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Higiene femenina: cómo cuidar la vagina y la vulva

La microbióloga Cecilia Belgoff habla de la importancia de cuidar la higiene y la hidratación de la vagina y la vulva. ¿Qué es el pH? ¿Por qué es central tenerlo en cuenta para nuestra salud?


Higiene femenina: cómo cuidar la vagina y la vulva.

Higiene femenina: cómo cuidar la vagina y la vulva. - Créditos: Getty



Si cuidás la piel de tu cara y tu cuerpo: ¿por qué no hacer lo mismo con tu vagina y tu vulva? La vagina es la parte interna de los genitales femeninos; mientras que la vulva es la parte externa, compuesta por los labios mayores y menores, el clítoris con su capuchón y glande, la uretra, los ductos de skene y las glándulas de Bartolino.

La zona vulvo-vaginal se encuentra oculta bajo la ropa, en semi-oclusión, con un importante coeficiente de fricción y exposición habitual a traumas de tipo mecánico derivados de la propia función sexual o la utilización de tampones. Difiere sensiblemente de la piel del resto del cuerpo por estar más irrigada e inervada, es más permeable y presenta una mayor reactividad frente a agentes irritantes.

Es muy importante comprender el rol, delicado y maravilloso, del equilibrio vulvo-vaginal para tener un correcto cuidado, no sufrir molestias y entender el origen de los olores, picazón y otras molestias íntimas como sequedad vaginal, candidiasis e infecciones recurrentes. 

El equilibrio vulvo-vaginal hace hincapié en la relevancia de la microbiota (transitoria y permanente) y cómo se relaciona con los desórdenes vulvares y vaginales comunes. Surge la necesidad de una higiene y cuidado íntimo que no impacte en la microbiota vulvo-vaginal para minimizar el riesgo de esos desórdenes y para mejorar la salud íntima en general. 

La clave es el pH vulvo-vaginal, como un indicador del equilibrio del ecosistema vulvo-vaginal. Una variación del pH implica alteración del equilibrio fisiológico del ecosistema mucoso.

¿Todas las mujeres tienen el mismo pH?

Lo primero: ¿qué es el pH? El pH es una medida de acidez o alcalinidad de una disolución acuosa. El pH indica la concentración de iones de hidrógeno presentes en determinadas disoluciones.  

¿Todas las mujeres tienen el mismo pH? No. El pH vaginal es distinto a lo largo del ciclo de la mujer, así como en las distintas etapas de su vida reproductiva. En las niñas y hasta la pubertad es neutro, pH=7. El pH de la vulva posee un rango estimado cercano al de la piel, es de alrededor de 4,7, y el de la vagina posee un promedio de 3,5 en la etapa cíclica y alrededor de 6,8 en la menopausia.

¿Por qué el pH es importante para el ecosistema vulvo-vaginal? Mantener el pH crea un entorno hostil a la mayoría de las bacterias perjudiciales. 
La vulva es la primera línea de defensa para proteger el tracto genital de infecciones. La vagina posee una función depurativa o de defensa llamada “barrera microbiológica”, ambas protegen al cuerpo frente a agresiones.

¿Qué altera el pH vulvo-vaginal y cómo evitarlo? 

1. Duchas vaginales: evitá el bidet.

2. La penetración: el pH del semen es cercano a 8, cuando ingresa en la vagina podría modificar su equilibrio natural. Se puede resolver con el uso de preservativos, que además es la única medida de prevención de las enfermedades de transmisión sexual. Así que, si experimentás irritación después de tener relaciones, con más razón: usá preservativos.

3. Menstruación: la sangre tiene pH 7,4; la mayoría de las mujeres soportan esta variación, pero algunas están más susceptibles a infecciones durante o después del período. Podés probar usando la copita.

4. Tampones: absorben el flujo vaginal y pueden impedir que la flora propia mantenga su pH equilibrado. Insisto: probá con el uso de la copita. 

5. Uso de productos íntimos o exógenos inadecuados, como jabón, detergentes, productos cosméticos, lubricantes, espermicidas, oclusión con ropas ajustadas o uso de toallitas íntimas, afeitado y productos de depilación. 

Para favorecer el equilibrio de la microbiota vulvo-vaginal y evitar sequedad e infecciones es importante higienizar de manera respetuosa con el pH, no dañar la barrera natural de la piel, no alterar el manto hidrolipídico, ni eliminar la flora autóctona e hidratar con acción regeneradora y protectora.

