Por qué es importante que los niños aprendan a entretenerse solos
En diálogo con la psicóloga Florencia Alfie reflexionamos sobre la importancia de habilitar el aburrimiento en las infancias. Desde los 2 años ya están listos para jugar solos sin necesidad de tener que ser asistidos por pares o adultos.
1 de septiembre de 2023
Por qué es importante que los chicos se entretengan solos. - Créditos: Getty
Si bien puede resultar incómodo, irritante y, en algunos casos, desesperante, enfrentar el aburrimiento de los más pequeños de la familia, es fundamental que aprendan a divertirse solos sin estar dependiendo de que obligadamente haya otro par o algún adulto que los saque de ese estado que tanto les molesta.
No es malo aburrirse, y no hay que estar todo el tiempo “haciendo”. A veces, por evitar ese sentimiento de angustia y enojo que aflora con el aburrimiento, se habilita tecnología creyendo que los ayudamos y, en realidad, pasa lo contrario.
Como dice a OHLALÁ! la psicóloga especializada en infancia y adolescencia Florencia Alfie, el aburrimiento tiene muy mala fama en la sociedad actual y pareciera que todo el tiempo deberíamos estar haciendo-produciendo algo. Y eso no es necesario.
"Cuando los padres y madres escuchan la temida frase “estoy aburrido” se les ponen los pelos de punta, y suelen activarse rápidamente a buscar planes, ideas, juegos, tecnología (celulares, tablets, televisión) para mantenerlos entretenidos. Pero, ¿debemos jugar con nuestros hijos cada vez que nos convoquen y reclamen? La respuesta es no”, enfatiza.
Y resalta un dato: a partir de los 2 años, los niños y niñas pueden empezar a jugar solos sin la necesidad de que un adulto interaccione con ellos todo el tiempo.
Algunos beneficios de entretenerse solos
Por qué es importante que los chicos se entretengan solos. - Créditos: Getty
Antes de seguir con las bondades del juego individual, está bueno aclarar que, desde la mirada psicológica, Flor nos dice que las infancias necesitan también compartir el juego con otros niños y con otros adultos para aprender a relacionarse, a convivir, a desarrollar su lenguaje, y habilidades sociales para la vida. Lo más importante, aclara, es que se encuentren presentes ambos tipos de juego, ya que es la mejor combinación para el correcto desarrollo de las infancias.
Ahora sí, nos cuenta los principales beneficios del juego independiente, individual o en solitario:
Aumenta la autonomía e independencia.
Pone en marcha la fantasía: se crean personajes y escenarios. Inventan e imaginan.
Habilita la toma de decisiones sin temor a equivocarse. Y, en el caso de equivocarse, pueden volver a realizar eso que no salió bien sin la intervención ni la corrección de un adulto.
Cuando juegan solos pueden hacer y decir cosas que delante de la mirada de un adulto no se animarían (alguna mala palabra, algún gesto raro, entre otros)
El aburrimiento como disparador
“El aburrimiento no es algo negativo ni algo que se tenga que esquivar a cualquier costo. Por el contrario, es entendido como algo normal, natural, esperable y saludable. Evitar que nuestros hijos se sientan aburridos es un error, igual que lo sería evitar que se sientan tristes o frustrados, o tratar de tapar cualquier otra emoción”, detalla Flor.
Aburrirse, a su vez, nos explica que aumenta la tolerancia a la frustración, ya que brinda la oportunidad de enfrentar y superar situaciones desafiantes, sin depender de estímulos externos. Al mismo tiempo, habilita un espacio para que tanto niños como adolescentes se sumerjan por un rato en su autodescubrimiento: es una excelente oportunidad para que puedan conectar con sus gustos, intereses e inquietudes y para que, a través de estimular la creatividad, descubran nuevas formas de terminar con ese aburrimiento.
“Tengamos en cuenta también que es vital para los niños y adolescentes disponer de ratos no programados para el descanso, entre tantas actividades y obligaciones extra escolares. En la adolescencia, esto cobra más valor aún, ya que los jóvenes gozan muchísimo de estar en su habitación en soledad “sin hacer nada”, todo el tiempo que puedan, acostados, reflexionando. Este trabajo de introspección es propio de la etapa”, concluye Flor.
Un recurso: “El frasco del aburrimiento”
Flor propone la técnica del “Frasco del aburrimiento”, que consiste en llenar un recipiente con papelitos cargados de distintas consignas para que el niño o adolescente pueda ir sacando a medida que lo necesita. De acuerdo a lo que les toca deberán realizar la propuesta “contra el aburrimiento”.
Algunas ideas: escribir una carta para un ser querido, pintar un mandala, escribir un cuento, pensar y anotar 3 cosas que les gustan de cada miembro de la familia, disfrazarse, leer una biografía sobre algún cantante o actor que le guste mucho, poner la habitación en orden, mirar un álbum de fotos o separar cosas para donar.