Qué significa el cierre del ex-Ministerio de Mujeres

 

PERO, muchas veces ellas no identifican las barreras que tuvieron que enfrentar (como oportunidades no otorgados por la maternidad, comentarios sobre su carácter, su forma de vestir, el no ser consideradas lo suficientemente capaces) y, lo más importante, no reconocen sus propios privilegios. Es decir: no toman en cuenta que seguramente han contado con el apoyo familiar y con los recursos económicos necesarios para ir a la universidad y quizás realizar un master, que han podido manejarse en entornos con contactos que les ofrecieron oportunidades, que no han tenido que sufrir discriminación por su etnia, nacionalidad, orientación sexoafectiva, o discapacidad.

No solo demuestra poca conexión y empatía con todas las historias posibles, sino que produce una gran frustración en la audiencia: resulta que el 100% de la responsabilidad del no logro de los objetivos está en uno, y se niega la incidencia del contexto. 

Además, estos discursos, cuando se cristalizan, son peligrosos. Quiero decir: cuando los naturalizamos y lo aplaudimos, dejamos de ver que las desigualdades existen, y que no es que las personas, sobre todo las mujeres y otras diversidades no deseen ser felices o hacer lo que deseen, sino que están por fuera de sus posibilidades reales. Negamos sus sufrimientos y sus esfuerzos, que no llevan a los mismos resultados, porque partimos de lugares diferentes.

 

Cualquier persona que esté en una posición de poder y está convencida de “quien quiere puede”, es altamente probable que diga que “todas las personas somos iguales” y, por lo tanto, no puedan comprender la necesidad de acciones concretas que acompañen a quienes están en otra situación.

Un claro ejemplo de esto es el desmantelamiento de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de género. Es la primera vez desde 1992, cuando se creó el Consejo Nacional de la Mujer, que Argentina se queda sin un organismo responsable de ejecutar políticas públicas de género, que promuevan una vida libre de violencias. Y no sucede porque disminuyen los casos de violencia, sino porque se cristalizó la idea de que no es necesario, de que las violencias no existen ni son importantes.

Desde Grow - género y trabajo, organización de la que soy una de las directoras y co-fundadoras, que aboga por el desarrollo laboral de todas las personas desde una perspectiva de género interseccional, encontramos que nuestra tarea es más difícil que nunca. Estamos en un contexto en el cual mujeres y diversidades se deben enfocar básicamente en mantenerse con vida. 

Es por esto, que les comparto esta reflexión: antes de generalizar que todos los caminos de la vida son posibles si lo imaginamos así, les invito a detenerse un minuto, y reconocer que su propia historia no es generalizable, no resumen las miles dificultades que sufren otras personas.