¿Sabías que la piel de zona vulvo-vaginal necesita mantenerse flexible para prevenir la sequedad? El masaje es uno de los cuidados especiales clave para ello. La fricción sobre el epitelio de esta zona mejora la oxigenación de los tejidos y la circulación de la sangre. La lubricación natural se consigue a través de la sangre. Para que un tejido esté en condiciones, la clave es que se mantenga elástico y para ello tiene que estar bien irrigado.

También tené en cuenta que la piel se reseca por los lavados, por la depilación, entonces insisto en que la clave es rehidratarla y el secreto es la constancia: la frecuencia diaria irá recuperando la mucosa y, en consecuencia, disminuirán los síntomas que afectan tu bienestar como picazón, ardor, irritación, dolor durante las relaciones sexuales, bajo deseo sexual, entre otras.

Necesitamos pensar en soluciones simples de uso diario, para sentir una vagina y vulva saludables. Cuando tu vulva y vagina están mejor, vos también te sentís mejor. Conectá con este tejido que “está vivo”. Mi recomendación es chequearlo. Es tan importante como lo hacés con tus pechos o con el registro de tu ciclo: reconociendo y detectando si algo ha cambiado.

Buscá en el mercado productos específicamente formulados para una correcta higiene e hidratación de la zona vulvo-vaginal, para garantizar que esté protegida y en bienestar.

Ingredientes que debés buscar en los productos de higiene e hidratación

  • Ácido hialurónico: por su capacidad de retener y captar moléculas de agua, mantiene la hidratación y humedad por más tiempo, cumpliendo su acción lubricante. Brinda una hidratación prolongada, optimiza la salud de la piel sensible y lubrica cuando hay sequedad.

  • Ácido láctico: facilita y mantiene la microbiota vaginal, ya que regula el pH y lo equilibra de modo saludable. También evita el desarrollo de microorganismos responsables del mal olor, brindando sensación de frescura. 

  • Extracto de caléndula y manzanilla: tiene propiedades calmantes y suavizantes. Evita la irritación de la piel y devuelve el confort.

  • Aloe vera: aporta suavidad, agradable sensación de frescura, calma y repara la piel reseca.

  • Prebióticos: ayudan a fortalecer las defensas íntimas naturales.

  • L-arginina: es un aminoácido vasodilatador que aumenta la circulación sanguínea de la zona vulvo-vaginal, lo que incrementa la sensibilidad del área genital y favorece el placer sexual.

¿Qué ofrece el mercado con estas características?

  • Jabón líquido: higieniza suavemente, al mismo tiempo hidrata y protege la piel, lo que alivia la irritación y la picazón. Aplicar en la mano y frotar suavemente por labios externos, clítoris y zona perianal. Enjuagar con abundante agua.

  • Espumas vaginales: hidratan cuando hay sequedad vaginal y agregan el plus de prebióticos que ayudan a fortalecer las defensas íntimas, equilibrar el pH y aumentar la protección natural contra microorganismos nocivos. Colocar en la mano y masajear suavemente por labios externos, clítoris y zona perianal. Enjuagar con abundante agua. 

  • Toallitas húmedas: permiten higienizar suavemente y dejan una agradable sensación de frescura. Son prácticas y fáciles de llevar en la mochila, cartera, bolso. Ideales para higienizarse en cualquier momento y lugar. No necesitan de enjuague.

  • Geles: de base acuosa, para hidratar inmediatamente la vulva y vagina. Brindan lubricación por un tiempo prolongado, alivian la picazón y ardor provocados por la falta de lubricación y la sequedad vaginal. Facilitan las relaciones sexuales y permiten alcanzar mayor placer. No manchan la ropa interior. Hay que aplicar en toda la vulva, exterior y entrada de la vagina, con suaves masajes circulares. Pueden ser usados diariamente, antes y durante las relaciones sexuales. No requieren enjuague.

Debés tener en cuenta que las niñas deben higienizar su zona vulvar sólo con agua. Luego de la pubertad, cuando aparecen las secreciones vaginales y la menstruación, ya pueden utilizar algunos productos específicos, siempre con prescripción médica.

 

Por María Cecilia Belgoff, microbióloga, gentileza para OHLALÁ! En IG: @cecibelgoff

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