sensible sos. El test está disponible en esta web: personasaltamentesensibles.com/testde-sensibilidad.
- Un pódcast sobre sexualidad. En el pódcast Consexuar, la sexóloga Silvina Valente y la periodista Denise Tempone charlan sobre diferentes temas vinculados con la sexualidad humana. Hay un capítulo llamado “Siento demasiado” que trabaja sobre eyaculación precoz y otro llamado “Llanto, huidas y confusión: emociones post sexo” que puede echar luz sobre este tema. Lo encontrás en Spotify.
Experta consultada: Silvina Valente. Jefa de la Sección de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas de Buenos Aires y directora de la red de sexología Consexuar. @consexuar.
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