Alguna vez, allá lejos y hace mucho tiempo, me confesé con un cura. "¿Y tu novio te tocaba la cola también?", me preguntó el hombre de Dios después de que yo le confesara, muy tontamente, que con mi noviecito (bah, con mi novio de mis 14 años) nos besábamos. No recuerdo bien qué le respondí, pero me quedé molesta, incómoda por su curiosidad tan poco santa.
Creo que después de aquella oportunidad nunca más volví a un confesionario, pero cada tanto, como bien hiciera Laura/Cuspinter hace unos meses, (y en homenaje a ella que se la extraña), me gusta soltar al viento mis "pecados".
¡¿Confesamos?!
Confieso que cuando de chica lloraba no podía evitar mirarme frente al espejo. Y ahora de grande, cada tanto me tiento (en hacerlo).
Confieso que una vuelta me di una trompada a mí misma en la cara porque me parecía "canchero" eso de andar con un ojo morado.
Que alguna vez, bien de pequeña, robé un pececito recién pescado. Pero a los segundos, por miedo a que a mí me "pescaran", lo tiré al pasto.
Que de adolescente me obsesionaba con que mis entrepiernas no se tocaran, estando parada. Que siempre quería que hubiera un hueco mínimo entre ellas.
Que teniendo 18 años salí unos meses con un profesor de 50. Ohhh. Que aunque pregono la paz con nuestra red de vínculos, si al tipo aquél me lo cruzara por la calle, no sé si no le daría una buena patada en los testículos.
Confieso que fui infiel en algunas oportunidades, no muchas (no con mi actual marido), pero sí las suficientes para darme cuenta de que no valía la pena. ¡Que lo mejor era blanquearlo de antemano! Jaja (miento)
Confieso que durante 2 o 3 años tomé a diario ansiolíticos, que de a poco voy aprendiendo a guardar secretos (aunque suene contradictorio con la propuesta), que últimamente me avergüenzan un poco el estado de mis tetas (lo que quedó de ellas), y que no hay nada que disfrute tanto -y que me relaje- como tirarme al piso del living y dejar que mis tiranas me salten encima.
Por último, confieso que no tenía la menor idea de cómo encarar este escrito, que estaba cansada y perdida, que todavía lo sigo estando porque últimamente me está costando confiar en lo que hago, y que encima de todo, ni siquiera podía recurrir al post de Jana porque me había pedido especialmente que el miércoles no la publicara (madre santa).
¡¿Ustedes qué confiesan?! ¡Va dedicado a Cus/Laura!
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