Los 5 mejores libros que leí en 2023 (y que pueden acompañarte en las vacaciones)

1. Línea nigra, de Jazmina Barrera (Ed. Almadía)

Me acuerdo de que cuando este año visité la FED (Feria de Editores), estuve charlando con algunos de ellos y les pedía recomendaciones de editoriales latinoamericanas independientes, de esas que quizás no llegan a las grandes cadenas de librerías. Y muchos de ellos me dijeron: "buscá Línea Nigra de Jazmina Barrera". Fui, curiosa, al pequeño stand de la editorial mexicana y ya no quedaban, pero me ocupé de que el libro finalmente llegara a mis manos un tiempo después. 

Y entendí el por qué de las recomendaciones: el de Jazmina es un libro sobre la maternidad, como ya hemos leído tantos. Y es un diario de embarazo. Y es también un ensayo profundo. Y es una crónica de la interrupción: quizás porque gestar y maternar siempre sea una especie de interrupción de la vida tal como la conocíamos. Jazmina escribe textos cortos, aparentemente espasmódicos, siempre honestos, cuando puede, cuando su cuerpo la deja mientras está embarazada, o cuando su hijo Silvestre la deja una vez que nace. En el medio, también se cuela la propia figura de su madre y la historia de las mujeres de su linaje y aparece Alejandro, su pareja y papá de su hijo -que no es otro que el escritor Alejandro Zambra-. Si estás maternando de alguna manera, lo vas a amar. Porque esa "línea nigra" que se dibuja sola en su cuerpo mientras la vida crece dentro de ella es quizás el límite entre la mujer que fue y la que jamás volverá a ser a partir de ahora. 

 

2. El niño resentido, de César González (Reservoir Books)

Otro título que llegó a mí sin buscarlo; recibí "El niño resentido" en una entrega mensual de la suscripción literaria Bukku (que, de paso, recomiendo mucho). En la portada del libro hay una fotografía (del archivo personal del autor) en donde un niño de unos 5 o 6 años sostiene una pistola. No se le ve la cara, pero sospecho que es el mismo autor durante algún momento de su infancia. No conozco a este tal César González, no había leído nada de él. Doy vuelta el libro y leo en la contratapa unas palabras de Lucrecia Martel: "Este libro da miedo y tiene la llave para salir del miedo. Suplico que lo lean. A ver si logramos ir juntos para algún lado que no sea la guerra". No necesitaba más que la súplica de Martel para sumergirme entre sus páginas.

Y entré. Lo empecé un sábado a la mañana. Y no me soltó hasta la última página. Porque César, con una pluma bestial, frenética, desbocada, violenta, urgente, te lleva a correr por los pasillos de la villa Carlos Gardel, te intercepta en alguna esquina de la avenida Mosconi o agoniza en el hospital Posadas, para contarte -con honestidad brutal- cómo vive, cómo siente y cómo sufre un delincuente en el conurbano bonaerense. Son historias cortas, son crónicas de días de merca, de robos, de yutas, de abandonos. Después de pasar algunos años en la cárcel, este autor -sin dudas, uno de mis nuevos hallazgos literarios de este 2023- desplegó un universo artístico que abarca no solo este libro, sino poesías, películas y videoclips musicales. Así que me sumo a la súplica de Lucrecia: lean este libro.

 

3. Tesis sobre una domesticación, de Camila Sosa Villada (Tusquets Editores)

Leer a Camila Sosa Villada siempre es un viaje interesante como lector. En su última novela, la autora de "Las malas", "La novia de Sandro" y "Soy una tonta por quererte", nos mete en la historia protagonizada por una exitosa actriz travesti, que comienza un romance con un abogado. “Una sola travesti es suficiente para socavar los cimientos de una casa, deshacer los nudos de un compromiso, romper una promesa, renunciar a una vida” - dice la actriz en uno de los pasajes del libro. Con sus personajes siempre vulnerables, con su escritura asomándose siempre al borde, al filo, a la crudeza de las imágenes y con pasajes altamente eróticos, este libro fue una de las celebraciones literarias del año. De todas formas, quiero aclarar algo: si nunca leíste algo de Camila, mi recomendación es empezar por "Las malas", porque ahí accedés al universo Sosa Villada más puro y potente. 

 

4. La paciencia del agua sobre cada piedra, de Alejandra Kamiya (Eterna Cadencia)

La autora de los títulos largos y poéticos (que amamos, pero que son muy difíciles de recordar) sacó un nuevo libro este año y los lectores estamos de fiesta. Si te gustan los cuentos, es casi obligatorio leer a Kamiya. Esta autora se convirtió, a fuerza de relatos inolvidables, en una de las voces más singulares, metafóricas y bellas de la literatura contemporánea argentina. En este libro hay muchísimas alusiones al mundo animal -de hecho, hay cuentos protagonizados por algunos de ellos, como "El mono" o "La pregunta de Rawson-, que viven en las múltiples imágenes sensoriales de sus oraciones. Hacé el ejercicio: leer a Kamiya no es solo leer, sino también escuchar, tocar, oler y saborear el mundo, o los detalles a veces mínimos del mundo. Y así, como el agua que horada las piedras, con esa misma paciencia a la que la autora nos invita en el título, es que hay que asomarse a la lectura de estos cuentos: despacio, deteniéndose en la elección minuciosa de cada palabra. 

 

5. La infancia del mundo, de Michel Nieva (Anagrama)

En la tapa de "La infancia del mundo" (título seductor si los hay, ¿no?) hay un mosquito reventado en sangre. Y esa imagen tan perturbadora es un símbolo del clima que vas a encontrar en esta novela distópica de ciencia ficción argenta. Sin dudas, este libro y este autor -con nombre de extranjero, pero nacido en Buenos Aires- fueron esos descubrimientos literarios difíciles de olvidar. ¿De qué va esta historia? Estamos en Victorica, provincia de La Pampa argentina, en fechas posteriores a 2197, año en el que se derriten los últimos hielos antárticos y sobreviene una catástrofe climática sin precedentes, que transforma radicalmente el paisaje de la región en un Caribe Pampeano. En este contexto, crece "el niño dengue", el protagonista de la novela, portador de este virus; un mosquito humanoide cuyo aspecto monstruoso no solo lo convierte en carne de cañón para sus compañeros de clase –comandados por un tirano llamado el Dulce–, sino que también provoca el desprecio de su propia madre. ¿Parece un delirio alucinante? Bueno, lo es. Pero en esa mirada de la crisis climática actual está uno de los hallazgos de esta especie de "distopía gauchesca" moderna, para amantes del género. Y especialmente para quienes -como yo- no lo somos. Si querés leer algo radical, diferente, provocador y perturbador, esta es la novela ideal.