Barrio chino: ¿Cuáles son los mejores restaurantes?

Además de una oferta gastronómica variada, lo que más atrae es su propuesta descontracturada con gente comiendo al paso, sentada en los bancos que hay en la peatonal o directamente en el piso. Se acerca el Año Nuevo Chino, así que es una buena excusa para acercarte.

Te contamos qué lugares no deberías perderte.

Roy Asato es, sin dudas, un referente joven de la cocina japonesa en Buenos Aires y además, es uno de los chefs que decidieron apostar de lleno a este nuevo polo: “Me trajeron los chicos de Pony Pizza, que son los precursores, porque me encantaba la gente que venía y el mood. Sentía que el lugar podía coincidir mucho con mi propuesta: Japón, estación, ventana, vereda...”. Así fue como, en abril de este año, abrió Orei, una ventana que rinde tributo al ramen y donde, sin importar la temperatura que haga, la gente hace fila para probar este plato complejo elaborado con caldos únicos, fideos y toppings.

El fotógrafo Gustavo Sancricca, la diseñadora Luci Guerrero, Nicolás Guerrero y Sebastián Lahera se unieron para crear Vina: un bar de vinos que se destaca por el concepto detrás de cada selección de etiquetas, donde podés encontrar desde vinos orgánicos, sin sulfitos y de baja intervención hasta naranjos o de cepas no tan tradicionales. Para comer, la propuesta va en la misma línea conceptual: el origen y cuidado de la materia prima es la clave. Ofrecen empanadas 100% caseras elaboradas con productos orgánicos o agroecológicos: la empanada vegana de maíz orgánico molido es nuestra favorita. Además del menú fijo, suelen ofrecer propuestas fuera de carta.

Klaus y Lise son los daneses detrás de este proyecto que ya cuenta con varios locales. Desde septiembre, uno de esos locales plantó bandera en el corredor. Pandanés empezó con un emprendiendo de Lise, donde hacía el pan más danés de todos: el rugbrød (típico pan de centeno danés). “Después de unos años sola, nos conocimos con mi socio y decidimos ampliar la propuesta y llevar pan a más mesas porteñas. En Dinamarca el pan es un alimento central, no solo un medio de empuje de los ravioles, y nosotros queremos ofrecer un producto que realmente puede formar parte de una buena alimentación”. Por eso fermentan su pan con masa madre y no le agregan conservantes ni ningún otro aditivo. ¿El favorito? La edición limitada de panes de queso, que viene en tres formatos distintos: sándwich, mini y palitos.

Es una de las últimas aperturas y llegó para completar la oferta de bebidas del corredor. La propuesta de Copetín es perfecta para el after office o para unos tragos al sol: acodate en la barra y dejá que el bartender Tian te guíe por su amplia propuesta. De las canillas salen desde cerveza, gin tonic y vermú de productores nacionales hasta sidra, kombucha o tragos con vino como el tinto de verano. Para comer, al igual que el resto de los locales, se destaca por la rapidez del servicio y su gastronomía finger food. En el menú también tienen una opción vegana: la escalivada, con verduras asadas durante muchísimas horas. Para viajar a la costa mediterránea sin escalas.

Esta ventanita seguro llama tu atención por sus llamativos grafitis y, principalmente, por la buena onda. El primer Bastardo está ubicado en Núñez, pero Manuel y Patricio eligieron el corredor para la expansión de su propuesta de street food basada en pinchos y sándwiches. “Abrimos en abril y lo que más nos atrajo fue imaginar cómo esto iba a crecer: la gente busca cada vez más estar al aire libre y compartir. Nosotros vinimos a traer la propuesta de comida callejera, pero con una vuelta de rosca”, cuentan. Entre los planes que tienen en mente para darle aún más vida al corredor, quieren sumar artistas y música en vivo. Hoy ofrececen una propuesta 100% descontracturada, con la premisa de comer rico y al paso.

Después de haber creado la primera gintonería del país, con sede en Rosario y Córdoba, Tato Giavononni –uno de los bartenders más destacados de Argentina– eligió este mini polo gastronómico para este nuevo local dedicado exclusivamente a esta bebida blanca. Pero lo hizo apostando a un simpático juego de palabras que hace referencia al Barrio Chino y al gin: de ahí nace el nombre. Con el sello del bartender Pablo Pignatta en cada trago, desde la barra sale una gran variedad de gin tonics pensados para el after office con amigos y para acompañar con la comida de las ventanas vecinas. Hay opciones clásicas y más exóticas, pero no dejes de probar el Cyn Tonic, con cynar, tónica, pomelo y romero ($500).

Con un cartel de neón que no pasa desapercibido, esta tiene que ser tu próxima parada. ¿Por qué? Creada por los mismos dueños de Chintonería, ambas propuestas fueron diseñadas para complementarse a la perfección. Para acompañar con tu gin tonic, en esta sandwichería asiolatina vas a poder disfrutar de sabrosos y coloridos sandos creados por el chef Pablo Chinen, quien fusiona los sándwiches japoneses con sabores más latinos. ¿Por ejemplo? Desde pollo frito picante con kétchup coreano servido en pan de hamburguesa ($750) hasta un coliflor tempura con salsa Yang, pickles de nabo y pepino, en pan de molde ($700). Por el momento no tienen opciones veganas ni gluten free, pero prometen sumarlas.

Sebastián Lahera y Clemente Cancela son los dos socios detrás de este “pequeño y potente puesto de pizza” que marcó el inicio del pasaje. “Queríamos un espacio que fuera como un food truck empotrado, a modo de kiosco y callejero, pero que adentro fuera ultratecnológico y, principalmente, que no estuviera en los lugares más estereotipados gastronómicamente”, cuenta Sebastián. Al principio funcionaron como una “locación secreta” para amigos, luego se empezó a correr la voz y su modelo atrajo tanto a clientes como a proyectos vecinos. Una parada obligatoria para conocer de lleno la mística del lugar. Como parte de su identidad, también lanzaron una edición limitada de remeras: son sin género, vienen en talle único y se presentan en una caja de pizza.

Morro es un proyecto familiar creado por Dolores Lemme (arquitecta) y Diego Chamorro (músico), con el cual buscaron combinar varios factores: buen producto, diseño, música y una experiencia única para el cliente que hace del café un verdadero ritual. “Nos atrajo el estilo callejero del corredor, minimalista con sus locales chiquititos y la propuesta gastronómica de nuestros vecinos”, cuentan. Con un equipo de baristas en constante capacitación, hoy son la única cafetería de especialidad de Echeverría. Acá te vas a encontrar con blends de regiones como Guatemala o Brasil, así como opciones únicas, como el “Chocomorro” (café con chocolate). ¡Y a veces hay shows de música!