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"No quiero ser mamá": la generación NoMo que desafía las expectativas y cuestiona los estereotipos

El fenómeno de la Generación NoMo (Not Mothers), una opción que desafía las expectativas y cuestiona los estereotipos.


La Generación NoMo (No Mothers) crece en todo el mundo.

La Generación NoMo (No Mothers) crece en todo el mundo. - Créditos: Getty



¿ Vale la pena ser madre en el mundo de hoy?, se pregunta Años cortos, días eternos –de la directora Silvina Estévez–, un documental que indaga en lo profundo de la maternidad y las elecciones posibles a su alrededor a lo largo de las últimas décadas.

Durante la película, una de las voces que responden a ese interrogante es la mamá de la directora: “No lo sé, tengo cuatro hijos, pero nunca pude hacerme esa pregunta”. Un par de generaciones después, parece que somos más las mujeres que nos la estamos pudiendo hacer.

Ser o no ser madres, esa es la cuestión

A nivel internacional, a este fenómeno social y cultural de decirle no a la maternidad se lo conoce como Generación NoMo (not mothers) y recibe el impulso de la asociación británica Gateway Women, cofundada por Jody Day, autora del libro biblia de las NoMo: Rocking the life unexpected. A partir de su propia experiencia, Day ofrece pautas para desdramatizar la decisión (o situación) de no maternar y ayudar a otras mujeres que quieren tomar ese camino a salir de la incomodidad, las dudas o la insatisfacción. 

En nuestro país, la tendencia poco a poco fue copando el debate público en libros, revistas y películas. Consecuencia directa de la fuerza del movimiento de mujeres, ya en los años 60 las primeras feministas señalaban la maternidad como la forma de circunscribir a la mujer al mundo privado del hogar y la familia, reservando los espacios públicos y de poder al universo masculino.

Hoy, por primera vez en la historia de la humanidad, en ciertos sectores de la sociedad nos estamos sintiendo habilitadas a considerar la maternidad como una alternativa de vida más, que podemos elegir o no. 

Para tomar la decisión, pesan diferentes fundamentos que van desde el deseo de realización en la carrera profesional (en la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de natalidad baja en las comunas donde aumenta el nivel educativo) y las dificultades económicas de sostener una familia hasta cuestiones relacionadas con la ecología y la superpoblación mundial, pero principalmente el acceso masivo a la información que permitió desidealizar el amor romántico, la familia y la maternidad (y su promesa de felicidad plena y prestigio social). 

Sin embargo, no todas son buenas noticias, pese a que el fenómeno es cada vez más aceptado, socialmente todavía falta tiempo para que la decisión sea completamente legitimada. El mandato de maternar como única decisión de vida posible sigue influyendo y la acusación de “egoístas” condiciona.  

Yo no quiero ser madre... pero mi pareja sí

La Generación NoMo (No Mothers) crece en todo el mundo.

La Generación NoMo (No Mothers) crece en todo el mundo. - Créditos: Getty

Una vez tomada la decisión, y para cerrar el círculo de honestidad, deberíamos blanquear la decisión con nuestra pareja, si es que la hay. Esto puede generar una brecha insalvable porque si uno de los dos no quiere tener hijos y el otro sí, es muy difícil congeniar o poder llegar a un consenso. Así, estos nuevos paradigmas están reconfigurando los vínculos afectivos en los cuales se habla con claridad sobre la posibilidad de una vida sin hijos. 

Por otro lado, también puede suceder que, muchas veces, no aparece la pareja en los años más fértiles y hoy la mujer se permite esa posibilidad con más libertad y menos ansiedad. Como una postura más relajada en cuanto a que si la maternidad tiene que ser, será. Pero que si no llega, también es un camino posible y de plenitud. Es decir, el disfrute y completitud sin estar atada indefectiblemente a la llegada de los hijos.

Un fenómeno que crece

Según datos del censo 2010, en nuestro país casi 125 mil mujeres al final de la etapa reproductiva (40-44 años) no han tenido hijos nacidos vivos. Se trata del 10,63% del total en ese grupo de edad. A su vez, el Trend Lab de la consultora Youniversal también confirma, a partir de sus investigaciones sobre tendencias sociales, culturales y de consumo, el crecimiento del fenómeno.

¿Por qué se explica este aumento de las estadísticas? Aseguran que gracias a la mayor flexibilidad en las expectativas y deseos de las mujeres, especialmente de las nuevas generaciones, la maternidad ya no es un destino obligatorio. Esto va de la mano de una reformulación sobre el rol de la mujer en la sociedad, que, igualmente, no significa que todas las tensiones respecto de lo “femenino” están resueltas socialmente, pero sí emergen otros modelos que muchas adoptan. 

Señalan los especialistas que se trata de nuevos modelos que, a su vez, ponen en tensión el universo de las posibilidades femeninas. Habrá que pensar entonces también cómo equilibrar una nueva cuestión social que aparece interpelando a las mujeres: el mandato del triunfo personal, que a veces puede tornarse individualista y exitista. Mientras que, por el contrario, justamente la maternidad tiene que ver con ponerse en función de un otro en un ámbito privado, íntimo e invisible. 

 

Dice Silvina Estévez, la directora de Años cortos, días eternos: “Uno de los posibles hallazgos que visibiliza la película es que en estos tiempos la decisión de ser o no madres es un acto de valentía”. Coincidimos, porque hoy más que nunca sabemos que elegir (siempre que es posible) subirse al barco de la maternidad implica aumentar la brecha de género: sumar tareas de cuidado, postergar la profesión, estar disponibles para poner el cuerpo y aumentar la carga mental, entre tantas otras cosas.

Y que, por otro lado, ver pasar el barco desde lejos sin subirse implica un juicio negativo: ¿cómo es posible que una mujer no elija lo que se supone que tiene que elegir “por destino”? Entonces, la propuesta es seguir luchando para que tanto la maternidad como la decisión de no maternar dejen de ser decisiones valientes y se conviertan en actos de libertad.

 

Expertas consultadas: Graciela Pardo, Consultora psicológica. Autora de Todo mal, cigüeña. @gracielapardook.
Silvina Estevez: Directora y guionista de Años cortos, días eternos. @silvinaestevez. 
Ximena Díaz Alarcón: CEO de Youniversal. @youniversal_latam.

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