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La mirada ajena




*Este post había sido escrito el martes. Como ayer no fue publicado por causas de público conocimiento, decidí subirlo hoy jueves. Excepcionalmente.
Soy desenvuelta en la vida, me siento una persona que se mueve libremente... pero confieso que cuando me prenden una cámara, ay, ay, me cuesta.
¿Me cuesta o me da miedo?
No lo sé (probablemente me cueste porque le temo). Siento detrás de ese aparato a la Inquisición entera, y de sólo imaginarme expuesta a sus ojos... ay, no, no, no.
Y sin embargo, hay un juego como actriz que me llama, que me parece divertido jugar.
Como una niña.
Como una payasita.
Anoche fuimos con Pato, editora web, a cubrir el backstage de Kevin y Liniers al teatro (para "¿Cómo crean los que crean?") y Pato "dale, yo filmo así vos salís en cámara"... y yo, teeensa. Ya toda la invasión que uno hace a la intimidad de una banda, eso más la camarita de Pato grabando, "que voy a decir pavadas, que me va a salir la boca torcida cuando hablo".
Salimos airosas, de todas maneras.
Airosas y con un deseo: quiero que las miradas ajenas me chup... Bueno. Sí, sí. Que me importe un pito lo que otros puedan llegar a pensar –jodidamente- de mi persona (¿acaso su verdad tendrá que ver conmigo, o sólo con ellos mismos?). Si yo sé quién soy, si yo estoy en paz absoluta con mi alma. Si yo sé estoy comportándome del modo más verdadero, más honesto...
Ojo, que me ne freguen las miradas juzgonas, no así los corazones.
Los cuores, como los llamo, para que suene menos... ¿No era que no te importaba la apariencia? Ejem, fush, fush, mirada ajena.
Quiero entretejer alianzas de corazón con el resto de los mortales (y también con los "eternos").
Quiero dar y recibir amor, cariño, presencia, cuidado. No medirnos, no controlarnos, no competir, no criticarnos. No, nada de eso.
Y para terminar este texto les dejo este video:
Lupe, la menor de mis nenas, haciendo las veces de mami. Mía. Y yo, en lugar de entregarme a su juego, que estaba buenísimo (¡me estaba vendiendo hasta muñecos de Sapa Pepa!), ¿qué hice? "ay, ay, dame, mi amor, dame", porque tenía miedo que la cámara se deslice de su manito... (al suelo).
¿Cuánto las afecta o modifica a ustedes la mirada ajena? ¿Frente a qué personas se sienten TENSAS o INCÓMODAS? ¿Quiénes, por el contrario, las DEJAN SER, las hacen sentir sueltas? ¿O siempre se sienten así, independientemente de quien las mire?
PD: Interesados a taller de expresión escrita (abierto grupo del día miércoles): Ablandar la mano Y quienes quieran sumarme como amiga de Facebook: Ine Sainz

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